Dirty Love

Cap 13

-Tae...- Jennie se asomó por la puerta. Yo levanté la cabeza pues estaba recostado sobre mi cama.

-Dime-

-Nada... es solo que estás golpeando la pared y no me dejas dormir-

-¿Qué?- Inmediatamente me di cuenta que tenía el dorso del puño pegado a la pared:-Oh... yo... lo siento- Lo quité.

-Gracias- Dijo dudosa.

-¿Pasa algo más?- Me senté.

-Nam Joon no me contesta los mensajes o las llamadas... ¿sabes si está molesto conmigo?-

-No lo creo...- "Debe ser por lo que yo le dije"

-De verdad que no quiero sentir eso por él- Se mordió la uña del dedo pulgar afligida.

-No es algo que se pueda evitar- Fui sincero.

-Tae...- murmuró con la voz quebrada. Al verla tan frágil y a punto de llorar, de inmediato me levanté y la abracé.

Nunca había sido muy bueno consolando a las chicas y hasta cierto punto era muy incomodo para mí, pero las palabras que mencionó... lo cambiaron todo...

-Hazme olvidar... aunque sea por esta noche... te lo ruego...-

Lo pronunció excesivamente bajo, y aunque era casi inaudible, pude escucharlo.

Lo que me pedía... era lo que yo tanto ansiaba... solo mía, más solo esta noche...

Quería pensar que podría saciar mi tan esperada sed de sexo con ella... pero, pensar eso era mentirme a mí mismo.

Mientras la tenía debajo de mí, mientras sentía su calor, mientras me empapaba de su sudor... me convencía a mi mismo de que solo quería complacerme, pero muy en el fondo solo trataba de hacerla feliz.

Aunque me estuviese utilizando...

Me levanté temprano al día siguiente, no podía quedarme con ella porque sabía que mi cuerpo pediría más... ese algo que ella no podría dar. Debía alejarme.

-Tae...- Escuché a la salida del trabajo. Al voltearme vi Nam Joon.

-Hola... ¿Qué haces aquí?- Pregunté sorprendido.

-Vamos a tomar-

-Nam... mañana es día de trabajo-

-Tae...- Me recriminó con su tono de voz y su mirada como si me echase la culpa de algo.

-De acuerdo. Pero iremos a mi casa... no estoy de humor para ir a un bar-

Pasamos al súper mercado a comprar cervezas y algo para picar. Después tomamos un taxi rumbo a mi apartamento. El no pronunció palabra y yo tampoco.

Las cosas entre él y yo nunca habían estado tan tensas, a pesar de que habíamos tenido miles de discusiones.

-¿Quieres un vaso?- Pregunté, dejando las cosas sobre la mesa.

-No- Se sentó en el sofá, sacando una cerveza de las que llevaba en su bolsa y abriéndola de una vez.

Puse las frituras sobre un tazón revolviéndolas todas, tal y a como él le gusta, y los llevé hasta la mesita de café frente a él. Me senté en el sillón contiguo a esperar... pero esperar qué, no sabía precisamente.

-Hoy salió de nuevo con uno de los tipos que te mencioné aquel día-

-¿La estás espiando?- Pregunté preocupado. Él me miró, luego se mofó como de sí mismo. No sabía en realidad.