La mañana había empezado bien, como cualquier otro día. Animado se levantó por primera vez en mucho tiempo de un salto, besó a su mujer que incluso se incorporó en la cama bastante extrañada, él entró en el baño silbando y ella, con un gruñido volvió a quedarse dormida. Daba gusto cuando a su marido le salían los planes cómo él quería.
Cuando entró por la puerta del edificio saludó a la muchacha de recepción con una sonrisa y un guiño de ojo que consiguió que la misma sonriera de manera estúpida y se derritiera en su sitio. Aún con la sonrisa picó al ascensor y subió a su planta.
Allí tocó la puerta de Misha a modo de saludo y entró en su despacho viendo que Jared ya estaba allí metido en sus papeles mordiéndose el labio, con el flequillo por la cara, como siempre.
- Buenos días, compañero.- Lo saludó acercándose, revolviéndole el pelo.
- Buenos días, Jen...- Sacudió la cabeza molesto por el gesto y lo miró confundido.- ¿A qué viene esa alegría de buena mañana? Oh, déjalo, no quiero saberlo.- Negó rápidamente haciendo reír al mayor.
- No es eso, imbécil.- Sonrió.- Estoy de buen humor, es todo.- Se encogió de hombros sentándose sobre la mesa del castaño.
- Imagino que por el anuncio.- Entendió poco a poco y sonrió a su vez.- Hemos recibido muy buenas críticas del trabajo y el anuncio ya se está emitiendo, ha quedado genial.
- ¡Lo sé!- Rió como un chiquillo.- Lo vi anoche cuando llegué a casa, Danneel ya me había dicho que lo había visto hace unos días, pero yo aún no lo había cogido. Me hizo ilusión.
- Oh vamos, no te pongas a llorar Jensy.- Se burló.
- Cierra el pico, Jay.- Le intentó golpear en el brazo, sin conseguirlo.- Pocas veces consigo que mis proyectos funcionen, sí, posiblemente no tan pocas veces como creo, pero aún así... Siempre me hace ilusión, ver la cara de Jim radiante dispuesto a darte una buena noticia.- Sonrió de lado mirándose las manos, tocándolas con cierto nerviosismo.
Jared se lo quedó mirando con cariño, sin duda era una persona trabajadora que se emocionaba con ver su esfuerzo recompensado, porque él mismo le había visto pasar noches encerrado en aquel maldito despacho terminando los detalles más insignificantes, para que fuera perfecto. Otros días incluso cuando llegaba lo encontrado dormido en su coche, tapado con una manta gruesa y los pies sacados por la ventanilla, casi haciéndole reír.
- Me alegro mucho, Jensen, en serio. Te lo mereces.
- ¿Qué?- El rubio lo miró frunciendo ligeramente el ceño.- Te equivocas tío, esto es de los dos. Los dos hemos trabajado duro en este anuncio, ambos nos lo merecemos.- Sonrió alzando la mano, chocando la palma con la de él.- Habrá que celebrarlo.
- Un poco tarde ¿No?- Rió.
- Nunca es tarde para echarse unas cervezas, chaval.- Rió con él incorporándose.- Esta noche salimos a divertirnos.
- ¿Esta noche? Jensen... Es martes...
- ¿Y cuál es el problema?- Sonrió con picardía, provocándole.- ¿Acaso el niño tiene toque de queda?
- Vete a la mierda.- Rió asintiendo.- Está bien, esta noche nos vamos a celebrarlo.
- ¡Cojonudo!- Alzó los puños contento haciendo que Jared lo mirase con una amplia sonrisa, marcándosele los hoyuelos en las mejillas.
Sí, salieron a festejar y menuda manera de hacerlo. Las cervezas volaron solas, después vinieron las copas de tubo y finalmente los chupitos de tequila que consiguieron hacerles cerrar los ojos con fuerza y toser ante el fuerte ardor que recorrió sus gargantas.
Demasiado alcohol para ser un día normal, tanto que a la quinta ronda de chupitos Jared espolvoreó la sal en el cuello de Jensen, quien rió pero no se movió mordiéndose el labio cuando sintió la lengua húmeda y caliente de su compañero recorrer su piel eliminando el mineral blanco. Entendió de inmediato, al oír a unas chicas gritar, que lo había hecho por el simple morbo de ver la reacción de ella y al parecer les había gustado bastante.
Así que quiso probar él también.
Jared se metió un poco el limón en la boca, mordiéndolo para contrastar el sabor de la sal aún palpitándole en la lengua, vio que el rubio pedía otro para él y se ponía la sal en la mano, lo miró de reojo con esa sonrisa provocadora que ya conocía, correspondiéndola casi sin darse cuenta y el bajito se acercó mordiendo el mismo limón que él aún tenía en la boca, rozándole los labios con los suyos, sintiéndolos tremendamente carnosos, calientes y algo húmedos. Cerró los ojos tensando la mandíbula escuchando a las chicas que los rodeaban gritar como locas y poco después Jensen se apartó bebiendo el alcohol y lamiéndose después la mano.
Todo era un juego, pero él se estaba excitando de verdad y no quería cometer una locura.
- Jen... Creo que es hora de que me vayas llevando a casa.- Le dijo al oído, por culpa de la música, con la voz quizás demasiado ronca.
- ¿Qué? ¿Ya? Pero si es pronto.
- Mañana tenemos que trabajar, o mejor dicho, dentro de unas horas... Necesitamos dormir al menos un par de horas.
- Está bien.- Aceptó terminándose el último chupito.- Joder, ahora que me lo estaba pasando bien...
- ¡Lo siento!- Le gritó sobre la música mirándole arrepentido.
Salieron a la calle golpeándoles en el rostro el frío de la mañana, Jared se encogió un poco sobre sí mismo, demasiado alcohol en el cuerpo le estaba consiguiendo tener un contraste de temperatura muy brusco. O al menos eso quería pensar.
Montaron al coche no sin dificultad y Jensen condujo hacia su casa, a pesar de lo borracho que podía estar, era evidente que estaba más lúcido que el castaño. Al llegar a su casa lo vio casi tirarse del vehículo y resopló con una sonrisa burlesca en el rostro. Paró el motor saliendo él también del coche y lo ayudó a ir hasta su puerta, la cual consiguió abrir al segundo intento, sin ayuda por parte de su amigo lo arrastró dentro de la casa, este iba hablando de algo que ni siquiera se esforzó a entender ya que hablaba demasiado deprisa y apenas vocalizaba haciendo imposible que su mente embotada comprendiera algo.
Una vez encontró la habitación lo soltó sobre la cama como un peso muerto y jadeó por el esfuerzo realizado.
- Hay que joderse, Jay, cómo pesas, cabrón.- Sonrió de lado aún apoyándose sobre sus rodillas.
- No peso... Tú eres demasiado pequeñito.- Rió cual idiota revolviéndose en la cama.
- Te golpearía si no fuera porque tu estado ya es bastante patético.- Como respuesta el castaño le mostró su largo dedo corazón.- Descansa, Jay, nos vemos mañana.
- Espera.- Lo llamó incorporándose intentando enfocar la mirada. Jensen se colocó delante de él moviéndole la mano en los ojos.
Jared lo miró con el ceño ligeramente fruncido, alzó su mano cogiendo la de Jensen, este se mordió una sonrisa para no burlarse de él, sin embargo se quedó de piedra cuando poco después se inclinó hacia él y le dio un pequeño beso en los labios. Al principio quedó estático ante el contacto de sus labios, gruñó algo e incluso alzó el puño para estampárselo en la cara, gritarle cuatro cosas y largarse de allí, pero entonces Jay se separó y lo miró, con los ojos más despiertos que apenas unos minutos mirándole preocupado.
- Jensen... Joder, lo siento.- Lo miró que seguía sin reaccionar.- No era mi intención, el alcohol... No es escusa, pero de verdad, lo siento...
- ¿Eres gay?- Preguntó sin más, ignorando su retahíla de disculpas que enmudecieron al escucharle.
- Sí...No te lo oculté.- Se defendió antes de que volviera a decirle nada.- Nunca preguntaste...
- ¿Y qué pasa cuando te dije que trajeras a tu novia ese día que quedamos todos? O cuando aparecieron Misha y Mark y lo dijeron no te dio por decir "Eh, yo también".
- La verdad, no lo vi necesario...- Bajó la cabeza, sintiéndose mal ante la mirada demasiado dura del rubio.
- Al menos explícame por qué lo has hecho.
- ¿De verdad tengo que hacerlo?- Se hundió más en sí mismo.- Suficiente asco debo darte ya como para dar explicaciones obvias.- Jensen tensó la mandíbula, gesto que él no pudo ver. Le escuchó suspirar y colocó la mano en su cabeza, acariciándole el pelo.
- Me halaga, de verdad.- Le dijo, con la voz tranquila, incluso sonreía.- Pero entiende que... No puedo corresponderte, estoy casado, amo a mi mujer. Eres un buen amigo y no voy a perderte por esto.
Jared lo miró sorprendido, sonrió a modo de agradecimiento y se acercó dándole un abrazo. Jensen sonrió como un crío y le correspondió al gesto tocándole el pelo, sintió como se abandonaba en sus brazos y con cuidado lo tumbó en la cama para luego salir de la casa y volver a la suya. Sin duda la noche había dado de sí para todo.
Y allí estaba, días después, sin dar crédito de que aquello le estuviera pasando justamente a él.
Se había quedado unas horas más en la oficina, a él y a Jared les habían asignado un nuevo anuncio y estaban preparando la base del proyecto antes de dejárselo a Jim, a pesar de lo ocurrido aquella noche entre ellos las cosas estaban bien, seguían con aquella buena amistad e incluso a veces Jensen le hacía alguna broma que Jared reía e incluso se molestaba consiguiendo que Jensen sonriera vencedor. Y esa noche, tras meterse con él porque debía ir a casa demasiado pronto, él se quedó pensando en qué podían hacer con la nueva campaña.
El tema era un poco comprometido y tampoco quería que fuera algo excesivamente obsceno, les tocaba hacer un anuncio para una empresa de preservativos y el anuncio tenía que ser excitante, pero sin llegar a la pornografía.
Se estaba estrujando los sesos cuando escuchó la puerta sonar y apareció Sebastian por la misma. Lo miró sorprendido, ya que nunca bajaba a su planta y le sorprendía bastante que a esas horas aún siguiera por la oficina merodeando.
Le sonrió de forma educada para bajar de nuevo los ojos a los folios llenos de ideas que había acumulado sobre su escritorio.
- Menuda cara, te veo algo estresado, Jensen.- Dijo acercándose hasta su escritorio, sentándose en la esquina del mismo.
- Un poco... La nueva campaña es un poco provocadora y no queremos asustar a nadie.- Sonrió viendo que el otro reía y estiraba la cabeza para ver de qué se trataba.
- Vaya, menuda jugada os ha hecho Jim.- Sonrió de nuevo.- Debe ser bastante incómodo tratar este tema sin que suene con doble sentido.
- Ya te digo, pero también es divertido... ¿Qué haces todavía por aquí?
- Estaba terminando los gráficos del anuncio que me había pasado Erik esta mañana, ya me iba a casa, pero te vi aquí solo y quise darte algo de compañía.
- Te lo agradezco, pero es tarde y no creo tampoco que tarde en irme.
- Uhm... Lástima, se me había ocurrido cómo podrías enfocar el anuncio.
Jensen se giró hacia él para darle las gracias y todo ocurrió en un movimiento demasiado violento, sin saber cómo estaba puesto contra la pared, sujeto por el rubio que lo miraba taladrándole con las pupilas dilatas y una sonrisa extraña, se removió intentando soltarse y el mordisco en sus labios le hizo gemir dolorido, sintiendo la sangre caer por el mismo.
Con un golpe seco se vio puesto boca abajo en el escritorio tirando los papeles fuera de la mesa. Nuevamente intentó zafarse de él, lanzarle un puñetazo, pero él lo sujetó contra la madera y presionó su patente erección contra sus glúteos haciendo que Jensen temblara como un cachorrillo asustado.
- ¡Suéltale, cabrón!- Escuchó la voz de Jared justo en la puerta.
- ¡Jay!- Lo llamó como clara petición de auxilio.
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Open your eyes
FanficPara Jensen su vida siempre ha sido perfecta, esposa, trabajo, un buen sueldo, un grupo de amigos pequeño, pero imprescindible, todo parece casi como un cuento de hadas, hasta que se da cuenta de que era demasiado perfecto.