Visitas del viejo continente

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Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo XXVIII

Visitas del viejo continente

--Buenas noches Terius-- Terry al ver a su visita, literalmente se le fueron los colores de su hermoso rostro, estaba pálido

--¿Qué pasa Terius?, parece que viste un fantasma. ¿No me invitas a pasar?... -- viendo que Terry estaba reacio a dar la bienvenida agregó-- vine de muy lejos a visitarte, lo menos que me debes es una bienvenida aunque sea de protocolo-- Terry ya había recuperado sus colores, pero le costó mucho dejar pasar a su visitante

--Pase usted señora-- dijo, y la dejó avanzar al interior del departamento, mientras él miraba que no hubiese nadie más con ella

--Vengo sola-- dijo la mujer-- no te preocupes, tu padre aún no conoce de tu ubicación

--Tome asiento-- dijo en cuanto cerró la puerta-- ¿a qué debo su visita?

--Podrías ofrecerme aunque sea un poco de té, como buen inglés, debes tener algo en tu despensa-- dijo la mujer mientras se sacándose la capa y sentándose en el sillón ofrecido por Terry

--Bien, lo prepararé, espero no se sienta incómoda en mi humilde morada-- dijo Terry poniéndose de pié para preparar té y servir algo para acompañarlo

--No es lo que se espera del hijo de un Duque, pero para ti no está mal, te gusta la sencillez en algunas cosas-- y dando una buena mirada a todo el departamento dijo-- aunque no se puede negar que tienes muy buen gusto, clásico pero elegante, has administrado bien tus recursos...

--Aquí está su te, señora. Ahora sí quiero escuchar el motivo de que tan ilustre dama venga a mi casa sin aviso

--Bien, no me andaré con rodeos

--No esperaba nada menos de usted. Dígame ¿Cómo me encontró?

--No te encontré Terry-- comenzó a hablar la Claudina-- siempre he sabido donde estás, es tu padre el que no logra ubicarte

--¿Cómo es eso?-- preguntó Terry algo contrariado con lo que la Duquesa le decía

--Desde que Richard te internó, gracias a mis consejos-- la maldad de la mujer le brotaba por los poros-- te he seguido la pista, por así decirlo, para siempre poder tener un as bajo la manga. Cuando tu padre se ponía sentimental, y se creía culpable de tu desdicha y soledad, yo venía, y con la información que tenía en mis manos acerca de ti, lograba sacar a tu padre de la burbuja de culpa en la que entraba cada cierto tiempo. Richard es muy débil, ha sido muy fácil manejarlo y ponerlo, por así decirlo, en tu contra

--¿Qué pretende señora con contarme todo esto?-- Terry muy molesto con la actitud de su madrastra

--Solo respondo a tu pregunta-- dijo la muy cínica-- Como te decía, te he seguido desde que entraste al internado hasta el día de hoy. He sabido de tus juergas y borracheras, tus peleas, todo lo que sucedió en el colegio, y cuando llegó la rubia americana...

--¿Qué tiene que ver Candy con esto?-- Terry preocupado de que esta mujer hiciera algo en contra de su pecosa

--Nada, no te preocupes. Candy, como tú la llamas, hiso de ti un ejemplo de muchacho, cambiaste tu actitud del cielo a la tierra. Comenzaste a portarte bien, tan bien que hasta las monjas lo notaron, pero tu padre tan ciego, no lo vio. Asistías regularmente a clases, te escapabas menos, nada de peleas ni borracheras... esa actitud tuya, no convenía a mis planes. Entonces, cuando me di cuenta que cambiabas a causa de la americana, quise deshacerme de ella, con el percance del establo. Esa muchachita, había llegado hasta ti, en una forma rápida y muy fuerte. Se enredaron sentimentalmente, ella te hacía bien, y eso a mí no me convenía

Te llevas mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora