Acto Onceavo

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El acto onceno 

ARGUMENTO DEL ONCENO AUTO 

Despedida Celestina de Melibea, va por la calle sola hablando. Ve a Sempronio y a Pármeno que 

van a la Magdalena por su señor. Sempronio habla con Calisto. Sobreviene Celestina. Van a casa 

de Calisto. Declárale Celestina su mensaje y negocio recaudado con Melibea. Mientras ellos en 

estas razones están, Pármeno y Sempronio entre sí hablan. Despídese Celestina de Calisto, va 

para su casa, llama a la puerta. Elicia le viene a abrir. Cenan y vanse a dormir. 

CALISTO, CELESTINA, PÁRMENO, SEMPRONIO, ELICIA. 

CELESTINA.- ¡Ay Dios, si llegase a mi casa con mi mucha alegría a cuestas! A Pármeno 

y a Sempronio veo ir a la Magdalena. Tras ellos me voy y, si ahí no estuviere Calisto, pasaremos 

a su casa a pedirle las albricias de su gran gozo. 

SEMPRONIO.- Señor, mira que tu estada es dar a todo el mundo que decir. Por Dios, que 

huyas de ser traído en lenguas, que al muy devoto llaman hipócrita. ¿Qué dirán si no que andas 

royendo los santos? Si pasión tienes, súfrela en tu casa; no te sienta la tierra. No descubras tu 

pena a los extraños, pues está en manos el pandero que lo sabrá bien tañer. 

CALISTO.- ¿En qué manos? 

SEMPRONIO.- De Celestina. 

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CALISTO.- ¡Oh joya del mundo, acorro de mis pasiones, espejo de mi vista! El corazón se 

me alegra en ver esa honrada presencia, esa noble senectud. Dime, ¿con qué vienes? ¿Qué 

nuevas traes? Que te veo alegre y no sé en qué está mi vida. 

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CELESTINA.- ¿Qué nombráis a Celestina? ¿Qué decís de esta esclava de Calisto? Toda la 

calle del Arcediano vengo a más andar tras vosotros por alcanzaros y jamás he podido con mis 

luengas haldas. 

 CELESTINA.- En mi lengua. 

CALISTO.- ¿Qué dices, gloria y descanso mío? Declárame más lo dicho. 

CELESTINA.- Salgamos, señor, de la iglesia y de aquí a casa te contaré algo con que te 

alegres de verdad. 

PÁRMENO.- Buena viene la vieja, hermano: recaudado debe haber. 

SEMPRONIO.- Escúchala. 

CELESTINA.- Todo este día, señor, he trabajado en tu negocio y he dejado perder otros en 

que harto me iba. Muchos tengo quejosos por tenerte a ti contento. Más he dejado de ganar que 

piensas. Pero todo vaya en buena hora, pues tan buen recaudo traigo, que te traigo muchas 

buenas palabras de Melibea y la dejo a tu servicio. 

CALISTO.- ¿Qué es esto que oigo? 

CELESTINA.- Que es más tuya, que de sí misma; más está a tu mandato y querer que de 

La Celestina (Literatura Española del S. XVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora