Capitulo 9

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    Como le había dicho el dibujante unos días antes, los productores del anuncio pidieron a Jared que fuera su chico de anuncio. No era necesario ningún diálogo o que se viera su rostro, simplemente lo metieron en un coche, con una chica, su espalda al descubierto sin rastro de ropa y ella abrazada a él tanto con piernas como brazos.
A Jensen le hizo menos gracia de la que esperaba presenciar esa escena, no era su trabajo, no tenía por qué estar haciendo aquello y esa tía no tenía por qué estar tocándole de esas maneras, como si la vida le fuera en ello.
Resopló cruzándose de brazos alejándose un poco de la escena para intentar tranquilizarse.




- A ver ¿Qué te carcome ahora?- Fue el saludo de Misha cuando el rubio se presentó en su casa cuando regresaron del viaje.- Deberías estar con tu mujer, haciéndole el amor de manera salvaje.- Jensen lo miró, serio, entró de la casa para luego caminar hasta el salón.- Oh, esto parece grave.

Cerró la puerta de casa, fue a la cocina a por unas cervezas y volvió al salón con su compañero ofreciéndole uno de los botellines que llevaba y se sentó justo en frente de él. Jensen agradeció la cerveza abriéndola y dándole un largo trago.

Misha lo miraba expectante y él no sabía por dónde empezar.

- ¿Ha ocurrido algo con Danneel?- Le preguntó, preocupado.
- No...
- Vale, eso es bueno.- Bebió de su botellín.- ¿Jared? ¿Tiene que ver con Jared?- Jensen bajó la mirada jugando con la pegatina casi despegada de la cerveza.- Vale... ¿Qué ha pasado?
- No sé qué me está pasando, Misha...- Susurró, tragando saliva.- No sé qué hacer cuando le tengo cerca...- Lo miró de reojo, perdido.- Pierdo el control...
- Entiendo...- Asintió.- No creo que...
- ¿Interrumpo?- Apareció entonces, Mark, descamisado y con un pantalón negro que evidentemente no era suyo.
- ¿Estás con él?- Lo miró asustado y algo culpable.- Lo siento, no sabía...
- No, Jensen, pasa Mark, estábamos hablando.- Le hizo un hueco a su lado.
- Será mejor que venga en otro momento.- Pidió nervioso, levantándose.
- Siéntate.- Casi le ordenó el moreno.- No te preocupes por él, lo sabe.
- ¿Qué?
- No es un secreto.- Defendió el otro rubio rodeando de manera protectora la cintura de su pareja.- Se nota bastante, para ojos expertos, que os ocurre algo.

Eso tampoco calmó demasiado a Jensen, suspiró y asintiendo se sentó de nuevo, con las manos aún temblorosas bebió del botellín para mirarles de reojo.

- Estuvimos a punto...- Se lamió los labios.
- ¿De acostaros?- Le ayudó el moreno.
- Sí, pero... Fue una jodida tontería.- Se exasperó.- Yo estaba viendo la televisión, la tele tienda y Jared no quería verlo, no daban nada mejor y empezamos a pelearnos por el mando y... Se subió encima de mí y... No pude pararle...
- ¿Te ha forzado a...?- Se tensó Misha entre los brazos de Mark.
- No... No pude pararle porque...- Bajó la cabeza.- No quise parar...

Su amigo asintió sin decir palabra, Jensen les explicó sin demasiados detalles lo que había ocurrido aquella noche en el hotel, sintiéndose avergonzado con cada palabra, notando las miradas de ambos clavadas en él, sin interrumpirle. Les contó la llamada de Danneel, como había reaccionado después con Jared y los siguientes días que pasaron por una extraña tensión, pero que a la vez ambos aceptaban la cercanía del otro, bromeando como solían hacer.
También les contó el momento del anuncio, cuando Jared tuvo que desnudarse y fingir que se estaba follando a esa chica, cómo tuvo que alejarse para que nadie oyera el rechinar de sus dientes.

- Y lo que te preocupa a ti ahora...
- No sé cómo enfrentarme a Danneel... Es mi esposa, y la quiero.- Recitó ya como un mantra.- No quiero hacerle más daño del que le estoy causando, pero...
- Creo que deberíais hablar, no contárselo, pero dejarle caer, con sutilidad que no te sientes cómodo últimamente.- Le aconsejó Misha.
- No creo que sea lo mejor.- Negó el rubio de ojos azules.- Sigue con ella, como hasta ahora, bésala, abrázala, hazle el amor, trátala como tu esposa, aquella que amas y con la que deseas estar para toda la vida. Si sientes que la cosa no... Es igual que antes plantéatelo seriamente, y respecto a Jared... Bueno, mientras intentas hacer feliz a tu mujer analiza lo que te provoque él al estar cerca de ti.- Se encogió de hombros.- Sino nunca saldrás de dudas.
- ¿Y si me equivoco?
- Jensen... Si cuando abraces a tu mujer, cuando intentes buscar el placer que proporcionaba estar con ella no lo encuentras... Es que algo no va bien.

El de ojos verdes lo miró de reojo tensando ligeramente la mandíbula, asintió comprendiendo lo que su amigo intentaba explicarle. Bebió una vez más del botellín, sin mediar palabra.
Estuvo unas horas más allí con ellos, hablando de otras cosas, intentando mantener la mente despejada de los problemas. Después regresó a casa para poner en práctica lo que Mark le había aconsejado, rezando para que todo fuera como antes.

Sin embargo las cosas no sucedieron con tanta facilidad como su mente había planeado ni imaginado. Danneel se lanzó a sus brazos para besarle, dándole una intensa bienvenida. Jensen la sujetó con cuidado para que no cayera de su cuerpo y correspondió a su beso con la misma necesidad que ella le exigía, pero no pasaba nada.
No sentía nada dentro de él, cerró los ojos con más fuerza intentando que la sensación se esfumara, jadeó en la boca de ella cuando esta empezó a acariciar su entrepierna y se separó con un gruñido frustrado al no obtener una respuesta allí abajo ante las caricias de su mujer.

- ¿Jensen?
- Necesito descansar...- Susurró.- Lo siento... Ha sido un viaje muy largo, estoy agotado...
- ...Entiendo, perdona, es que... Te echaba de menos y... Lo siento...
- No importa.- Sonrió besándola.- Te prometo que te compensaré.

Ambos rieron de forma pícara y Jensen subió a su habitación, cerró la puerta apoyándose en la misma acariciándole el pelo, echándoselo ligeramente hacia atrás, desesperado. Aquello iba a ser duro. Muy duro.

Realmente intentaba fingir que todo estaba bien, que nada ocurría, procuraba tener a Danneel como siempre, que no sospechase lo que podía rondarle por la mente, ni que se imaginara que podría tener alguna amante o algo similar.
En el trabajo tampoco lo tenía fácil, cada vez que Jared aparecía por la puerta los recuerdos de aquella noche el Lafayette golpeaban su cerebro haciéndole temblar de pies a cabeza, soltando algún suspiro entrecortado consiguiendo que su compañero lo mirara preocupado. Su mínimo contacto conseguía erizarle el vello y su voz profunda despertaba cierta parte de su anatomía que llegaba hasta doler.

Esa mañana llegó al trabajo temprano, tenía unas ojeras profundas y sentía el estómago revuelto, ni siquiera había podido tomarse su porción de tarta matutina. Abrió la puerta del despacho y encontró allí a Jared, sumergido en los papeles, con el flequillo cayéndole con gracia por la frente, se mordía los labios, pensativo y se golpeaba con el bolígrafo suavemente en la barbilla. Su mente le dio una violenta sacudida a esa escena volviéndole de un golpe al hotel, cuando estaba bajo su cuerpo, sudando y jadeante.

Un fuerte mareo le hizo tambalearse y la arcada le subió desde el estómago quedando atascada en su garganta, sin pensarlo salió casi corriendo al cuarto de baño. Entró como un huracán metiéndose en uno de los habitáculos y vomitó con violencia, haciéndose daño en la garganta, sintiendo que el estómago se comprimía para exprimir lo poco que había en él, recurriendo a la bilis dejándole un asqueroso sabor amargo en la boca, que tardaría horas en marcharse.
Aliviado por momentos se incorporó en el suelo mirando al techo del cuarto de baño. Se levantó sintiendo las piernas temblarle todavía y tiró de la cadena, salió del habitáculo acercándose a la pila de grifos mojándose la cara para limpiarse la boca y el rastro de lágrimas que habían surcado su piel debido al esfuerzo.

Más calmado inspiró hondo y salió del baño para volver al despacho, iba despistado y cuando abrió chocó con alguien que le hizo trastabillar, pero que lo sujetó del brazo y cintura para que no cayera. Alzó la cabeza para darle las gracias y se quedó helado entre sus brazos.

- Sebastian...
- No tienes buen aspecto, Jensen, deberías tomarte el día libre.- Lo soltó, sonriendo.- Esos ojitos verdes no deberían lucir tan cansados.- Dicho eso, acarició su rostro y entró en el cuarto de baño.

Jensen sintió la necesidad de arañarse la cara, donde notaba aún el ardor de la piel del otro hombre, sin embargo dio media vuelta ignorando que había chocado con él y volvió al despacho. Entró intentando ignorar a su compañero y se sentó en su mesa, mirando cómo le temblaban las manos que aún sujetaban su maletín. Jared lo miró de reojo y se incorporó un poco en la mesa.

- ¿Estás bien? No tienes buen aspecto...
- No he dormido mucho hoy.- Contestó simple.
- Ya veo...A Jim no le gustará verte así, quizás deberías ir a casa y decir que estás enfermo o algo.
- Me importa una mierda lo que le guste o no a Jim.- Lo miró con el ceño fruncido y los ojos cansados.- No estoy enfermo, sólo he pasado una mala noche. Estoy bien.
- No, Jensen, esas ojeras, por mucho que digas, no son de una noche y no estás bien.
- Quizás, puede que no esté bien, pero eso no va a impedirme que esté trabajando.- Lo miró serio.- Sólo es cansancio... Puedo sobrellevarlo.
- Como digas.- Suspiró el castaño sin esforzarse en llevarle la contraria.    

Open your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora