Capítulo 6: Neon lights

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Capítulo 6: Neon lights

Llevaba toda la semana intentando pensar la forma de devolvérsela a Alex, pero no conseguía centrar toda mi maldad en él, sino en mis mejores amigos, los cuales no me hablaban. No hacían más que ignorarme, cada vez pasaban más tiempo juntos y menos con otras personas, y cuando lo hacían se abrazaban y seguían como si yo no estuviese allí, la verdad es que había llegado hasta tal punto de molestarme. Eso no era bueno, porque a mí pocas veces me molestaban las cosas, con el paso del tiempo y las experiencias uno aprende a ser más fuerte y eso conlleva la indiferencia en muchos aspectos, pero esta vez me molestaba porque si algo pido dentro de toda mi burbuja de mierda es estar bien con mis amigos, ellos son lo que más quiero en este mundo, sin ellos no soy nada.

¿Que porqué? Porque son las únicas personas a las que les importo, a mi pequeña familia solo le preocupa el negocio por una parte y a la otra la moda y los bolsos. A mi ex novio es una larga historia que os contare cuando esté preparada, sino lo hacen otros por mí, ya que tantos rumores no podían conllevar ningún arco iris para mí, pero lo que si os diré es que al que yo consideraba a parte de mi novio uno de mis mejores amigos, me falló. Descubrí que no le importaba nada en absoluto, que ni si quiera me quería, pero no quiero recordarlo, porque ese fue el detonante que hizo que mi vida fuera un completo desastre. Tal que dura hasta hoy a pesar de que mis dos mejores amigos me sacaran de lo peor en lo que llegué a meterme, y llegué hacer cosas realmente inmorales e indecentes que no tenían ningún sentido, pero que me hacían sentirme diferente por momentos.

En cuanto a mis amigos del anterior instituto, no les importaba una mierda, pero al menos lo sabía y ellos lo disimulaban, y me gustaba. Me respetaban, me invitaban a todas sus fiestas y me trataban como si fuera lo más de lo más, aunque en realidad solo les parecía "guay" algunas de las cosas que llegué a hacer, o el dinero que tenía mi familia. Yo les seguía el rollo a veces, pero si pretendían sacar lgo a cambio lo tenían claro, a mí ya me pisaron las veces suficientes como para aprender la lección, aunque tal y como decían Harry y Stacey, esta vez no estaba yendo por el buen camino sino por el peligroso. Y con peligroso me refiero a ese rubio de ojos verdes brillantes que no me transmite más que pensamientos impuros y constante desafío.

Y ahí estaba ese rubio mirándome sonriente desde el final de la mesa, pero no era una mirada de odio como la que me podía echar Piti a veces, ni una de ignorancia como las de Harry o Stacey, era una mirada llena de lujuria que mi mente no podía dejar pasar desapercibida. Una vez se levanta de la mesa acercándosea mí, intento apartar mi mirada de él y dirigirla a otro lado, la máquina expendedora de comida. Empecé a pensar en lacasitos, patatas y todas esas cosas que vendían allí, y al principio lo conseguí, conseguí ignorarlo, pero cuando noté su cuerpo sentado junto al mío y su mano posándose en mi pierna le miré.

- ¿Quieres parar? Aléjate de mí.

Me costaba mucho mirarle a los ojos, porque seguía teniendo aquella mirada, y en la mía si la viera el deseo cada vez se hacía más grande, y esas eran las cosas que mis amigos me habían enseñado a controlar, pero con este al lado de mí y su mano en mi pierna me costaba demasiado recordar esas cosas.

- ¿Porqué iba a hacerlo?- me susurró en el oído acercándose demasiado a mí y provocándome inseguridad por primera vez en mí desde hacía tanto tiempo.

Entonces su mano empezó a moverse por mi pierna hasta que llegó al dobladillo de la falda, paró un momento y fue a seguir cuando me crucé de piernas quitando su mano de mi pierna y sonriendo a todos los comensales que ahora nos miraban intentando fingir que no había pasado nada, pero Alex estaba demasiado cerca como para créerselo, e intentaron seguir con sus conversaciones.

- No vuelvas a hacer eso.

Fui seca pero concisa, era un mensaje que esperaba por mi bien y mi cordura que cumpliera, porque aquel chico creaba un deseo en mí incontrolable que podría volver loca a cualquiera. Para marcar mi territorio y mi espacio me levanté y me puse en el sitio en el que él se encontraba antes de ponerse a mi lado, junto a él había un chico que nos miraba divertido y me dejó sitio para sentarme, solo le devolví la sonrisa forzada consciente de lo que había visto.

Crazy stupid lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora