Capitulo 8

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Jared entendía lo incómodo de la situación, sabía que se había excedido ante la confianza de Jensen, que aquello nunca tendría que haber pasado, pero... Recordaba su rostro, excitado, recordaba su voz, ronca gimiendo, y sentía un escalofrío recorrerle por entero y le daban ganas de entrar en la ducha y abrazarlo, volver a tenerlo como apenas hacía unos minutos e incluso llegar a más, aunque eso supusiera el despido y el total odio y desprecio del rubio. No le importaba, necesitaba sentirlo entre sus brazos.

El mayor salió del cuarto de baño con una toalla atando su cintura. Ambos se miraron durante unos segundos con fijación, pero ninguno dijo nada, se sentían demasiado extraños como para atreverse a penas a dirigirse la palabra. Jared carraspeó y cogiendo ropa limpia se metió en el cuarto de baño.
Jensen agradeció el momento de soledad para tumbarse en su cama y resoplar, totalmente perdido ¿Cómo debería actuar a partir de ahora? ¿Cómo enfrentarse a Jared? ¿Y su mujer? No sabía si sería capaz de mirarla a la cara después de aquello, se sentía despreciable, sucio, la había engañado con un hombre, se había dejado llevar por sus instintos más animales, como un maldito adolescente. Se pasó las manos por el rostro apretándose los ojos y las sienes intentando aplastar su cerebro.
Dio un respingón sobre la cama cuando escuchó su móvil con una música en particular. Danneel le estaba llamando. Y él no tenía fuerzas para fingir que todo estaba bien y que la echaba de menos. Inspiró hondo y se arrastró buscando el teléfono. Descolgó.

- Cielo...- Susurró alargando la última vocal, de forma cariñosa.
- Jen, ¿Cómo va todo?- Su mujer sonaba animada, contenta por poder hablar con él.- ¿Es bonita la ciudad?
- No me ha dado mucho tiempo a verla, pero el hotel es genial...
- Calla, siempre me das envidia con esas cosas.- Los dos rieron.- Te echo de menos...- Susurró y Jensen se la imaginó haciendo un cómico puchero. Sonrió.
- Sí... Yo también te echo de menos...- Le costó un poco, lamiéndose los labios.

Jared ya había salido de la ducha, se estaba vistiendo en el cuarto de baño para no incomodar a Jensen, tenía la mente divagando todavía sobre lo que debía hacer a partir de ahora, de cómo intentar tratar a su compañero cuando escuchó la risa del mayor venir desde la habitación.

- Sí... Yo también te echo de menos...

Se tensó ligeramente, crispando los dedos alrededor del cepillo que sujetaba. Estaba hablando con ella, no era muy difícil de adivinar, su voz se había suavizado y podía imaginarle con esa sonrisa tan característica que sólo se le formaba cuando hablaba de Danneel, con los ojos brillantes.
La rabia y los celos le invadieron sin darse cuenta tensando tanto la mandíbula que por un momento deseó que sus dientes crujieran. Inspiró hondo intentando calmarse, pues sabía que no tenía ningún motivo para ponerse así, Jensen no era suyo, no le pertenecía.

Algo más calmado terminó de vestirse, unos calzoncillos y una camiseta interior de manga corta, y salió del cuarto de baño sorprendiéndose con la imagen que le recibió.
Lejos de descubrir al hombre contento que se había imaginado, estaba abatido, con las manos sobre la cabeza, los hombros hundidos y doblado sobre sí mismo clavando los codos sobre las rodillas. A un lado el teléfono, alejado de él como si lo hubiera tirado con desgana. Jared tragó saliva acercándose, tocándole el hombro, sintiendo como se tensaba bajo su mano.

- ¿Estás bien?
- ¿Qué si estoy bien?- Alzó la cabeza, con las cejas arqueadas, como si de verdad le estuviera preguntando aquello.- ¿De verdad eres capaz de preguntarme eso?
- Jensen... Lo siento...
- Te dije que pararas.- Lo miró fijamente, frunciendo el ceño y hablando con los dientes apretados.- Te dije que no siguieras... Ese día Sebastian no llegó tan lejos como tú y casi le rompes la cara, deberías darte un buen puñetazo a ti mismo.
- No... No es lo mismo.- Intentó defenderse, bajando la cabeza.
- ¡Yo no quería, maldita sea! Danneel es mi mujer ¡La quiero! ¿Cómo tengo que decírtelo? Mi vida es perfecta así ¿Por qué tienes que complicarlo todo? ¿Eh? Hay... Miles de hombres en el mundo, búscate a otro, joder.
- No es tan fácil, Jensen, yo... Yo no quiero a otro.- Lo miró de reojo aún viéndole rojo de la ira.- Sonará egoísta y todo lo que quieras decirme, pero sé que... No sólo fue instinto mío... Que tú también pusiste de tu parte...

Jensen lo miró frunciendo el ceño, se levantó rápido sobresaltando al castaño que retrocedió unos pasos por precaución, sin embargo el rubio no hizo nada, simplemente destapó la cama y se metió en ella, dándose la vuelta para dormir e ignorar su presencia.
Realmente no podía decir qué le hacía más daño, si las ganas contenidas que tenía de golpearle hasta hacerle una cara nueva o aquella postura de indiferencia que había adoptado en segundos. Sabía que las cosas iban a acabar mal entre ellos, no iba a ser lo mismo a partir de ese momento.
Cerró los ojos sintiendo que las pestañas se le humedecían e inspirando hondo fue a su propia cama metiéndose dentro, intentando dormir.

Despertó horas después con la ayuda de la alarmada del teléfono móvil, gruñó varias veces palpando la superficie de la cama, dándose cuenta de que no estaba ahí. Alzando un poco la cabeza descubrió que la cama a su lado, la cama de Jensen, estaba vacía. Como un resorte se incorporó buscando alguna señal del rubio por la habitación, pero no había ni rastro.
Farfulló una maldición a la vez que se levantaba, cogiendo el móvil del bolsillo del pantalón que descansaba en el suelo, apagó la alarma y se vistió deprisa, estaba poniéndose los zapatos cuando su compañero hizo aparición por la puerta de la habitación, sintiendo Jared un enorme alivio.

- ¿Dónde estabas?- Le recriminó.
- Salí a estirar las piernas, no podía dormir.- Se justificó mientras buscaba las carpetas y el papeleo entre sus cosas.
- Podrías haberme avisado... O dejado una nota... Creía que te habías largado...
- Sólo fue un rato, pensé que me daría tiempo a volver antes.- Lo miró de reojo.- Llevas la camisa del revés.- Sonrió de medio lado.
- ¿Qué? Joder.- Resopló desabrochándosela para ponerla bien.
- Tranquilízate, aún queda media hora para ir al curro, te vas a quedar calvo del estrés que llevas.
- ¿Y cómo quieres que no esté estresado si anoche me trataste como a un perro y hoy hasta me sonríes? No sé de qué va todo esto, la verdad...

Jensen lo miró y después desvió la mirada hacia un lado, lamiéndose los labios a la vez que tensaba sutilmente la mandíbula. Jared sacó el aire por la nariz de forma ruidosa haciendo que las aletas de la misma se hincharan.

- No debería ni dirigirte la palabra, quizás darte un buen puñetazo...
- Pero... Si así te vas a sentir mejor, hazlo.
- No... Créeme, tengo muchísimas ganas de hacerlo ¿Pero de qué serviría? Tú mismo lo dijiste anoche... Lo que ocurrió... Podría haberte pegado en ese mismo momento, quitarte de encima... Y no lo hice... Soy tan culpable como tú...- Bajó la cabeza, avergonzado.

Jared lo miró durante unos segundos, suspiró, quizás no era la contestación que buscaba, pero era más de lo que posiblemente él esperaba. Asintió con la cabeza y sonrió suave, viendo que Jensen correspondía a su gesto y sus ojos se iluminaban, volvía a ser su compañero de siempre.
Salieron de la habitación para ir hasta la oficina.

Una vez allí cada uno ocupó su sitio en el despacho centrándose en los papeles que las decoraban, ignorándose de manera sutil el uno al otro, hablando expresamente si era necesario, para ponerse de acuerdo con alguna nueva idea para el proyecto, nada fuera de contexto. Y quizás era eso lo que más frustraba al castaño. Jensen había dicho que todo estaba bien, que volvían a llevarse bien, pero las cosas no se habían destensado ni un ápice.


Después de pasar una mañana horriblemente aburrida, callada, sin ninguna emoción que pudiera apartar su mente de la noche anterior, golpeándole una y otra vez con las mismas imágenes, comprimiéndole el estómago, casi hasta hacerle vomitar. De hecho estaba pensando en esos momentos tirarse por la ventana, al menos sería algo divertido que hubiera hecho, cuando entró un compañero de la oficina con unos bocetos en las manos.

- Necesito un momento vuestra ayuda.- Dijo apoyándose en la mesa de Jared, Jensen se acercó.
- ¿Qué pasa? ¿Alguna idea no está bien expresada?
- No, al contrario, es perfecto, pero necesito un modelo. Bueno, la empresa os necesitará supongo o alguien como vosotros.
- No te sigo...- Parpadeó un par de veces el rubio.
- Sólo necesito que os pongáis de espaldas a mí y me enseñéis la espalda, para el boceto.
- ¿Acaso eso no lo haría mejor un modelo profesional?
- Desgraciadamente, no.- Resopló.- Me han traído a unos críos... Escuchimizados y flácidos, no me vale para este tipo de trabajo.
- Y nosotros crees que...
- Sólo necesito vuestras espaldas.

Los dos publicistas se miraron, sin saber muy bien cómo tomarse aquello, como una broma o simplemente partirle la cara al chaval. Sin embargo Jared se encogió de hombros y quitándose la americana se desanudó la corbata y dándose la vuelta se bajó la camisa para que viera mitad de su espalda. Jensen tragó saliva, absorto por la visión, intentó imitarle, pero el chico que los observaba alzó la mano deteniéndole.

- No será necesario, él me vale.- Sonrió.- Quédate así un momento, si pudieras marcar un poco los omoplatos...- Pidió viendo como Jared se tensaba y marcaba las zonas que le había pedido.- Perfecto.

A Jensen, por otra parte, no se le pasó desapercibida la sonrisa pícara del dibujante a la vez que lo miraba con fijación y se mordía el labio, deslizaba el lápiz por el papel y suspiró casi imperceptiblemente. El de ojos verdes se mordió la lengua y clavó los pies en el suelo, para no ir hasta él y soltándole un puñetazo advertirle que no mirara al castaño de esa forma, como si quisiera comerle.
Dándose cuenta de su reacción, destensó la mandíbula y sintió un pequeño mareo que le obligó a apoyarse en su compañero tocando la piel desnuda de su hombro sorprendiéndose por lo suave que era. Se ganó una mirada de reproche del chico que estaba retratando a Jared y de este mismo una confusa y algo preocupada.

- ¿Estás bien?
- Sí... Un pequeño mareo, tengo hambre.- Hizo un mohín mientras se recuperaba.- Llevamos aquí todo el día, necesito meterme algo en el cuerpo.

Jared hubiera respondido algo mordaz hacia esa frase, pero con su sonrisa se auto delató consiguiendo que Jensen le diera un buen puñetazo en el hombro que les hizo reír.

Open your eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora