Te llevas mi corazón

Problemas entre bambalinas

Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo XXXIII

Problemas entre bambalinas

Terry comenzó a relatar a la pecosa todo lo que sucedió en la entrevista con Claudina Grandchester

--¿Entonces tu padre no sabía nada de ese documento?-- preguntó Candy

--Mi madrastra creía que no. Ella suponía que si mi padre se enteraba del trato que ella me propondría, no la dejaría acercarse a mí

--¡Qué mujer más calculadora!-- decía Candy

--Sí. Pero sus cálculos no estaban bien

--¿Cómo así?

--Cuando me negué a firmar, "cara de cerdo Claudina"-- como la llamaba el castaño-- se alteró y se puso a gritar que era un tonto, que perdía una gran oportunidad de hacer de mi vida lo que quisiera, que podría casarme contigo y no sé cuantas cosas más, entonces yo también alcé mi voz y le dije que aunque no quería el ducado, tampoco traicionaría así a mi padre

--Eres muy honorable, mi amor-- decía Candy acariciando la mejilla de su apuesto prometido

--Algo bueno que me quedara de haber pertenecido a la aristocracia... Cuando mi madrastra se iba, yo abrí la puerta y al otro lado de esta esperando entrar, estaban mi madre, mi padre, y August el secretario del Duque

--¿Tu madre le dijo donde vivías?

--Lo mismo pensé yo pecosa, pero no, mi padre me aclaró que él conocía mi dirección, incluso antes de enviarme la carta ultimátum que recibí

--¿Entonces...?

--Mejor te detallo la conversación que tuve con mi padre

--Bien... te escucho-- y Terry comenzó a contarle

--Padre...

--He estado en contacto con Williams Andrew-- dijo el Duque interrumpiendo a su hijo. Terry abrió los ojos asombrado al oír el nombre del padre de su pecosa-- si hijo, el padre de Candy

--No entiendo, ¿Qué les une a ustedes?

--Nuestros hijos, eso es lo que nos une. El me contactó, para contarme... o mejor dicho aclarar quien era Candy y el porque fueron encontrados a altas horas de la noche en el establo

--¡Traté de explicarle padre!...

--Lo sé, lo sé, y me disculpo por no haberte escuchado. Entiende que yo no conocía a la señorita en cuestión, Candice era para mí una niña sin padres, abandonada de bebé, y que había sido sirvienta y luego adoptada por una familia de prestigio...

--Claro, Elisa le llenó la cabeza de verdades a medias, y usted prefirió creerle a ella en vez de escucharme a mí, que soy su hijo-- decía Terry con respeto pero muy enojado con la actitud de su padre

--Sí, sí, sí... esa niña supo convencerme de que ella era tu amiga, que eran muy cercanos, y como se comportó como una verdadera dama, no tenía porque desconfiar de lo que me decía-- hablaba el Duque, casi avergonzado de haber caído junto a su hijo en la trampa que había urdido Claudina y Elisa-- luego llega la noticia de que has sido sorprendido en una actitud poco caballerosa, con una señorita en el establo cuando sabía que estaba prohibido que se vieran jóvenes con jovencitas, solo siendo parientes, esa era la excepción

--Padre, yo sé lo que hice, pero no entiendo a que va esta conversación-- apuraba Terry

--Bueno, Williams me contó toda la historia de su hija adoptiva. En algunos aspectos las palabras de Elisa siendo ciertas, ella las había manipulado para su beneficio, que era separarlos a ustedes y que Candy fuese expulsada era el primer paso