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Un día frió pero bonito, los árboles de la nueva casa de Liah se movían gracias al viento, haciendo que una ventisca de aire entrara por la ventana de su habitación, recordándole las tardes frías en su país natal.

Dejo de observarlos, dando un profundo suspiro lleno de melancolía, se levanto de su cama y decidió dar una caminata por la ciudad rustica a la que llamaría hogar dentro de poco.

Después de solicitar y conseguir una beca en la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño de Praga, Liah tuvo que mudarse para terminar su estudios.

Bajo a la primera planta de la casa de su hermano, para avisarle que saldría a dar una vuelta, el no se negó. Liah ya había pasado unas cuantas vacaciones en Praga junto a su hermano mayor lo que influyo en su decisión de estudiar en la ciudad.

Al salir de la casa tenia como prioridad buscar un lugar en el que pudiera refugiarse y pasar el rato. En el transcurso vio parques, restaurantes, tiendas de todo tipo, personas, muchas personas.

Después de un rato encontró un café librería

Lo primero que hizo fue ir a buscar los libros que fueron publicados una década o mucho antes de su nacimiento.

Y uno le llamo completa mente la atención "Mil y un maneras de amarte", no solo le llamo la atención el nombre si no también la portada gastada pero se notaba que fue cuidada con el alma, el nombre estaba escrito en medio con letra cursiva y con ramas secas al rededor "una hermosa portada para una hermosa historia" pensó Liah.

Se quedo vagando un rato más por los pasillos divididos por estantes, o llenos de mesas, después de divagar pago por el libro, con toda la intención de ir a casa da su hermano y comenzar su lectura.

Al llegar más cajas para la esperaban, con una mueca en el rostro ella y Aarón pasaron el resto de la tarde desempacando.

Nathan

Se encontraba en su estudio divagando sobre la realidad de la belleza literatura.

Al notar que no conseguía prestarle atención a su informe, Nathan decidió tomar un respiro y leer, paso su vista por todos los libros frente a él, pero al no encontrar ninguno de su interés decidió bajar al café de su abuela.

Pero cuando se paro frente el librero se dio cuenta que ya no estaba, se asusto por un momento luego recordó que por accidente lo llevo a la librería de la familia. Bajo las escaleras por la cocina y fue directo a la puerta que da a la tienda.

Busco entre los estantes el lomo gastado de su obra preferida. Paseo por todo el lugar hasta darse por vencido.

Aquel libro no estaba por ninguna parte, dentro de él tenía la idea de que por algún lugar de Praga haya un cerebro con la capacidad de amar esa historia.

El único libro que ha pasado más de una década y media en aquel lugar no puede desaparecer de la nada...

El Chico de la LibreríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora