Abrí los ojos lentamente ya que mi madre no cerró bien la cortina y un minúsculo rayo de sol me daba justo en el ojo, me sorprendí al encontrarme a Cherry dormido en mis brazos. El cerdito rosa descansaba en ellos plácidamente hasta que alguien tocó la puerta. Ni siquiera aguardó 5 segundos hasta que dijera un "sí" o "adelante", simplemente entró como si fuera dueño de la habitación.
-Uy, ¿te desperté? lo lamento. Sólo quería saber si estabas bien y hace media hora que me estaba planteando subir a ver como estabas y pensé que...
-Mildred, tranquila, ¿te sientes bien?, se te ve un poco agitada.
En serio que lo estaba. Aspiraba y suspiraba rápidamente y se tocaba el estómago como si de repente fuese a explotar.
-Emm, sí, quiero decir no, me siento bien pero sí, algo agitada.
¿Preguntarle por qué sería correcto? No. Mejor no introducirse en sus asuntos.
Siempre quise a Mildred como una hermana, pero las hermanas se comparten secretos, hablan más entre ellas, ven películas, hacen cosas juntas...¿Por qué ella y yo no? ¿Me tendrá la confianza suficiente? ¿Pensará que soy un infantíl que le cuenta todo a todos, o simplemente es callada y ya?
-¿Te parece si hoy hacemos algo? Ir al cine, o a almorzar...- le pregunté confiando que su respuesta sea positiva y podamos compartir los momentos y tiempo que perdimos.
-Me encantaría decirte que sí. Pero tengo que llevar a Magdalena al doctor y tengo una lista larga de asuntos pendientes.
La miré arrugando levemente las cejas.
Sinceramente le pasa algo conmigo.
Giró despacio y desapareció tras la puerta.
Tengo suerte de tener la compañía de mis innumerables libros. Porque de lo contrario me hubiese sepultado del aburrimiento.
Solo presencié los 5 minutos de compañía de mi hermano mellizo y Theo que vinieron a darme su saludo de despedida antes de partir al colegio.
Me llegó el mensaje de Keiel informándome que vendría de visita más tarde con Oli, tenía una clase de complicado, pero "genial" problema en su casa. Le habría preguntado por más detalles pero se desconectó.
Mamá y papá trabajaban. Mildred estaba en el médico con su hija. Mis hermanos tampoco estaban, así que yo, por lo que sé, ya que son las 3 de la tarde y aún ni siquiera he puesto un sólo pie fuera de la cama (solo para ir al baño), estoy sola en casa.
Mildred me había traído un plato de arroz y galletas de queso saladas. Aún ni siquiera lo he terminado, me cuesta horrores masticar.
Me puse unas calzas negras y una remera mangas cortas roja. Mis pantuflas de pulpitos rojos hacen juego con el resto de la vestimenta.
Le dí a Cherry su adecuado alimento y me fui hacia abajo.
¿Qué podía uno hacer solo en su casa?. En el televisior a esta hora no hay nada, mis libros ya los terminé y en el celular ya pasé unas 4 veces la misma foto en Instagram...
¿Qué puedo hacer para...?
¡Timbre!
Me puse una campera negra para no estar tan despechada al abrir.
-Hola, Emma.
-Cassy.
La menor de los dos Wintters estaba en frente de mí.
-Pasa- le dije con un gesto.
Entró a casa y se quedó parada al lado del sillón.
-Venía a ver como estabas. Mi hermano me ha contado acerca de tu..."accidente" con Astrid.
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Durmiendo con el enemigo
Roman pour Adolescents❝Uno siempre quiere lo que no puede tener. Como no puedo tenerla, más la amo❞ Él es extravagante. Ella simple. Él no es quién parece. Ella no sabe quién es. Él la ama. Ella también. Pero él no vino para quedarse y enfrenta las decisiones más difícil...