Capítulo 4: Bailes

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Capítulo 4: Bailes

Me quedé mirándole sin saber qué decir.  Aproveché para dirigir mi mirada hacia su cuerpo, pero en concreto hacia una parte, la duda me invadía, ¿ me lo creía o no? No había visto su cuerpo desnudo pero mi mente ya se lo había conseguido imaginar un par de veces, y tenía muy buen cuerpo, podría ser stripper perfectamente. Un cuerpo como el suyo con una cara como la suya y un buen baile podría provocar varios ataques al corazón en muchas, pero no en mí. Aun así fue agradable la idea de verlo bailar semidesnudo o desnudo mejor dicho.

- ¿Y tú vas a dejar de mirarme el paquete? Porque no has dejado de hacerlo desde que dije que era stripper, no es que me incomode estoy acostumbrado, ya sabes. - me dirigió una mirada de suficiencia antes de continuar.- pero si quieres que te dé un buen espectáculo solo tienes que pedirlo rubita.

Y me guiñó el ojo. Bien, a mí me daba igual que supiera que le estaba mirando el paquete, sería tonta sino lo hiciera, creo que nunca vería uno igual, así que mejor disfrutar del momento.

- ¿Sí? Pues quiero que me demuestres que eres un stripper, no me lo creo. - en realidad si lo hacía, pero ya que estábamos pues así dormiría bien esta noche ante el recuerdo.

- De acuerdo, pero no va a ser lo mismo sin música. - que pena pensé, pero entonces me miró y empezó a cantar:

If i know one thing, that´s true.

Entonces me sorprendió bailando, pero no como cualquier baile que haría yo u otra persona intentando ser sexy, a él le salía solo. Tenía ese tono tan sexy que hacía que solo con la primera frase te arrodillaras a sus pies, pero me dije a mí misma que no lo haría. A la vez que esa frase salía por sus labios carnosos y rojos por moderlos hacía un movimiento con la cadera subiéndola para luego bajarla y su mano a su vez pasaba por su pierna hasta llegar hasta lo que había estado mirando antes por un buen rato.

It´s aint what you say it´s what you do .

Entonces sus manos empezaron a subir hasta el dobladillo de la sudadera que nos habían prestado, y yo cada vez estaba más ansiosa porque se la quitara y pudiera tocarle.

And you don´t say much, yeah, that´s true.

Nuna mejor dicho, no era capaz de decir nada, solo miraba. Y él parecía darse cuenta de cómo afectaba en mí aquello, sabía lo que hacía el muy cabrón. Entonces subió las manos por su cabeza tirando la sudadera fuera de su cuerpo, dejándolo al descubierto, y de mi boca salió un simple Ah, fue más bien algo como un gemido, pero suficiente para oírlo.

But i listen when you do.

Entonces me sonrió consciente de que se encontraba semidesnudo y con una víbora a la espera de poder tocar esos brazos que eran puro músculo y ese abdomen que marcaba todos esos cuadraditos bien trabajados. Entonces mientras acababa de decir aquella frase de la canción, me hizo un gesto para que me acercara, y no dudé. Cuando me encontraba a centímetros de él mirándole a los ojos, fui a tocarle y entonces se apartó.

- Creo que ha sido suficiente prueba por hoy.

Y como él bien sabía, había tenido el efecto deseado. Me había llevado hasta lo más alto, haciéndome desearle tanto que sin si quiera tocarle ya había soltado un gemido. Para luego después quedarme con ganas de más, un auténtico stripper, sí señor.

-¿Cómo lo has hecho? ¿siempre tienes un número preparado?

- Se llama improvisación.

Me quedé mirándole sorprendida, eso sí que no me lo esperaba, y debió de notarlo también, porque abrió la puerta al momento. Y menos mal, necesitaba un poco de aire para que bajara el calor, casi estaba sudando.

Crazy stupid lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora