Aceptado

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Me quedé como idiota viendo su nombre. Por alguna extraña razón me emocionó un poco revisar su perfil. No tardé mucho en presionar el icono que me dirigiría a su perfil de usuario. No quería ver si compartía imágenes graciosas e idiotas, solo me importaba una sola cosa. Quería ver fotos suyas. Fui pasando una a una de las que me permitía observar; en todas se veía muy bien, pero las que más destacaban para mí eran aquellas donde sus ojos contenían ese brillo que me encantó al instante. Supongo fue instinto, porque llamé a Valentina.

-¿Bueno?- Contestó la susodicha.

-Encontré a alguien que me dejó impresionado.- Fui directo al grano- No esperaba encontrarme con la cara de ese chico en alguna de las fotos de Gustavo. Simplemente fue... impresionante.

-¿Te refieres a una foto? ¿De quién hablas?- Dijo confundida.

-Lo siento, ni siquiera tengo mis ideas claras. Resulta que encontré una foto en la que Gustavo sale con alguien más. Parece más o menos de nuestra edad.- Traté de que ella entendiera a lo que me refería.

-A ver si entendí, ¿Te interesó alguien de una fotografía? ¿Al menos sabes si realmente vive aquí o algo parecido?- Y fue cuando mi emoción se apagó. Gustavo iba en una escuela privada y prestigiosa, lo que quería decir que viajaba constantemente, y yo iba a una pública, caracterizada por ser de las más nombradas del país. Había una posibilidad de que Sebastián viviera en algún otro lugar.

-Suena bastante tonto ahora que lo dices así.- Y era verdad, estaba emocionándome por alguien que no sabía si al menos era real.

-¿Entraste al perfil del chico?- Dijo interesada.

-Sí.

-Bien, revísalo de nuevo y checa si es de aquí y en qué escuela va.- Tenía razón.

-De acuerdo, ahora lo hago.- Comencé a teclear con rapidez en busca del perfil. Asombrosamente su información me confirmaba que su hogar se encontraba dentro de la ciudad y que iba a la misma escuela en la que estaba inscrito Gustavo.

-Amm, vive aquí, y creo que es compañero de Gustavo.- Mi tono de voz sonaba tranquilo y un tanto indiferente ya que en ese instante me topé con una foto de él y Gustavo abrazados. Su pie de foto decía "Te quiero".

-Bien, ¡háblale!- Me dijo un tanto emocionada. Sabía que ella amaba idolatrar parejas homosexuales y buscaba hacerlo conmigo.

-No sé si sea una buena idea, parece que tiene novio, y no quiero provocarle problemas.- Y era cierto, yo detestaba la idea de lastimar a alguien. Me hacía sentir una mala persona.

-Bueno, agrégalo, mándale una solicitud de amistad, no pierdes nada. Puedes hasta shippearlo con su novio.

Era obvio que no me emocionaba la idea, pero qué más daba seguir su consejo.

-De acuerdo, lo haré, no pierdo nada.- dije.

-Bien, tengo que irme, te hablo más tarde, cuídate.- Y antes de que pudiese responder algo, colgó.

Miré la pantalla de la laptop y le mandé la estúpida solicitud. No estaba seguro de si era lo correcto, pero una parte de mí me ordenaba que me diera igual. Continúe con mis actividades y después me fui a dormir.

*****

La semana transcurrió como siempre y Valentina intentaba averiguar qué había pasado con el chico, incluso cuando le dije que aún no me respondía la solicitud de amistad.

El jueves de esa semana, al llegar a mi casa observé que tenía una notificación en Facebook. Al abrirla me llevé la sorpresa de que Sebastián me había agregado a sus amigos. Me

emocioné al instante y entré a revisar nuevamente su perfil, pero con la diferencia de que ahora podía ver todo y saber cuánto tiempo llevaban juntos él y Gustavo. Pero, vaya sorpresa, no eran novios, siempre han sido mejores amigos.

"Mejores amigos"

Esa frase me gustó. Sencillamente me alivió. Y antes de que pensara bien las cosas, le envié un mensaje; "Hola".

No estaba conectado, pero existía la posibilidad de que viera el mensaje y lo contestara. Y fue así... 

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