NOSOTROS: MENTIRA

73 6 0
                                    


Francisco y yo llevamos saliendo cuatro meses y en ese tiempo hemos tenido nuestras altas y bajas. Si no es por saber quién me llama o no, es porque no me he quiero acostar con él. Todo lo que sé es que no quiero acostarme con él, siempre he sido responsable de mi sexualidad y la cuido mucho, no soy tan libertina como Valeria. Estamos saliendo de la plaza cuando me toca el tema otra vez.

—Alejandra sería bonito unirnos de otra manera, ser uno solo y no me refiero solo por un rato.

Como es cuando los hombres quieren algo, y lo quieren tanto que hacen lo que sea hasta hablarle bonito  una mujer con tal de que digan que si para calentar su cama.

—Francisco a que viene esto otra vez — En todo ese rato me he dado cuenta que trae una bolsita con medicinas, pensé que me diría por si solo que está enfermo pero como ya no aguanto la curiosidad decido preguntarle.

—Por cierto ¿Estas enfermo? — señalo la bolsita que contiene medicinas.

—No, estos son inyecciones anticonceptivas.

Me mira muy serio y no sé si creerle o no. Después de un rato decirle darle la vuelta y reírme de lo que ha dicho.

—Jajaja si claro.

—Es enserio Ale, ante todo te estoy cuidando.

Mi risa se ha ido y miro a todos lados meno a él, que está esperando a que diga algo, porque los hombres no aceptan un no por respuesta ¿Acaso están tan necesitados de una mujer?, por dios como si mucho de ellos no se dedicaran a ver paginas para adultos y con eso me refiero a páginas pornográficas con tal de saciar su hambre hormonal.

—Pues lo siento mucho, no sé quién es la mujer que quieres en tu cama, porque conmigo pierdes el tiempo, te lo he dicho cada vez que tocas el tema. Si tú no lo entiendes adelante busca una mujer que si quiera calentar tu cama por unos cuanto minutos —  digo muy seria por qué es lo que siento. Mi decisión no va a cambiar y mi firmeza me ha ya llevado por buen camino hasta ahora.

Su mirada es de un hombre que tiene el orgullo herido por mis palabras. Siempre he sido una mujer directa y a muchas personas no les gusta esa parte de mí y terminan por alejarse. Mira alrededor de nosotros como si alguien hubiera escuchado lo que he dicho en su cara. Se pasa una mano por el pelo y por fin me mira. En su mirada se ven reflejadas tantas cosas que estoy segura que una de ellas es enojo y mucho enojo hacia a mí.

—Tienes razón. Estoy perdiendo mi tiempo contigo. Con una mujer como tú.

Su mirada y su forma en que lo dice, me hacen enojar aún más, este que se ha creído. Para fuerte yo.

—Y si pierdes tu tiempo, para que sigues conmigo, por mi te puedes ir —  dicho esto tomo el primer taxi que veo y lo dejo ahí parado mirándome como si le hubiera pegado en las pelotas. Ni siquiera me vuelvo para mirarlo mientras que el taxi se pone en marcha, el conductor debe de haber visto mi cara y mi expresión porque después de un rato me pregunta que si a donde quiero que me lleve.

Cuando he llegado a mi casa, no les llamo a mis amigas para contarles lo que ha pasado hoy con el cretino de Francisco. Este me ha llamado varias veces y ninguna de ellas he contestado, saludo a mis cinco hijos y juego con ellos un rato.
Cuando he terminado de jugar tomo mi computadora y busco terrenos en venta. Algunos de ellos pasan por mucho mi presupuesto. Veo uno que me interesa y llamo al número que aparece ahí. Cuando he terminado la llamada marco en la agenda del teléfono la fecha en la que quede con la señora para que me enseñe el terreno. Después de eso necesito con urgencia un baño para relajarme, busco ropa interior limpia, saco de uno de los cajones un paquete de incienso con aroma a rosas coloco uno a ambos lado de la cama, después voy al baño y coloco otros, enciendo primero los del baño y los del cuarto. Lleno la bañera y pongo shampoo con extra espuma. Cuando me he desvestido pongo música instrumental en mi teléfono, específicamente de violín y la programo para que se repita una y otra vez, entro en la bañera y me enjabono por un rato. Me quedo ahí relajándome. No sé cuanto tiempo me he quedado ahí.

Solo sé que  cuando me despierto mi estómago ruge porque no le he dado de comer, salgo de la bañera. Me seco muy bien y me pongo mi ropa interior, me enrollo en la toalla y voy a la cocina.
Preparo unos hot-dog y una hamburguesa con papas nunca sabes si tendrás visitas.
Empiezo a comer y justo como había pensado, alguien toca a mi puerta, me aseguro de que la toalla este bien sujetada y abro la puerta. Ante mi están mis amigas, las hago pasar y les pregunto si quieren comer.

—Claro Ale nos quedamos a comer.

Les sirvo la comida y nos sentamos en los muebles nuevos.
Después de un rato de platicar Jaz que me conoce muy bien a igual que Valeria preguntan.

—¿Qué tienes?

—Es solo que hoy me pelee con Francisco.

—Ahora que paso —dice Jaz.

—Es que íbamos saliendo de la plaza y en todo el rato me fije que traía unas medicinas, pues resulta que las medicinas no eran medicinas, si no que eran unas estúpidas inyecciones anticonceptivas. Entonces empezó otra vez con el tema de que quiere acostarse conmigo etcétera. Entonces yo me enoje y le dije que si eso es lo que buscaba de mi perdía su tiempo.
—Y el que dijo.

—Pues ya verás que dijo Jaz. Me dijo “si estoy perdiendo mi tiempo contigo, con una mujer como tú” tenía una expresión que no dejaba de disimular el gran enojo que trae encima.

—¡QUE! ¡Que maldito! - Dicen las dos a una sola voz.

—Y que le dijiste tú.

—Pues que le voy a decir Valeria, le dije “Pues lo siento mucho, no sé quién es la mujer que quieres en tu cama, porque conmigo pierdes el tiempo, te lo he dicho cada vez que tocas el tema. Si tú no lo entiendes adelante busca una mujer que si quiera calentar tu cama por unos cuanto minutos .

—¡Woooow! Alejandra eso si es tener carácter y el que dijo.

—Ya escucharas lo que dijo “si tienes razón estoy perdiendo mi tiempo” el muy cretino todavía se pone en el plan de enojado.
Y por último yo le dije “y si pierdes tu tiempo, para que sigues conmigo, por mi te puedes ir” y tome el primer taxi que vi y me subí dejándolo ahí como idiota en la banqueta.

—Eso cariño no te dejes, los hombres siempre quieren dominarnos como si fuéramos el sexo débil y a mi parecer los dos somos débiles. Pero en fin que esperas para terminar con el

—Si ale — continua Jaz ,— termina con el esta relación —dice haciendo las comillas con las manos — no los lleva a ningún los dos están perdiendo el tiempo a lo idiota.

—Lo se niñas pero lo que quiero es que el termine esto, los hombres siempre tiran la tolla antes de dar batalla — en mi interior eso es lo que quiero que el termine con esto y yo quedarme con las manos limpias después de pasar por el fango a donde me ha llevado el.

—Ay Alejandra te gusta darte contra la pared con él, dime la verdad ¿Te empieza a gustar ese hombre?

No sé qué contestarle a Jazmín, la verdad es que no me había puesto a pensar en ello, a pesar de todo lo que peleamos, a decir verdad, me gusta cuando nos besamos la pasión de ambos hace que queramos más que besos, pero también mi auto-control me detiene y en el fondo sé que después de todo habrá una explicación.

—Quizás no estoy segura, pero sé que después agradeceré a mi cordura el no acostarme con él.

—Bueno eso no me convence — dice Valeria — pero lo que si me convence es que lo tuyo con el no durara mucho.

Cuando las niñas se van, ya es tarde me pongo mi ropa de dormir, saludo a mis niños y a dormir….

CONTRA LA PARED #InsideAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora