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—Si papi .— una punzada en mi corazón aparecía cada vez que lo llamaban así

—Te acompañaré a la cama linda .— habló Obi Wan

—Pero... .— No la deje terminar

—Yo la acompañaré, no te preocupes .— puso su cabecita en mi pecho y camine hasta su cuarto

—Leia princesa, perdóname ¿si?

—¿Por que mami? .— cogio uno de mis largos mechones de cabello y pasó sus dedos por el

—Porque no te he abrazado antes de dormir como lo hace tu... padre .— me costó mucho decir eso

—Pero ¿Me quieres verdad?

—Claro que si, tu y tu hermano son lo mejor que me ha pasado en la vida.— beso mi mejilla y se acurrucó en mis brazos, cerro sus ojos y me quedé admirándola, ellos dos eran lo que Anakin y yo habíamos creado, no podía dejar esto así como así

La puse en su cama y fui a ver a Luke

Luke... era igual a Anakin, era como su clon, me traía tantos recuerdos de cuando éramos pequeños, esa es una de las miles de razones por las que Lloraba un poco cada noche, porque quería regresar el tiempo atrás, se que podría gozar los momentos aún más de lo que los disfrute.

La incertidumbre más grande era cuando recordaba el momento en el que me gritó que era una traidora, ¿el me amaba realmente? ¿Valdrá la pena que yo sufra por el de esta forma?

—Taylor, Es tarde .— puso su mano en mi hombro y yo me giré a mirarlo

—Es que no puedo evitar sentirme culpable por ser una madre ausente, tu les has dado todo, sin ser tu obligación, yo, en cambio, no les he dado nada, ni cariño, no atención, nada

—Tienes tiempo para cambiarlo aún, te aman como no tienes idea .— me abrazo y yo solo me quedé ahí, me sentía tan vulnerable, podía darle una buena paliza a alguien, pero habían momentos en los cuales me sentía rota y vacía, en los que solo un abrazo puede arreglar las piezas rotas, y aunque no fuera Anakin, el las podía arreglar, al menos por un momento

A la mañana siguiente, me levante antes que todos, y salí a correr como todas las mañanas, me distraía, era como salir de mi cárcel de sufrimiento por una hora, Obi Wan me decía que por que me hacía sufrir tanto a mi misma, pero no era hacerme sufrir, se sentía bien.

Corrí por Theed y vi un destructor imperial en el cielo, mientras que varios cazas bajaban del monstruo gigante que se había estacionado encima del planeta.

Cuando llegue a la casa de vuelta, mi supuesto marido estaba sentado en la terraza, esperándome.

—Hola .— dije con una sonrisa

—Hola ¿Que tal dormiste?.— preguntó levantándose

—Bien .— me encogí de hombros .— supongo, siempre la misma pesadilla, hace mucho tiempo que no duermo del todo bien

—Te escuché gritar anoche

—Duermes a mi lado, era completamente obvio que escucharías uno de mis muchos gritos

—Todas las noches es igual, me gustaría ayudarte, pero no sé cómo

—Yo tampoco se que hacer, si te molesta, dímelo, puedo dormir en el ático .— puse mis manos en sus hombros

El pasado dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora