Capítulo II.

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Después de dar un sin fin de vueltas por todas las tiendas, y un par de duros menos en la tarjeta de emergencias, al fin teníamos en nuestras manos las prendas que usaríamos para tan anhelada fiesta. Fue un desafío tener que controlar a Brianna que a cada momento que veía algo de su agrado quería comprarlo, aun que ese algo haya sido un reloj de muñeca finísimo con unos enormes diamantes incrustados bañados en oro rosado sacado de las minas donde trabajan los siete enanos de Blanca Nieves o el móvil ultimo modelo de la marca de la manzanita. Aslan y yo hicimos una promesa de nunca mas dejar en manos de nuestra pequeña hermana una tarjeta con mas de 5.000 dolares en ella. Era como dejar el anillo único en manos de Gollum. Literal.

Después de decidirnos ir a por un helado, ya que era aun demasiado temprano para regresar a casa y comenzar a alistarnos, nos sentamos en una plaza mientras admirábamos las vistas que la naturaleza nos obsequiaba. Al menos yo hacía eso, mis hermanos por su lado se quedaron viendo sus móviles mientras el helado se chorreaba entre sus dedos. No sabía que me daba mas tristeza; ver como la tecnología está consumiendo nuestro mundo a pasos agigantados o ver el helado caer al piso sobre una pobre hormiga.

Las horas pasaron muy rápido y ya era hora de volver a casa para alistarse e ir a la fiesta. Mientras íbamos en el autobús mis hermanos comenzaron a cantar una de las canciones que había en el reproductor de Brianna dejándome totalmente excluida como siempre. Hubo unos instantes que me dieron unas enormes ganas de sentarme al lado de la señora que tejía lo que parecía ser unos adorables zapatitos de bebé, incluso ella parecía prestarme mas atención que estos dos. Pero la monumental mano de Aslan sobre la mía me prohibía levantarme. Siempre que íbamos nosotros a algún lado con él, él prácticamente hace de canguro como si fuéramos unas crías de kindergarten, y todo gracias a Brianna que una vez cuando eramos niños volvíamos de jugar en la plaza frente a nuestra casa ella salió corriendo por las calles detrás del camión de helados, casi la atropellan y eso causó en Aslan un trauma que ahora le prohíbe soltarnos de las manos mientras vamos con él.

Cuando al fin el autobús paró en nuestro destino, me solté de la mano de mi hermano mayor y corrí rumbo a nuestra casa ignorando sus gritos de reprenda. No me molesté en cerrar la puerta una vez dentro, me dirigí a mi habitación para encerrarme y dormitar antes de que Brianna comenzara a hacer de nuestra casa un salón de belleza como todos los años.

— Tarde o temprano saldrás, Leigh Anne, de mí no te escaparás— Oí canturrear a Brie desde el otro lado de la puerta mientras la golpeaba.

A veces mi hermana daba mucho miedo cuando se lo proponía.

Luego de escuchar sus pasos alejándose oí como comenzó una pelea con Aslan sobre quien entraba primero al baño. Al ver que no iba a poder descansar ni un pelo, con el suspiro mas largo y depresivo que pudo salir de mis tristes pulmones por no recibir el descanso merecido, me incorporé para coger el control remoto y encendí la televisión.

Estaba haciendo zapping cuando una noticia llamó mi atención, subí el volumen al tiempo que me estiraba en la cama acomodando los cojines tras de mí.

Al parecer están entrevistando al dueño de una joyería.

¿Pudo ver como eran?— Preguntó la periodista al hombre, éste negó con la cabeza.

No, lo único que vi fueron cuatro hombres vestidos totalmente de negro, con capuchas, guantes de cuero y unas máscaras blancas que tapaban todo su rostro. Eran casi de la misma altura todos pero el que estaba apuntándome con una pistola parecía ser un poco más alto que los demás. Creo que debe medir mas de 1,85— Al hombre dueño de la joyería le temblaban las manos, a pesar de que las entrelazaba nerviosamente cuando hablaba podía notar como se movían— Todavía no puedo creer que hayan burlado la seguridad y a los guardias tan fácilmente y que hayan sabido donde se encontraba el dinero. Fue como si hubieran sabido cada lugar del recinto.

Isaaz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora