Historia N°17: Ella.

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Advertencia: está historia es de temática homosexual (chica x chica, yuri, lesbianas o como quieran decirles), si no te gusta este contenido no lo leas.
P.D.: Disfruten la historia 💙

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—Me hizo añicos el corazón, Mare. Ni siquiera se dignó a decírmelo cara a cara, sólo se desquitó conmigo por teléfono y colgó antes que pudiera decir palabra —sollocé, dejando las lágrimas correr y apretando los puños con furia—. ¡Fui una completa estúpida! —grité, la sangre me hervía—. ¡Como estuve con semejante estúpido!

—Tranquilízate Lyd, ese idiota no te merece.

Lágrimas salían todavía por mis ojos y rodee a mi mejor amiga con los brazos, sollozando.

—Desahógate Lyd, hazlo... —susurraba en mi oído, su mano cálida acariciaba mi cabello rubio oscuro.

Levanté mi mirada, su cara se veía tan delicada con esas pestañas grandes y sus labios gruesos. Le coloqué bien sus lentes y sonreí, ni siquiera sabía por qué lo hacía.

Ella siempre ha estado para mí, más que mi familia (que nunca se han interesado en mí), ella siempre estuvo en mis momentos más difíciles, cuando mi madre me echo de casa sin razón alguna, cuando personas de mierda me rompían el corazón, ella siempre me soportó.
Ella me invitó a quedarme en su apartamento, ella siempre me ha dado todo lo que necesito.

Examino su rostro, desde sus pobladas cejas hasta sus delicados labios rojos.

Y pienso en lo hermosa que es.

Pienso en lo tanto que la quiero.

Ella me devuelve la sonrisa y acaricia mi barbilla.

Y la beso.

Siento como sus suaves labios se mueven en sincronía con los míos.

No nos quitamos los ojos de encima y puedo ver que sus maravillosos ojos chocolate tienen un brillo que nunca antes había visto.

Pienso en todo lo que hemos pasado, en cómo pude ser tan ciega por no fijarme en ella desde el principio.

Nos separamos por falta de aire y veo que sus mejillas están sonrojadas, me muestra una sonrisa tímida que me hace soltar una risita por la ternura.

Y, acariciando su cabello castaño oscuro y mirándola fijamente, le digo:

—No puedo creer que todo lo que necesitaba estaba frente mío todo este tiempo.

Vi como sus mejillas estaban rojas, es muy tierna.

—Lyd, te quiero —susurró bajo pero yo pude escucharle perfectamente.

Tomé su cara entre mis manos, dejé un beso en su nariz y le susurré:

—Yo también te quiero, Mare.

Y la volví a besar, pensando en la persona maravillosa que tenía enfrente mío y en cuanto la quería.

DREAM. [Historias cortas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora