El acto noveno
ARGUMENTO DEL NOVENO AUTO
Sempronio y Pármeno van a casa de Celestina, entre sí hablando. Llegados allá, hallan a Elicia y
Areúsa. Pónense a comer. Entre comer riñe Elicia con Sempronio. Levántase de la mesa.
Tórnanla a apaciguar. Estando ellos todos entre sí razonando, viene Lucrecia, criada de Melibea,
llaman a Celestina que vaya a estar con Melibea.
SEMPRONIO, PÁRMENO, ELICIA, CELESTINA, AREÚSA, LUCRECIA.
SEMPRONIO.- Baja, Pármeno, nuestras capas y espadas, si te parece que es hora que
vamos a comer.
PÁRMENO.- Vamos presto. Ya creo que se quejarán de nuestra tardanza. No por esa calle,
sino por estotra, porque nos entremos por la iglesia y veremos si hubiere acabado Celestina sus
devociones. Llevarla hemos de camino.
SEMPRONIO.- A donosa hora ha de estar rezando.
PÁRMENO.- No se puede decir sin tiempo hecho lo que en todo tiempo se puede hacer.
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SEMPRONIO.- Verdad es; pero mal conoces a Celestina. Cuando ella tiene que hacer, no
se acuerda de Dios ni cura de santidades. Cuando hay que roer en casa, sanos están los santos;
cuando va a la iglesia con sus cuentas en la mano, no sobra el comer en casa. Aunque ella te crió,
mejor conozco yo sus propiedades que tú. Lo que en sus cuentas reza es los virgos que tiene a
cargo y cuántos enamorados hay en la ciudad y cuántas mozas tiene encomendadas y qué
despenseros le dan ración y cuál lo mejor y cómo les llaman por nombre, porque cuando los
encontrare no hable como extraña y qué canónigo es más moro y franco. Cuando menea los
labios es fingir mentiras, ordenar cautelas para haber dinero: por aquí le entraré, esto me
responderá, estotro replicaré. Así vive ésta que nosotros mucho honramos.
PÁRMENO.- Más que eso sé yo; si no, porque te enojaste estotro día cuando lo dije a
Calisto, no quiero hablar.
SEMPRONIO.- Aunque lo sepamos para nuestro provecho, no lo publiquemos para
nuestro daño. Saberlo nuestro amo es echarla por quien es y no curar de ella. Dejándola, vendrá
forzado otra, de cuyo trabajo no esperemos parte, como de ésta, que de grado o por fuerza nos
dará de lo que le diere.
PÁRMENO.- Bien has dicho. Calla, que está abierta la puerta. En casa está. Llama antes
que entres, que por ventura están envueltas y no querrán ser así vistas.
SEMPRONIO.- Entra, no cures, que todos somos de casa. Ya ponen la mesa.
* * *
CELESTINA.- ¡Oh mis enamorados, mis perlas de oro! ¡Tal me venga el año cual me
parece vuestra venida!
PÁRMENO.- ¡Qué palabras tiene la noble! Bien ves, hermano, estos halagos fingidos.