Prólogo

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El reino celestial brillaba más de lo habitual, con sus muros de plata hechos de estrellas centelleantes que se alzanban alrededor de su gran majestuosidad, tres muros del lado izquierdo y tres del lado derecho, inconmensurable a los ojos, por la mitad de los mismos una neblina blanca convertida en un polvo mágico los decoraba de una manera etérea.

Al final del pasillo que forman dichos muros, se encuentra un gran escenario de bronce con piso de cristal transparente y en medio mismo de esa plataforma, está flotando un cuerno de oro más brillante que el amarillo sol, de unos treinta centímetros de largo, comenzando con una punta delicadamente fina, que va aumentando de tamaño en sintonía perfecta a su curvatura, en color plata tiene impregnado en él, la imagen de siete ángeles. Este artefacto es la clave para el cumplimiento de la profecía escrita en el libro sagrado: "El ángel hará sonar el cuerno de oro anunciando el día del juicio final".

Un melifluo sonido entonado por querubines y serafines dan el toque final al aura armoniosa del lugar, hasta llegar a lo alto, donde se encuentra el trono de los segundos más poderosos del cielo, los cuatro arcángeles, Miguel, Rafael, Nathanael y Gabriel, cuyos poderes son conformados por los grandes dones que les otorgó aquel que todo lo ve, que todo lo sabe, que todo lo siente, el alfa y el omega. Cuyo nombre no es mencionado con los labios, más bien es pronunciado con el alma.

En un momento de paz absoluta, una plegaria se escuchó y desplazándose por todo el santuario como un zumbido débil, terminó desequilibrando tanta serenidad, una voz quebrada hacía llegar un piadoso susurro...

―Perdón... Perdóname señor; misericordia, misericordia para mí, para tu pueblo ―dijo quebrándose, ahogando en él la inmensa necesidad de llorar―, somos corrompidos por el maligno. Señor, él manipula a tus hijos, les muestra la falsa perfección de un mundo que solo brilla con poder...―enfatizó―. Altísimo, todopoderoso, perdóname, permíteme volver, permíteme salvar a este inocente―dijo tratando de llorar, pero algo se lo impedía y esto hacia su dolor más inmenso―. Conforme a tu enorme sabiduría decidiste desterrarme para demostrarme lo equivocado y ciego que me encontraba, me convertiste en un hombre más, fui uno de ellos― dijo dejando salir un suspiro fuerte.

Todos escuchaban atentos cada una de las palabras pronunciadas por los labios del misterioso personaje, pues su alma se sentía bastante quebrantada con ellas, desde el santuario en el que se hallaba postrado, de rodillas con la cabeza gacha casi alcanzando el suelo.

―Lo vi señor― dijo esta vez en voz alta―, mis ojos vieron lo perdidos que se encuentran los seres humanos, sufren, se odian y lastiman unos a otros sin remordimiento, destruyen este edén que creaste para ellos sumidos en una vanidad ciega...―enfatizó.

Su respiración comenzó a acelerarse, como si el aire se le fuera. En ese instante su cuerpo se derrumbó por completo, como si un pinchazo desinflara su interior. Y aquello que tanto le pesaba en el alma al fin pudiera salir por sus labios convertidas en palabras.

―Y aun así los amas, señor―dijo más para sí mismo, con una sonrisa tenue, sorprendido de lo que acababa de decir.

En aquel instante, un trueno se escuchó desde lo alto he hiso temblar los muros y el piso, retumbando en el santuario de dónde provenía la plegaria, pero de los presentes, sólo el de las plegarias desesperadas pudo oírlo y sentirlo. Este, inmediatamente levantó la cabeza dejando al descubierto la hermosura de su rostro, inexistente en ningún otro, mirando hacia arriba, tratando de dimensionar la distancia que lo separaba de aquel que se dirigía a él en lo íntimo de su ser.
Este era Gabriel, el arcángel Gabriel.

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La hija de Gabriel es la primera novela que tenemos en proceso de creación, la publicamos porque queríamos compartirla con ustedes. Se conformará de dos partes. Esperamos la disfruten y nos hagan llegar sus opiniones al respecto siempre y cuando sean constructivas, claro, y se mantengan en el marco del respeto.

La Hija de GabrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora