Capítulo 8: Londres, más oscuro que la noche.

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Tras un tiempo sin escribir y pese a sus comentarios :3 muy lindos por cierto, regreso a escribir *0* no podre un testamento explicando mi ausencia, mejor pasemos a leer... Oh si por cierto, escuchen lacrimosa, se las recomiendo en los 3 primeros minutos del capítulo y luego la marcha fúnebre de Chopin.

Capítulo 8: Londres, más oscuro que la noche.

No hay palabras con que

pintar el estado secreto

del alma.

Los verdaderos dolores

son silenciosos...

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El sol es perezoso, esa mañana se ha tomado la libertad de oscurecer más el día, no regala su hermoso roció, ¿Cómo puede suceder?... Simple, esto no es obra del sol, si no de los ojos que lo miren.

Ella con los ojos oscuros, con la mirada perdida... Con el alma rota.

Isabella observa su cabello pálido y graso, hace tanto que no sonríe, hace tanto que no había notado que el sol no sale para ella.

Quien ruega a la muerte por su venida, es ignorado hasta el más vil punto de regalarle días.

—Por favor. —Susurra al viento, a la nada.

—Debes comer Bella. —Jane intenta que ella pruebe algo después de todo el dolor que ha vivido.

—No.

—Debes hacerlo, cariño por favor. —La toma del brazo y la acerca a su mesita de noche.

—No lo hagas Jane, no me hables como lo aria... —Las palabras mueren en su garganta, no puedo soportar el hecho de que ya no está, de que su dolor es real y que no existe nadie quien pueda ni podrá suplantarlo.

—No pretendo eso Bella, pero debes prometer que comerás. —Jane toma la pálida y fría mano de su amiga y con una mirada de ruego, esperando una respuesta positiva.

—Por favor —Vuelve a susurrar a la nada Isabella, hasta que su madre con voz de mando, la hace regresar a su realidad.

—Debes comer y lo aras ahora. —Ella la observa con ojos inyectados de odio.

Como es posible, como ella se puede ir tan solo así, sin dolor, sin remordimientos.

—Largarte madre, por favor... —Responde aguantando las lágrimas que asomas por sus orbes chocolates.

—Quiero que estés lista a las seis —Ignoro sus ruegos.

—Ella no me entiende, la odio, la odio tanto —Las palabras pasan por su garganta como espinas.

—Bella, tu madre pasa por el mismo dolor —Intenta calmar la tensión del momento.

—¿Ella es capaz de sentir dolor? —Pregunta sarcásticamente.

—Si linda, todos sentimos una gran pesar ahora —Toma sus manos

—Nadie Jane, nadie siente mi dolor, de la manera en como yo lo siento —Suelta sus manos y sale de su habitación sin haber tocado la comida.

Jane la observa salir, siente tanta pena por su amiga, Bella puede parecer terca y dura de carácter, pero Jane sabe que por dentro es una frágil y tierna niña.

Camina sin saber a dónde ir o cual dirección será su próximo paso... ¿Cómo llego a este momento de su vida?.

Se siente cobarde, traicionera y una vil persona sin valor... Entre sus ropas toca con sus dedos la carta, siente incluso que quema tan solo tocarla, ¿Porque no simplemente se deshace de esa maldita carta?

Isabella, entre la seda y la espada (Fan-Fic de Crepúsculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora