🌼Capítulo 29🌼

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Cassy se alejó decidida y detrás de ella iba mi hermano chorreando sus babas.

Nick se volvió hacia mí muy tembloroso, se mordía el labio inferior y se los lamia constantemente.

Parpadeo un par de veces, era la primera vez que veía a un Nick nervioso.

Al parecer, olvidó el simple hecho de haber visto a su hermanita besándose con mi mellizo. Ahora sólo pensaba en cómo remediar lo que su hermana dijo.

-Oye, sobre lo que dijo...sólo está enojada y no sabe de lo que habla...

-Basta. -lo callé -Si dices algo semejante de nuevo, vas a romperme el corazón otra vez.

Ante tales palabras sacó una sonrisa inmensa, pero dijo:

-No quiero hablar de eso ni aquí, ni ahora.

-¿Dónde entonces? Estamos los dos juntos, aquí y ahora.

Tomó mi mano y me llevó fuera del boliche, me metió en su auto y aceleró sin decirme a dónde me llevaba.

-Tus amigos tendrán que disculparme, pero lo que tenemos que hablar es muy importante y no todos los oídos pueden escucharlo.

Me quedé petrificada ante tal comentario, ni que decir un "te amo" y un "yo también te amo" vaya a alterar a todo el boliche.

Paró el auto al frente de una plaza oscura y sin ningún ocupante. Si hubiese estado sola, me hubiese muerto de miedo, pero tenía a Nick y nada iba a sucederme estando junto a él. O eso creo.

Nos sentamos al borde de una pequeña fuente que era iluminada por varios faroles y comenzó a hablar.

Al principio no le salían las palabras, pero luego de soltarse un poco, comenzó a dar vueltas por todos lados y se sentó otra vez.

-Jamás quise hacerte daño, Emma. Pero la vida que llevo desde que tengo memoria es así y nada ni nadie...

Esto estaba muy lejos de ser una declaración de amor.

-¡Emma!

Maldición.

La voz de Keiel se hizo presente y vi que habían dos autos estacionados cerca de la plaza. Ellos pertenecían a mis amigos.

-¡Rápido, es una urgencia!

-Yo, Nick...es que, nosotros ¡Aaaaaah! ¡Mierda! -y empecé a insultar en colores, en colores que ni yo conocía.

-¡Es tu hermano!

Al escuchar eso, corrí hacia el auto y me metí dentro observando a Jamie.

-¿¡Y ahora qué hizo el imbécil!? -grité.

-No, la cosa es qué le hicieron a él.
🌼🌼🌼🌼🌼🌼

Una vez que llegamos a casa, metimos a Jamie en el garage y lo acostamos en un colchón que había por ahí, nos pusimos al rededor.

-Oliver lo encontró en el umbral de la puerta del baño de caballeros. -dijo Alex, preocupado.

-Cassy desapareció.

-Él está como drogado, borracho, no lo sé con precisión. -dijo Keiel.

Mi hermano transpiraba gotas de sudor frías y éstas le recorrían el cuello. De pronto, despertó.

-Tengo que llamar Astrid, -dijo llorando -tengo que llamarla, soy un idiota, tengo que confesarle la verdad, que estuve con su prima y que por ella la dejé aunque sea muy linda -luego de esas palabras, comenzó a retorcerse en el colchón y a duras penas caminó en busca de su celular que estaba en el abrigo que colgaba del perchero.

Durmiendo con el enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora