Sobreviviendo

Capítulo 11

Ya era mi tercer día caminando hacia mi lugar de destino. Había calculado que en seis días llegaría pero no llevaba ni la mitad del camino hecho ¿El porqué de la demora? Me encontré con gente. Si, con supervivientes. Y no me quede conversando ni nada, pero hay una serie de pasos que inventé para identificar quién es quién. Es algo chistoso, pero para ser el invento de alguien de 12 años creo que es bastante eficaz.

Miras desde lejos a quien tienes enfrente, y te pones al descubierto. Si es un grupo solo te escondes, sean quienes sean. Pero si va solo, te descubres. Lo miro fijamente y hago una señal de V con los dedos. Luego simplemente deletreo mi nombre en lenguaje de señas solo por agregar algo. Finalmente observamos su reacción.

Y ahí viene la parte entre tensa y chistosa. Si mira con cara de "qué carajos estás haciendo?", solo sigo mi camino. Pero si me imita a la perfección solo disparo, al fin y al cabo mis señas no significaban nada especial ni un código que solo los humanos conocemos.

Pues el proceso se repitió unas 17 veces en estos tres días. Además del incidente del primer día en el edificio con oficinas, que me tomo un total de 15 horas hasta que pude asegurarme que todo estaba totalmente bien, el segundo día de viaje lo gasté casi todo intentando perder a una chica de unos 25-30 años que no paraba de seguirme. Me decía que era muy pequeña para viajar sola, que debía acompañarla. Que no corriera, que no me alejara...que no la dejara sola. Lo último lo dijo entre lágrimas. Me dolió verla así... pero eso no significa que no pude perderle el rastro.

Ya era mi tercer día caminando. Había dejado cualquier molestia atrás. Yo solo quería vivir ¿Hay algo de malo en ello? Debía ser especialmente cuidadosa si quería seguir con vida.

Ellos son listos, suelen ir en grupos, muchos se comportan como nosotros, como supervivientes. Pero no lo son. Son demasiado astutos.

Jamás olvidaré cuando Julie me contó sobre un grupo de sobrevivientes del norte que cuidaron de un chico malherido. Lo sanaron, lo alimentaron, y lo tuvieron en su grupo durante aproximadamente dos meses. Visitaban otros grupos y compartían comida y refugio ocasionalmente. Durante muchas batallas ese chico peleó junto a ellos. Ya era parte del grupo. A los cuatro meses, desaparecieron más de siete grupos de supervivientes. Resultó ser que el chico solo quería más información. Resultó ser que el chico no era un chico, era uno de ellos.

Desde el momento en que esa historia se hizo conocida, ya nadie forma grupos. Estamos solos; completamente solos.

Y ellos... en completa compañía.