Cap. 7

423 30 1
                                    

-Bárbara dice que esos chicos son un poco salvajes –Me dice mamá tras unos segundos de alegre charla intrascendente. Bárbara es una de sus antiguas amigas de Bridge. Mis padres están jubilados y viven en el sur de Francia.

-¿Qué quieres decir con eso de salvaje? – Le pregunto en un intento por ganar tiempo. Esperaba que este tema no saliera en la conversación.

-Pues que beben, sale con cientos de mujeres… Ya sabes- De haber sabido no te habría dejado que aceptaras el trabajo.

-Mamá –Le contesto-, Tengo 24 años. Aunque te hubieras empeñado, te habría dado igual. Y, en cualquier caso, me conoces bien. No pienso convertirme en un groupie yonqui.

-Lo que tú digas, cariño, ¿Has llamado ya a tu hermana?

-No, mamá, aún no

Lucía se mostró más entusiasta. De hecho, aún me pitan los oídos de tanto grito.

-¡Todavía no me creo que estés allí! ¡Allí! ¡En la mansión de Auryn! ¿Cuándo puedo ir a verte?

-Pronto, espero.

Alarido.

-¡No puedo esperar! Bueno, ¿Y qué pinta tienen? ¿Son tan guapos al natural como en las fotos?

-Incluso más.

-¿De verdad? –Otro alarido-. ¿Te gustan?

-No, claro que no.

-¡Que sí! ¡Que sí! ¡Sabía que te gustarían! Pero, debes estar loca especialmente por uno, ¿Quién será?

¿Dani? No, no, Ya sé, Álvaro.

-¡Lucía! ¡No me gusta ninguno de mis jefes, por amor de Dios. No seas ridícula.

Entonces le llamaron la atención por hablar por teléfono en horas de trabajo y quedaos para charlar con tranquilidad el fin de semana.

Después deshice la maleta y estuve un rato maquillándome.

Aunque no sé para qué me moleste.

Y ahora aquí estoy, sentada tras el escritorio, leyendo el manual que dejó la última asistente personal de los chicos, una tal Paola. Todo parece bastante sencillo. Ocuparse de pedir cita cuando tengan que ir al médico, encargarse de la economía y de sus relaciones con los gestores, comprar de todo, desde espuma para afeitar hasta billetes de avión, mesas de restaurantes, y ese tipo de cosas.

Un rato antes averigüe cómo funciona su contestador. Primero escuché el antiguo mensaje y fue un poco raro oír la voz cargada de eficiencia de Paola. Es estadounidense. Por alguna razón había pensado que era italiana. Grabé un nuevo mensaje y me sentí extrañamente contenta hasta que lo reproduje y escuché lo mal que sonaba. Así que lo grabé otra vez. Y otra, hasta que por fin me rendí y decidí que el último tendría que valer.

También mandé una tonelada de correos electrónicos de presentación a los contactos de los chicos y Paola y desde entonces no paro de recibir mensaje de periodistas, empresarios y un sinfín de <<amigos>> pidiendo entrevistas, fotos o que incluyera sus nombres en las listas de invitados para el gran concierto de la semana que viene. De todo tomo notas para luego hablar con los chicos.

Dani entra a mi oficina junto a David. Me miran.

-Saldremos un rato.

Me dice Dani.

-Está bien.

Contestó. Y antes de que pueda preguntar por los otros 3 se marchan de mi oficina.

Viviendo con Auryn (Álvaro & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora