CONTRA LA PARED #InsideAwards2017

FUERZA, VALENTIA Y FAMILIA

Escucho que alguien me habla, no siento mi cuerpo, quiero moverme pero mi cuerpo no me obedece, quiero abrir los ojos pero tampoco me obedece.

—Alejandra, Ale por favor vuelve con nosotros si tú no estás ¿Quién más me dirá que aprenda a cocinar? Todos te necesitamos, bebé quédate con nosotros.

Valeria está llorando, me pide que me quede, pero ¿En dónde debo quedarme? No recuerdo nada, solo recuerdo estar en el suelo temblando como una gelatina.

—Doctor por favor diga nos, como esta ella.

—Señor Diego la paciente presenta varios golpes como pueden ver, tiene tres costillas rotas, por fortuna nos dimos cuenta que presentaba síntomas de apendicitis, de no darnos cuenta, la señorita hubiera muerto de apendicitis la operación fue un éxito, en cuanto a los golpes de la cara, tendremos que esperar a que despierte para saber si los golpes dejaron secuelas también nos dimos cuenta de que la paciente padece precio baja, esto también ayudo a que se desmallara en el suelo cuando llego la policía, todo el esfuerzo que hizo para defenderse, ese es todo el pronóstico. Vallan a sus casas, no se sabe cuándo despertara, descansen para que puedan quedarse con ella aquí.

—Presión baja ha dicho, que yo sepa ella nunca padeció nada de eso, dígame eso es hereditario, de sus padres quizá o de algún otro familiar.

—Puede ser tanto hereditario de sus padres como de algún otro familiar, abuelos tal vez, ella presenta un soplo en el corazón que hace que se agite rápidamente, con el tiempo será cada vez más rápido que se agite.

—Muchas gracias doctor.

—De nada estamos para servirles.

Escucho todo lo que hablan aunque no pueda moverme, quiero poder abrir los ojos, quiero ser capaz de poder pararme por mi misma, siento unas ganas terribles de llorar como una niña asustada por que ve un monstruo bajo su cama, claro que yo no estoy asustada por ello, a lo mejor por todo lo que he vivido en veinticuatro horas, lo bueno que Rodrigo está en Madrid, mis niños estas a cuidado de Roberto, mi amigo de la fundación en donde estoy de voluntaria, me siento frágil, sola en la más profunda oscuridad, sola con mis miedos, nunca me han gustado los hospitales, me deprimen, odio las agujas.

Siento un dolor horrible por todo mi cuerpo, aunque parezca increíble, quiero comer, tengo antojo de comida grasienta, siento un hambre feroz que si yo fuera el lobo del cuento de caperucita roja ya me la hubiera comido, hamburguesas, pizzas, pastas, en fin todo lo que me gusta.

—Diego nosotras tenemos que irnos Jaz y yo tenemos unas cosas que preparar — dice Valeria.

—Muy bien preciosa.

—Nos avisas cualquier cosa que ocurra.

—Si yo les aviso no se preocupen.

Alejandra sé que estás ahí en esa cama luchando por recuperarte, sé que volverás desde las cenizas como el ave fénix que has sido siempre, siempre he visto tu evolución desde que te vi en el orfanato, te quedaste en mi corazón como la hija que nunca pude llegar a tener, eras muy niña como para acordarte ahora, por eso cuando llegaste a pedir trabajo te di la bienvenida en mi hogar, porque sabía quién eras, tú haces que no me sienta solo, por favor Alejandra quédate conmigo, yo soy tu padre adoptivo aunque nunca me hubiera comportado como uno, no nos abandones, yo te necesito, tus amigas te necesitan, el Florencia te necesita y los que más te necesitas son Kiko y coco piensa en el sufrimiento de tus niños como tú los llamas, ellos morirán de tristeza si te pierden.

¡Oh por dios! Diego es mi padre ante la ley ¿Cómo es eso posible? Todo esto es tan confuso para mi aunque este en esta cama, tiene razón en que Kiko y coco sufrirían mucho, necesito levantarme de esta cama, necesito verlos, lucho por mover cada parte de mi pero no puedo, siento débil y pesado mi cuerpo como si estuviera anclada a la cama y esta se burla de mi por lo débil que soy, yo debo poder, debo ser fuerte como para despertar, pero ¿Y si no lo soy? ¿Y si termino aquí en esta cama como un bulto de naranjas?