Corrió.
Corrió con todas sus fuerzas.
Era un impulso incontrolable para él. Una vez que veía a su persona especial corría sin remedio hacia ella, dispuesto a subirse a su espalda.
En muchisimas ocasiones esa persona especial había sido su abuelo. Corría hacia él y saltaba sobre su espalda sin delicadeza alguna, olvidando que su abuelo no estaba para esos trotes - más de una vez se llevó un susto pensando que le había roto algo - y que él ya había dejado de ser un niño pequeño.
Pero en esa ocasión era diferente.
La persona era diferente.
Otabek se encontraba de espaldas a Yurio, que iba corriendo hacia él a toda velocidad. Les había hecho al grupo de patinadores, que ahora estaban alrededor del kazajo, una señal con el dedo para que no le dijeran que "la waifu rusa" estaba a punto de saltar encima suya.
En ese momento, dio el gran salto, sonriendo.
Su corazón latía a mil por hora.
Aterrizó sobre la espalda de Otabek y se agarró con fuerza. Notó como el chico casi perdía el equilibrio por la fuerza del impulso, pero que consiguió sujetarlo de las piernas y quedarse en el sitio.
— ¡Otabek! – gritó mientras lo abrazaba desde detrás y colocaba la cabeza sobre su hombro.
El moreno se quedó callado, aún cargando al ruso sobre sus hombros. Era como si le costase asimilar tanta información de golpe.
Tantos sentimientos de golpe.
— ¿Y- Yurio?... – dijo casi en un susurro, rompiendo el silencio que se había generado a su alrededor.
Los demás que estaban allí tampoco decían nada. Era como si se hubieran puesto de acuerdo para no joderles el momento del reencuentro.
— El mismo – contestó a la vez que se bajaba de su espalda de un salto.
Una vez que tocó el suelo, se puso en frente de Otabek para mirarlo a los ojos. Alzó la cabeza y se encontró con que el moreno tenía la boca entreabierta, sin saber qué decir.
Yurio le dedicó una tierna sonrisa. Su mejor amigo nunca sabía qué decir en los momentos importantes.
Lo que el rubio no sabía era que Otabek se había vuelto a perder en sus ojos, hipnotizado por ellos, como la última vez que lo vió en su apartamento en Barcelona.
El kazajo puso cara de decisión, le cogió por los hombros y lo abrazó.
"Un abrazo vale más que mil palabras, ¿no?" – pensó el chico a la vez que correspondía a su abrazo, sin estar seguro de si la frase era así o no.
Colocó su cabeza sobre el pecho del moreno y notó como sus brazos lo envolvían, como si intentaran protegerlo de cualquier mal. Como si temieran que en cualquier momento se fuera a evaporar.
Yurio pasó los brazos alrededor suya para demostrarle que eso no era así. Para demostrale que estaba allí con él y que no se iba a ir a ninguna parte.
Había hechado mucho de menos a Otabek. Y el sentimiento era mutuo. Ambos llevaban deseando que ese momento llegara desde hacía mucho.
Por fín, después de seis meses, cumplian su promesa de volverse a ver.
Los sollozos de cierto peliblanco melodramático acabaron con su emotivo reencuentro.
El rubio sacó la cabeza de su escondrijo y lo miró con odio, como casi siempre que lo hacía. Otabek también miraba a Viktor, pero su expresión de odio era mil veces mayor.
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• Filters • ❄ Yuri On Ice ❄ [ Viktuuri/Otayuri/de todo un poco (͡° ͜ʖ ͡°) ]
FanfictionFiltros... La afición favorita de Pichit después de sacarle fotos a todo lo que veía era ponerle filtros a las fotos antes de publicarlas. Todo con un fin estético, por supuesto, pero esa no es la única función de un filtro. Un filtro sirve para cam...