Pensamientos De La Pseudo Anarquista

Cuando Se Acaba Un Amor

Nunca me habría puesto a pensar en que esto se plasmaria aquí, de esta forma, poco formal y nada planeada, simplemente manifestada... Tal es el motivo del título de estos trazos digitales. Y es que era ya momento de desahogarme, de decir lo que sentía realmente para no cargar con culpa de más. Eran mis sentimientos egoístas y mis deseos irrefrenables de un nuevo futuro, un futuro incierto... Un futuro en el que tristemente tú ya no estabas.

Sin embargo yo sabía, lo presentía, desde el momento en que mis sentimientos cambiaron, sabía de antemano que iba a producir una gran catástrofe. Y por razones que aún me sigo formulando, no tenía miedo de que viniera a mí, no tenía miedo de provocarla. Probablemente esa sea la única respuesta de a poco perdí el miedo y adquirí miedos nuevos... Ya no deseaba compartirlos con ella.
No deseaba que mi pesar la hiciera pedazos, ella necesitaba a alguien con sentimientos menos egoístas que los míos.

Lo admito, nunca la dejé conocerme en totalidad... Y la verdad es que mi nueva y nada racional Yo no tenía ni pizca, ni un mínimo ápice de querer detenerse ya por nadie. Ni siquiera por quienes habían dado grandes esfuerzos por ayudarme. Y lo siento si mi exceso de honestidad es ofensivo, lo siento se he dicho cosas que retiran totalmente lo que alguna vez juré en el pasado.

Algún día tendría las agallas para decirte... No te amo, como te amaba ayer.

Jamás voy a olvidar las incontables palabras de apoyo y los grandes gestos de amor sincero para conmigo, alguien que realmente no lo merecía del todo, y que en definitiva no lo merece el día de hoy. Pero está bien.
Siempre voy a guardar con cariño todos esos recuerdos, aunque ya no signifiquen lo mismo.

Ahora mismo estoy fallando, poco a poco voy a cambiando, mudando de piel constantemente, en pedazos, nunca completamente. Aspirando a ser peor, quizá nunca sea mejor. Aspirando los cigarrillos uno a uno siendo contribuyente a la nube de contaminación... Nunca quise contaminarte.
Ahora me doy cuenta de ello. Aunque lo niegues y te aferres a ello como si no hubiera nada más, no me necesitas, no siendo como soy él día de hoy.

Y es que es cierto, llegaste a ser todo y hoy día quizá todavía eres algo, pero no del todo.
Conoces mucho de mi, conozco mucho de ti. Quizá no lo conozco todo, pero no es ya de mi interés. Y tú con lo buena que siempre fuiste conmigo no mereces a alguien egoísta y capaz de mentir para no tener que soportar el intangible peso de la culpa por no querer herir, que de todos modos termina desbordandose sobre mi.

Yo espero que tu gente no me odie, probablemente lo hacen, pero tampoco me interesa saberlo. Sólo espero que les depare un buen futuro y una vida próspera. Fueron como mi familia cuando la mía se hacía pedazos, jamás, ni pensarlo, merecerían desgracia sobre sus vidas. Merecen todo, salud, bienestar, felicidad...

Ya ha pasado todo y probablemente para ti no ha terminado del todo. Pero dejemos las cosas en claro para no tener que tocar las dudas ni una sola vez de forma próxima.

Jamás te aferres a la idea de que voy a pensar en ti como solía pensar. Jamás des esperanzas a un posible reencuentro que nada va a cambiar. Si no quieres no lo olvides, pero no lo guardes siempre del mismo modo. Nuestros recuerdos se cubrirán de óxido, hasta que queden irreparables y sirvan ya de nada.
Hay una vida entera esperándote allá afuera, vive como si no hubiera mañana y vuelve a amar como si yo jamás te hubiera herido.

Y entonces habrá valido la pena todo lo que hemos tenido que hacer, pensar, y decir. Habremos crecido y lo habremos hecho bien.

Mereces el mundo entero y luces de mil colores... No un cuarto de oscuridad y humo de cigarrillos.

Buena suerte.

Jimmy