Don't you dare (Yuri Plisetsky)

Capítulo 13: Holding your back (Part 2)

Capítulo 13: Holding your back (Part 2)

Como sabía que su amigo tenía sus propios asuntos que hacer en New York, no lo quiso molestar más de la cuenta insistiendo en lo que le había pedido. De este modo, para mantenerse ocupada y al patinador también, que estaba extremadamente curioso por saber qué era ese tema que le haría ganar, tuvo que inventar actividades para mantener ambas cabezas ocupadas. Sin embargo, la única idea buena que había tenido él se la había rechazado de cuajo.

Lilly le insistió por horas que vieran películas el sábado por la tarde, luego de su práctica, pero lo que hacía la idea divertida, era que quería que fuese una tarde de pijamas para que así él descansara de toda el entrenamiento. Yuri al escuchar aquella propuesta se largó a reír y no ocultó la risa que le causaba aquella idea, pero la muchacha hablaba en serio y no le provocó ninguna ganas de reírse. Intentó darle otras ideas, pero el mero hecho de imaginarse a ambos viendo películas le gustaba mucho más que salir a recorrer nuevamente, quería que estuviese quieto de alguna vez por todas.

Cuando ya creía que no tenía maneras de convencerlo, mientras iban caminando por el pueblo camino a su casa se le adelantó y le cortó el paso. Yuri bufó ante aquella acción haciendo volar aquel mechón de cabello que le caía sobre el rostro, Lilly mostró cuán decidida estaba y cuando él dio un paso al costado, ella imitó el acto sin dejarlo pasar. Incluso cuando éste se encogió de hombros y dio media vuelta para marcharse a su casa, como había amenazado que haría si ella seguía haciendo aquello, rápidamente caminó deteniéndolo.

"¡Vamos, no seas amargado y divirtámonos como adolescentes normales!" le pidió juntando las manos en señal de ruego, quizás era la primera vez que insistía tanto con algo. "te mereces tiempo de esparcimiento"

"Pero qué ridiculez dices, ¿qué adolescentes se juntan a ver películas en pijama?" preguntó con notable disgusto. La chiquilla bajó la mirada avergonzada, de hecho, la idea se le había ocurrido porque era algo que solía hacer cuando estaba en Japón. "No me digas que..."

"Con Haru siempre haces esas cosas, tarde de películas en pijamas y comer hasta no poder más." Confesó con un notable rubor en las mejillas que intentó ocultar con la bufanda que la protegía del frío. Lo escuchó soltar un sonido de disgusto. "Y no he podido hacerlo porque estoy acá lejos..."

"No me compares con tu ñoño amigo." Sentenció cruzándose de brazos mirando hacia otro lado, Lilly frunció el seño enojada y se le ocurrió ocupar su última carta para convencerlo.

"Entonces no te cocinaré tu katsudon" determinó volteándose para irse a su casa. Escuchó perfectamente como él exclamó en indignación, pero aquello no le hizo detenerse.

"¡Bien, no lo hagas!" le gritó a sus espaldas, Lilly sonrió para sí misma satisfecha con aquella respuesta, sonó tan caprichoso como quería oírlo.

"¡Será todo para mi y quedará delicioso!" vociferó de vuelta siguiendo su camino. Sintió una presencia a sus espaldas, pero creyó que sería mejor ignorarlo y no volteó. "y no podrás probar ningún tazón. Ni uno..."

"Espérate, tu estúpida tarde de películas por el katsudon del domingo." La interrumpió tomándola por la muñeca y deteniendo su caminar. Lilly se frenó al sentir su tacto helado, y fue su turno de tensarse, su agarre era firme y decidido. Su voz había sonado tan baja y queda, era como si estuviese rompiendo su orgullo al ceder a su propuesta.

"Pijamas o no hay katsudon." Contraatacó volviendo a encontrar aquellos ojos verdosos, le dio gusto ver cuán avergonzado estaba ahora él por lo que había logrado que hiciera. Una pequeña sonrisa orgullosa apareció en la cara de la chiquilla y el apretón que le estaba dando aumentó en disgusto de que se burlara.