Una cara nueva

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No me esperaba encontrarme en esta situación. Atada y solo viendo....negro. Tengo varios recuerdos del baile de Invierno. Solo recuerdo la cara de Peter mientras yo me alejaba y alejaba.

No se cuanto tiempo llevo aquí, pero lo cierto es, que parece que han pasado semanas. Deseo con toda mi alma que me saquen de cualquier lugar en el que este atrapada para regresar a la Academia.

Pero...¿estoy segura? Nadie de mis amigos ha venido a buscarme y no quiero pensar que ni siquiera se han preocupado por mi.

Para mi sorpresa, todo se aclara y dejo de ver el horrible color del carbón. El cual seguro después de esta experiencia voy a odiar.

Pestañeo varias veces para asegurarme de que esto no es un sueño. Frente a mi, está la cara que más odio en el mundo y temo encontrarme de nuevo.

El que se hace llamar. Mi padre.
-Querida Diane, me da gusto verte-

El miedo atenaza mi cuerpo. Creo que estoy tiritando. La última vez que vi a mi padre casi me mata. Pero esta vez, no pienso mostrar ninguna debilidad.
-Quisiera decir lo mismo pero me he quedado sorda y muda con tan solo decir estas palabras- fue lo único que pude contestar.
-Siempre tan graciosa hijita-
-No me llames tu hija-
Al parecer mi padre (por qué diablos le sigo diciendo así) intenta callarme con la mirada, pero yo no dejo que me calle nadie hasta que haya dicho lo que quiero.
-¿¡Después de lo que me hiciste!? Casi me MATAS y ¿QUIERES QUE LO OLVIDE TODO ASÍ DE LA NADA?-
Intenté conservar el tono tranquilo, pero la ira había invadido mi cuerpo y no era capaz de controlar mi propia voz.
-Solo era una advertencia Diane, no pensaba hacerte daño alguno- dijo recobrando el tono severo que toda mi vida había escuchado.
-No pienso hablar contigo-
-Tal vez tú no quieras, pero hay maneras de hacer a la gente olvidar y hablar- contestó - ¡Latem! Sácale toda la información a esta chica, y no olvides las lagunas-

Un señor de aspecto robusto apareció frente a mi. Tenía el cabello negro y ojos azul eléctrico, me recordaba a alguien pero en estos momentos de presión, mi cerebro no es capaz de ayudarme.
-P-pero Morax no puedo hacerle eso-
-Lo harás por esto ¿Me equivoco Latem?- dijo mi padr...digo el señor enseñándole una bolsa repleta de lo que parecían monedas.

Los ojos del tal Latem brillan, un brillo malicioso que juraría que sería capaz de dejar ciega a toda una multitud. Sin embargo, no dura mucho.
-Esta bien, debo concentrarme, así que déjame solo-
-Como digas- refunfuñó

Nos dejo solos al peli negro y a mi. El sentimiento de antes volvió a mi cuerpo, no dejaría que un extraño me hiciera lo que ordenara aquel familiar mío.
-Lo siento querida-
-¿Q-que piensa hacer?-
-Manipular tus recuerdos-

¡ Manipulación!  Aquel señor era el padre de Keyl.....

Academia Mágica (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora