Ahí estaban montados en el coche sin saber qué decir, mirándose las caras como idiotas. Jensen apretaba el volante entre sus manos aún sin haber arrancado y Jared lo miraba un poco preocupado, estaba claro que a su compañero no le hacía nada de gracia aquel viaje.
- Si no estás bien puedo hablar con Jim, no importa, yo...
- No, no, es que...- Tragó saliva arrancando por fin y saliendo del barrio del castaño.- Estoy nervioso, es la primera vez que nos reclaman en persona para terminar el proyecto y no quiero cagarla.
- ¿Seguro?
- Sí, de verdad, no es nada.- Se giró para mirarlo y sonrió.- ¿Música?
- Claro, tenemos seis horas por delante para aburrirnos el uno del otro.- Rió contagiando al rubio.
La verdad, había que reconocer, que el viaje no fue tan malo como Jensen esperaba. Estuvieron los dos cantando o más bien berreando las canciones de la cinta que el rubio había puesto, riéndose cuando se les iba alguna nota o se confundían de estrofa. Aporreaba algunas veces el volante como si fuera una batería consiguiendo que Jared se riera más fuerte de él.
Un poco cansados de la música y con las gargantas secas decidieron bajar la voz lo suficiente para que se escuchara de fondo mientras ellos iban hablando de cualquier cosa, más tranquilos y relajados.
Seis horas más tarde, como habían predicho entraron en Lafayette, una ciudad bastante grande y de edificios altos. Jared sacó la carta que les habían mandado con la invitación y la dirección exacta del hotel donde se hospedarían el tiempo que fuera necesario. Pagando la empresa, todo sea dicho.
- ¿Y bien?- Esperó Jensen mirándole de reojo.
- Tienes que meterte por la calle Jefferson.- Leyó mordiéndose la uña del dedo índice.- Es el hotel Juliet.
- Vamos a ver...- Dijo girando hacia la calle que el castaño le había dicho.
Tras un rato buscando y preguntando a un par de viandantes amables aparcaron en el parking del hotel y cogiendo el par de maletas de mano que cargaban los dos entraron en recepción.
Un hombre de unos cincuenta años los recibió con una amplia sonrisa. Jared le entregó la carta viendo cómo se le iluminaba la cara al recepcionista y buscaba una llave de habitación. Ellos se quedaron observándola, sin saber qué hacer, se miraron y Jensen carraspeó intentando ser respetuoso.
- Disculpe, pero... ¿Sólo hay una habitación?
- Así es, señor.- Sonrió de nuevo.- Cuando su empresa nos llamó nos informó el motivo de su hospedaje y dedujimos que si estaban trabajando en algo importante sería mejor que compartieran habitación. Eso sí, camas separadas.- Intentó bromear.
- Gracias. Es un consuelo.- Gruñó el rubio que cogió de malas maneras la llave y las maletas yendo hacia el segundo piso.
- Disfruten de la estancia.
Jared farfulló algo parecido a un gracias siguiendo a su compañero hasta la habitación. Le vio abrir la puerta de malas maneras y meterse en la habitación soltando las maletas de golpe, haciendo un ruido seco contra el suelo, el castaño entró también temeroso por lo que podría encontrarse y sonrió.
La habitación era bastante amplia, las dos camas grandes y visiblemente cómodas, con un canapé a los pies de las mismas, un mueble en frente con una amplia televisión de pantalla plana, dos armarios y un balcón pequeñito para poder asomarse o tomar el aire.
- No está tan mal...- Susurró Jared mirándole de reojo.
- No...- Suspiró rascándose la nuca, se giró y miró a su compañero.- ¿Cuál quieres?
- ¿Qué?
- De camas, cuál prefieres...
- Ah, me da igual. Me quedo con la más cercana a la ventana, por ejemplo.
- Bien.
- Jensen, puedo pedir otra habitación.
- No, en serio.- Suspiró lamiéndose los labios, intentando no parecer alterado.- Estoy bien, sólo me ha pillado un poco por sorpresa, creía que Jim no era tan capullo.
- No quiero incomodarte.
- No lo haces, Jared... Estoy bien.
- Cómo quieras...- Se rindió encogiéndose de hombros y dejando las cosas sobre la cama abrió uno de los armarios para ir colgando la ropa.
Jensen decidió imitarlo quedando en silencio los dos el resto de la tarde.
Quizás el día había pasado un poco tenso entre ambos, desde que llegaron al hotel y habían descubierto la gracia de su jefe apenas se habían dirigido la palabra. Sólo para consultar la dirección de la empresa del anuncio, se presentaron allí con el proyecto, sin acabar explicándoles las ideas básicas que tenían, pareció gustarles bastante e interesarse por el mismo. Dejándoles un despacho en el que pudieran trabajar más cómodos siguieron toda la tarde allí metidos.
A la noche regresaron al hotel comiendo algo rápido en el restaurante del mismo. Jensen encendió la tele, poniendo un canal al azar y se acomodó en el canapé. Jared se acercó para ver qué era y después resopló.
- ¿En serio vamos a ver esto?
- ¿Qué? No dan nada mejor...
- Ya, claro, déjame el mando.- Le pidió tendiéndole la mano.
- No.
- Jensen, dame el mando.
- ¿Por qué? Estaba viéndolo yo antes, no seas crío.
Jared sonrió de medio lado, hizo amago de retirarse, pero se lanzó estirando el brazo buscando el mando. Jensen fue rápido y lo evitó, sonriendo al ver que no podía cogerlo. Sin saber cómo estaban forcejeando por el maldito aparato como si de verdad fuera tan importante quitar lo que estaban dando por la televisión.
Jensen cayó de espalda a la cama y Jared sobre él, puesto a horcajadas sobre su vientre, sin darse cuenta ninguno de la postura, el más joven de los dos seguía estirándose buscando poder alcanzar el control remoto, mientras que el rubio estiraba todo lo que podía el brazo para alejarlo de él, en un movimiento alzó las caderas y su entrepierna chocó contra la de Jared.
Se tensaron casi a la vez, el castaño siseando un suspiro placentero y a él se le cayó el mando de la mano colándose detrás de la cabecera de la cama. Ambos se miraban fijamente sintiendo todavía el calor en la parte baja de sus vientres ante aquel roce, palpitando, queriendo que volviera a ocurrir.
Jared se lamió los labios sin apartar la mirada de su compañero. El de ojos verdes tensó la mandíbula marcándola en sus mejillas sosteniéndole la mirada y respirando con un poco de dificultad, quizás porque de verdad, Jared estaba aplastándole el estómago.
El siseo placentero lo soltó esta vez el más bajito cerrando los ojos y mirando hacia otro lado, cuando Jared volvió a moverse, comprobando que no había sido una alucinación, que ambos estaban excitados, y sus erecciones aclamaban por salir de los pantalones, o acabarían rompiéndolos. Removiéndose encima de él se quitó de su cintura para cogerle las piernas y abrirlas tanto como pudo, poniéndose él entre ellas, también abriéndolas, dejándolas debajo de las del rubio. Él intentó zafarse colocando las manos sobre su pecho empujándolo hacia atrás.
- Jared, para...- Le pidió viéndose incapaz de cerrar las piernas ante la posición en la que estaban.- Esto es un error...
- Déjame ayudarte.- Susurró.- Ambos estamos en la misma situación... Cierra los ojos...- Tragó saliva de nuevo, dándose cuenta de que ante el forcejeo a Jensen se le había salido la camisa de los pantalones y la llevaba ligeramente subida viendo su cintura.- Si te incomoda...- Acabó la frase en un jadeo volviendo a chocar sus pelvis.
Jensen jadeó involuntario arañando la camisa del más alto, sintió cómo le subía la suya propia hasta la altura del pecho y se inclinaba un poco hacia él besando y mordiendo de manera sutil la forma de sus costillas. El rubio se arqueó ante el ataque escuchando de seguido cómo las manos de su compañero le desabrochaba el pantalón bajándolo hasta sacarlo del todo, Jensen intentó aprovechar la liberación para saltar de la cama, pero rápidamente Jared volvió a colocarse también sin pantalones sorprendiendo al otro por la velocidad de sus movimientos. Se sonrojó, tenso, ante la mirada lasciva que le estaba dirigiendo a su abultada entrepierna aún oculta por los bóxers que, realmente, empezaban a hacerle daño. Incómodo alzó las manos y las colocó sobre los ojos del castaño tapándoselos, avergonzado.
- No me mires así, joder.- Gruñó con la voz ronca.- No soy un pedazo de carne...
- Lo sé... Por eso mismo te miro así.- Contestó también con la voz bastante más grave de lo normal.- Me gustas mucho, Jensen...Tu cuerpo es perfecto...
El rubio tembló bajo él sintiendo cómo lamía sus dedos pulgares, que al estar cubriéndole parte del rostro habían quedado cerca de su boca, los acariciaba con la lengua metiéndoselos a la boca llenándolos de saliva excitándole de una manera que no creyó posible.
Cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás apretándola contra la almohada al sentir un nuevo restregón de ambas erecciones y tuvo que soltar el rostro de Jared para no clavarle las uñas dejándolas a ambos lados de su cuerpo, respirando entrecortadamente, ahogando un nuevo gemido ante la repetitiva fricción. La tela de la ropa interior era demasiado fina y dejaba sentir con claridad lo que estaba haciéndole.
Los abrió de nuevo, sin embargo cuando los pulgares del castaño se metieron por la cinturilla de sus bóxer y estiró despacio hacia abajo quitándoselos. Sus manos se anclaron alrededor de sus muñecas impidiendo que siguiera bajando.
- No... No es necesario esto...- Susurró sin atreverse a mirarle.
- No creo que te haga mucha gracia empaparlos, además, no sé si a ti también, pero a mí me empieza a doler.- La sonrisa de Jared se ensanchó, marcando sus hoyuelos, cuando Jensen desvió la mirada.
Claro que estaba haciéndole daño, la costura de la cintura del mismo, donde estaba la goma elástica de dos dedos de anchura con la marca de la prenda llevaba un rato clavándosele en la piel consiguiendo que cada vez que Jared se movía sobre él no fuera cien por cien placentero. Cuando quiso decirle que podían parar y hacerlo cada uno por su cuenta, él ya se había alejado de nuevo y los había dejado desnudos de cintura para abajo. ¿Cómo lo hacía? Era imposible que tuviera tanta maña a la hora de desnudar a un hombre.
- "A saber con cuantos se ha acostado a lo largo de su vida"- Pensó con cierta rabia contenida.
- Ya te digo... Si no te sientes bien, no mires...- Le recordó antes de ponerse de tal manera que ambas erecciones quedaron una sobre la otra, en total contacto.
Ambos jadearon de placer a la vez, podían sentir sus miembros palpitar contra el otro empezando a segregar líquido pre seminal sin apenas tocarse. Jensen se atrevió a mirar por un segundo descubriendo que la polla de su compañero era unos centímetros más grande que la suya. Masculló una maldición, haciendo reír al otro, y volvió a apoyar la cabeza contra la almohada, respirando profundamente.
- ¿Estás bien?
- Ahora ya es tarde para preguntar ¿No crees? Hazlo de una vez... Se me están durmiendo las piernas.
Jared sonrió con cariño, a pesar de la rudeza con la que hablaba se notaba que quería que aquello pasara tanto como él. Asintiendo empezó a moverse sobre su erección, gimiendo ante el placer que le recorría desde la punta de la polla y por toda la columna vertebral, poniéndole el vello de punta. Jensen se arqueó haciendo que ambas erecciones quedaran más aplastadas entre los dos estómagos intensificando el placer, obligando a Jared a moverse más deprisa sobre él para que las corrientes que los envolvían fueran más intensas haciéndoles gemir más alto casi sin poder controlarse.
El menor buscó las manos del rubio, cogiéndolas y colocándolas a ambos lados de su rostro, entrelazando los dedos moviéndose así con mayor fuerza teniendo donde sostenerse cogiendo velocidad, como si realmente ya estuviera follándoselo.
Jensen apretó en agarre de sus manos clavándole un poco las uñas sobre las mismas, estirando el cuello y gimiendo. Rodeó su cintura con las piernas y clavó los talones contra el final de la espalda de Jared, haciéndole un poco de daño, que gruñó haciéndole notar ese efecto.
Se corrieron con violencia, temblando y tensándose como dos adolescentes inexpertos, resoplando y ahogando de la mejor manera posible un gemido exagerado. Jensen tuvo que cerrar los ojos y la boca al sentir el impacto del líquido semi espeso sobre su rostro. Respiró de forma entrecortada intentando recuperar el aliento, subiendo y bajado el pecho con fuerza a cada bocanada.
Padalecki lo miró un segundo y sonrió de nuevo al verle allí, totalmente dócil, con el pelo húmedo por el sudor, algunos mechones que solía llevar engominados hacia arria ahora había decaído quedándose adheridos a la piel sudorosa. Tenía los ojos fuertemente cerrados en una mueca que entendió rápido al ver las manchas de su rostro y tuvo que morderse la lengua para no reír. Siguió observándole, descubriendo que la camiseta que él mismo había subido para no mancharla, igualmente había quedado impregnada con el semen de ambos pegándose al cuerpo de su dueño, bajó un poco más la mirada y descubrió que la piel desnuda también había quedado manchada.
- Vaya...- Rió sorprendido por la potencia.
- Dime que lo que tengo en la cara no es lo que creo que es...- Le pidió cortándole la frase.
- Bueno... Depende sobre de quién creas que es exactamente.- Rió acercándose al rostro del mismo y lamió su barbilla y mejilla, eliminando el rastro blanquecino, haciendo que Jensen abriera los ojos y lo mirase con una mueca estupefacta, algo asqueado.
- ¿Por qué has hecho eso? Es asqueroso...
- No creas... No sabe tan mal.- Sonrió encogiéndose de hombros.
Sin embargo el rostro del rubio sólo cambió a incredulidad. Jared sonrió y alzó una de las manos que aún sostenía y la besó con cariño para después soltar ambas, quedando aún sentado entre las piernas de su compañero, que se incorporó tocando por fin la superficie acolchada con los pies y lo miró de reojo, tragando saliva y tensando la mandíbula, no muy seguro de lo que tenía que decir.

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Open your eyes
FanfictionPara Jensen su vida siempre ha sido perfecta, esposa, trabajo, un buen sueldo, un grupo de amigos pequeño, pero imprescindible, todo parece casi como un cuento de hadas, hasta que se da cuenta de que era demasiado perfecto.