4. Primera clase

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Una vez que terminé la visita guiada, la directora me acompañó al aula en donde pasaría el resto del curso este año. 

Debo decir que el salón no era lo que podríamos decir "una hermosura", pero tampoco era lo que me esperaba. Estaba bastante cuidado en comparación con las demás instalaciones del colegio, aunque estaba plagado de gente desagradable que miraba la puerta por la que habíamos ingresado con ojo de halcón.

-Silecio, por favor.- pidió la directora. -Señor Bottom, creo que no le gustará pasar la tarde completa en detención, ¿verdad?- preguntó en tono severo dirigiéndose al chico rubio que hoy se me había acercado. "Es el karma" pensé yo, sofocando una risita.La directora continuó: -Verán, ya se habrán dado cuenta que tenemos una alumna nueva. Los acompañará todo el cuarto curso. Rose, preséntate, por favor.

"¿QUÉ? Lo único que faltaba. Y yo que creía que ella se iba a encargar de dar el dicurso."

-Hola.- dije yo. Miré a la directora, que me hizo un gesto para que continuara. -Eeemm... soy Rose Pride. Vengo de Brooklyn.- "Mierda, ¿y ahora qué?"

-¡Hola! Soy Sean Bottom. - Ahora el chico rubio tenía nombre. Se paró y se acercó a mí con una sonrisa radiante para estrecharme la mano. -Sería un placer enseñarte la escuela después de clases. -guiñó un ojo azul.

-No, gracias, la directora hoy me la enseñó y...- no pude teminar la frase, ya que la directora me cortó.

-¡Sería encantador, Sean! Que hermoso gesto de tu parte. - "Ni que lo digas."  -Rose, deja que te acompañe, tal vez pueda enseñarte cosas mejores dado que él utiliza las instalaciones más que yo.- "¿Están jodiéndome? Que gente tan bipolar en este lugar. Primero, habla pestes de sus propios alumnos, y de repente me lanza a una recorrida con uno de ellos. No sé que es preferible, pasar el rato con Sean o ser arrojada a la jaula de un león. Y eso que la directora empezaba a caerme más que bien."

-Perfecto,- dijo Sean. -Te llevo después de clases.- Por Dios, que sonrisa tan encantadora tiene.

-Muy bien, profesor, puede continuar la clase.- la directora salió del salón, no sin antes sonreirme de lado.

Okay. ¿Y ahora? Me dirigí hacia alguno de los bancos libres. No había más de 30 personas en el aula, pero estaban todos muy amontonados. Me senté al lado de un chico castaño que usaba anteojos cuadrados al estilo friki. Debo decir que le sentaban muy bien.

-Hola- dije mirando al chico, que levantó la vista de sus cuadernos. -¿Puedo sentarme?- 

-Si, por supuesto. -"Voy a armarme una colección de sonrisas bonitas". -Soy Simon.

-Y yo soy... bueno, supongo que ya sabes quien soy. - el rió.

-Hey, lamento lo de Sean. - dijo, haciendo una mueca.

-¿Lamentas? ¿Por qué?- "Se ve que se me nota demasiado"

-Sean no es una "buena persona" que digamos.

-¿Te cae bien?- curiosidad modo encendido.

-No, en verdad no.- ambos reímos. -Solo le cae bien a más de 3/4 del colegio. - dijo, en tono de sarcasmo.

-Pues creo que yo pertenezco a 1/4 restante.

-Entonces te encantará conocer a mis amigos.- me sonrió el.

"Bien, ya tengo a una persona a favor." No me sentía tan sola en aquel momento.

No ganas nada con un capricho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora