Capitulo 2

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    Nuevamente el despertador fue el causante de su despertar. Gruñó molesto tapándose la cabeza con la almohada e ignorando el aparato, ni siquiera se iba a esforzar en apagarlo, ya se le acabarían las pilas. Sin embargo Danneel no estaba dispuesta a aguantar aquel infernal sonido y golpeó el aparato haciéndolo callar, Jensen suspiró y volvió a refugiarse en los brazos de ella besándola en el cuello, rodeando sus piernas con la suya.

- Eres mi heroína.- Le susurró con la voz ronca, aún adormilado.
- No seas pelotero y levántate.- Sonrió sintiendo la boca de él recorrer su piel, poniéndole el vello de gallina.- Jen...- Susurró en un suspiro.
- Ayer no te pude dar los buenos días...- Habló con la voz ronca de nuevo, pero esta vez estaba bastante despierto, o al menos una parte importante de su cuerpo.
- Las buenas noches tampoco...- No quiso seguirle el juego, pero, desgraciadamente, su marido sabía cómo conseguir que se derritiera ante sus caricias.
- ¿No? En ese caso tendré que esforzarme.- Sonrió con picardía, subiéndose lentamente sobre su cuerpo, besando su cuello subiendo a su boca besándola despacio, con pereza, oyéndola suspirar.

Recorrió su cuerpo con ambas manos, con cariño delineando su figura sobre la suave tela del camisón, sujetando los bordes del mismo y estirando, sin prisas obteniendo de Danneel sumisa colaboración alzando las caderas para que dejara la prenda totalmente arrugada por encima de su pecho y se ocupara esta vez de deshacerse de su ropa interior, acariciando sus muslos, subiendo las manos por su trasero, apretándolo, escuchando como ahogaba un gemido mordiéndose el labio. Le encanta hacerla desesperar.

Colocándose entre sus piernas siguió besándola, recorriendo su cuerpo con sus manos, tocando allí y allá, en los puntos más sensibles de su piel, consiguiendo que se arqueara y gimiera, casi desesperada colocando las piernas en torno a su cintura apretándole contra ella haciendo que su erección chocara contra su sexo soltando él esta vez un gruñido de placer, moviéndose de manera que los estimulara así a ambos mirándola de reojo que lo observaba sonriendo mordiéndose el labio.
Inclinándose una vez más sobre su cuerpo la besó a la vez que embestía dentro de ella cortándole el aire, escuchándola gemir después y arañar sus hombros.




- Creo que me alegré demasiado pronto de tu repentina puntualidad.- Le recibió Jim mirándole serio mientras este se arreglaba la corbata.
- Lo siento, no volverá a ocurrir.- Prometió en un jadeo, intentando recobrar el aire de la carrera desde el coche hasta el edificio.
- Sí, cómo que me lo creo.- Resopló y después cambió su peso de un pie a otro.- Bueno, ahora céntrate en el proyecto, como sabes tu compañero no llegará hasta mañana, así que si tienes alguna idea, pásamela y miraremos qué hacer con ella.
- Muy bien.- Sonrió de medio lado y entró en su despacho dejando las cosas sobre la mesa.

Misha no se movió de su propio habitáculo hasta que vio a Jim desaparecer por completo del pasillo sabiendo que ya no volvería hasta pasadas unas horas. Entró en el despacho del rubio y cerró la puerta tras sus espaldas esperando a que empezara a despotricar contra su jefe.
Que no tardó en ocurrir.

- Si tienes alguna idea, pásamela y la miraremos juntos.- Imitó horriblemente la voz de su jefe haciendo una mueca con la boca.- Déjeme que piense... ¡Ah, ya sé! Déjeme hacerlo solo y mande al "compañero" de nuevo a su casa de una patada. Esa es mi idea.
- Jensen...
- No, joder.- Gruñó golpeando el escritorio, pero sin conseguir que Misha se inmutara.- No voy a tolerar que ese niñato se me suba a la chepa y se crea mejor que yo.
- Eso sólo es una idea tuya que se te ha metido en esa cabecita masoquista que tienes.- Se acercó a su escritorio y se sentó en la silla de en frente a él.- No tiene que pasar nada de eso, Jensen, tú eres el que manda.
- ¿Y si pasa? Y si remotamente es un niñato malcriado con aires de superioridad...
- Entonces le das una buena hostia, le explicas como van las cosas y agachará la cabeza como un perrito.
- No creo que después de agredirle volviera a pisar la empresa.
- Después de pagar la fianza.- Rió consiguiendo que el de ojos verdes riera con él y sonriera con cariño.
- Gracias, no sé cómo lo haces, pero siempre consigues animarme...
- Somos amigos ¿No?- Sonrió también.
- Claro...

Pasadas unas horas, Jensen estaba totalmente concentrado en sus papeles, escribiendo ideas una tras otra, sepultándose casi en una montaña de folios rayados, arrugados y con exceso de tinta en ambas caras.

- ¿Jensen?- Escuchó a su jefe llamarlo y alzó la cabeza golpeándose con la lamparita en la coronilla.
- Joder.- Gruñó rascándose en la misma, siseando de dolor, miró a la puerta encontrando al hombre acompañado por otro bastante alto y rubio.
- Te presento a Sebastian Roché.- Lo señaló.- También será nuevo en la empresa.
- Oh...- Se quedó mirándolo un segundo, este le sonrió de medio lado y esperó a que él se acercara tendiéndole la mano.- Bienvenido, soy Jensen...
- Sé quién eres.- Sonrió de nuevo apretándole un poco más fuerte la mano.- Tu jefe sólo sabe piropearte.
- No te pases.
- Sí, cuando estoy cerca pocas veces le oigo idolatrarme.- Rió suave y se soltó del otro.- ¿Es mi compañero? Creía que venía mañana.
- No, no, yo estaré en la planta de arriba, con los gráficos. Se me da mejor dibujar que pensar.

Jensen asintió sin perder la sonrisa mirando a Jim sin estar muy seguro de cómo actuar. No era una persona retraída, le gustaba familiarizarse con la gente que trabajaba en el edificio y se hacía amigo con bastante facilidad. Era una persona abierta.
Sin embargo había algo en la mirada de Sebastian que no acababa de convencerle. Aquellos ojos azules destellaban cada vez que se fijaban en él y podría jurar que le había visto recorrerle de arriba abajo, acariciándose los labios con la punta de la lengua. No tenía ningún problema con los gustos de cada uno, allá cual con lo que decide experimentar, pero sí que se sentía violento al ser objeto de esa excitación, más si era tan evidente como acababa de hacer él.

Carraspeó algo incómodo rascándose la nuca desviando totalmente la mirada de ambos hombres para fijarla en su escritorio, un claro signo de intento de huída que entendieron ambos a la perfección.

- Bien, vamos a seguir con el recorrido, espero ver pronto alguna idea, Jen.- Le dijo antes de salir del despacho con el rubio.

Jensen asintió de nuevo como un robot, cuando salieron del despacho miró hacia la plaza de Misha, esperando que corriera de nuevo a él para que escuchase sus quejas y que despotricara a gusto, pero lo vio con Mark, otro compañero de un par de plantas más abajo que la suya. Se llevaban bastante bien, incluso alguna vez se había metido con su amigo intentando hacerle rabiar insinuando alguna relación más estrecha entre ellos que de simple amistad.
Y seguiría haciéndolo por el resto de sus días, si no hubiera sido porque en ese momento, mientras él sonría con burla pensando su nueva frase para verle fruncir el ceño, Mark se inclinó suavemente hacia el moreno, diciéndole algo muy cerca de los labios, haciendo sonreír a Misha a la vez que le acariciaba la mejilla y sonreía él también ya que su amigo parecía contestar de forma afirmativa a su, posible, invitación con un sutil cabeceo seguido de una frase que hizo que ambos sonrieran de forma confidente.

Apartó la mirada confundido, mirando al suelo con el ceño fruncido intentando darle sentido a lo que sus ojos acababan de mostrarle, sin embargo no estaba realmente seguro de querer saber qué estaba pasando entre aquellos dos. Suspirando con cierta resignación volvió a su mesa y miró a la cantidad de papeles desordenados que había en ella y a su alrededor por el suelo.

- Menudo desastre...- Alzó ambas cejas, bastante sorprendido a la vez que hinchaba las mejillas.- Tengo que terminar con esto para mañana hablar con Jim y "el nuevo" sino no daré la impresión que tengo que demostrar...
- ¿Hablando solo?- Escuchó desde la puerta encontrándose con Misha.
- ¿Eh?- Lo miró confundido y después cerró los ojos apretando suavemente los labios, intentando concentrarse en lo que acababa de decirle su amigo.- Estresado más bien... Aún no tengo nada concretado y para colmo Jim me quita tiempo presentándome a un tío que ni siquiera es de nuestra planta.
- Ah sí, el nuevo, a mí también me lo ha presentado, bueno, va por todo el edificio haciendo pública su aparición.- Sonrió entrando y apoyándose en la silla de en frente de Jensen.- ¿Te quieres venir después a tomar unas cervezas? Necesitas relajarte un poco.

Hubiera dicho que sí, sino fuera porque recordó fugazmente la escenita con el otro hombre y se imaginó la situación. Los tres bebiendo, hablando de chorradas y llegado a un momento de poca lucidez, posiblemente aquellos dos empezarían a hablar en susurros y si se despistaba un poco quizás incluso a comerse la boca como si la vida les fuera en ellos.
Realmente no estaba muy seguro de querer experimentar eso de tan de cerca.

- No, no puedo.- Se desentendió amablemente.- Danneel me espera en casa, ha dicho que esta noche quería preparar algo especial.- Y no mentía del todo, acababa de acordarse de que esa noche iban a ir sus suegros a cenar a casa, no podía fallar.
- Está bien, en ese caso no insisto.
- Otro día, este fin de semana podemos ir con el nuevo.
- ¿Sebastian?
- No.- Se negó en rotundo.- Con mi compañero. Si no es un imbécil, claro.

Misha soltó una sutil carcajada. Se despidió de él con un gesto con la mano y salió de nuevo del despacho, lo siguió con la mirada comprobando que se paraba al lado de Mark y hablaban de algo. Misha se encogía de hombros y negaba con la cabeza, vio a Mark sonreír haciendo el mismo gesto que él, para después acariciarle el pelo y marcharse los dos al ascensor.
Miró la hora, era algo tarde, así que recogió sus cosas y salió del despacho cerrando la puerta tras él, se dirigió hacia el ascensor y este se abrió encontrando a Sebastian, con otros compañeros, dentro. Hizo una mueca parecida a una sonrisa y entró apretando el botón para el parking y decidió ignorar al rubio que clavaba sus ojos azules en su nuca

Open your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora