Otro paso

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Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo XI

Otro paso

La vida en Nueva York, no había sido nada fácil para Terry, teniendo que dividir su día entre trabajar para el Sr. Smith y buscar una oportunidad en el teatro, el día se le pasaba volando.

Su único momento de paz era cuando llegaba a su departamento a descansar y ahí pensaba en su pecosa, leía y releía sus cartas... tocaba la armónica transportándose a la segunda colina de Pony, donde compartía con Candy a diario mientras pasaban sus días en el colegio, y podía estar tranquilo de que ella se encontraba segura en la escuela de enfermeras.

Las audiciones a las que había asistido, eran todas como simple espectador, soñaba con encontrarse en el escenario y poder demostrar de lo que era capaz, pero una tras otra las puertas se le cerraban, distintas respuestas le eran dadas como disculpas por no dejarlo audicionar...que no tiene experiencia...sin recomendación no recibimos a nadie...necesitas un patrocinador...no necesitamos nuevos actores...eres muy joven...etc, etc, etc.

Terry sabía que no sería fácil, aún así, ya se estaba desanimando. Hasta había pensado en buscar a su madre, y pedirle ayuda, ya que ellos en el verano en Escocia habían hecho las paces, reconciliando así los malos entendidos. Pero por mucho que necesitara ayuda, lo orgulloso no se lo quitaba nadie, y todas sabemos que él quiere escalar solito, sin la ayuda de nadie, solo la de Candy y su apoyo, sus palabras, su ternura, su comprensión, y todo lo que involucraba tener a la pequeña pecosa en su vida, aunque sea lejos, pero en sus cartas podía oler el futuro junto a ella, eso era algo que jamás iba a transar.

En la última carta que recibió de su amada pecosa, se encontró con la sorpresa que Candy incluyó una copia de una fotografía que se tomaron juntos en un estudio fotográfico de la ciudad, con ella en sus manos, admirándola cada momento que podía, se prometía...

--¡Por ella!, ¡por mí!, ¡por un nosotros juntos!-- se decía Terry-- tengo que seguir, no me voy a dar por derrotado, todavía quedan compañías de teatro que no he visitado. Aún hay puertas que golpear, no todo está dicho.

Con Candy en sus pensamientos, su preciada armónica y la fotografía en el bolsillo, y sintiendo que ese día le traería algo nuevo, Terry salió muy temprano a su trabajo habitual de intérprete y traductor para el Sr.Smith. Trabajó toda la mañana y cuando era la hora de su descaso del mediodía listo para salir a almorzar, su jefe le dijo que se tomara la tarde libre porque no tenía nada pendiente por hacer. Terry se despidió agradeciendo la tarde que tendría para tocar más puertas en busca de su sueño.

Fue así que caminó toda la tarde buscando un teatro donde le dieran la oportunidad de formar parte de ellos para aprender y llegar a ser un gran actor... no tuvo suerte. Llegando el atardecer, Terry decidió tomar un camino alternativo hacía su departamento, y viendo un gran teatro que no había visitado anteriormente, se animó a golpear, una vez, dos veces, tres veces... y cuando se había dado por vencido la puerta se abrió, apareciendo delante de él una jovencita rubia de largos y lacios cabellos, de grandes ojos azul claro, que con una voz muy suave le saludó

--Buenas tardes-- dijo la joven y cuando se percató del guapetón que tenía en frente, los colores se le subieron hasta las orejas y añadió en forma coqueta-- ¿busca a alguna persona?-- ella pensaba que quizás estaba buscando a alguna actriz o un amigo, y no quería perder su oportunidad de conocer a este joven que llamó mucho su atención

Te llevas mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora