Gemma

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Estuve dandome vueltas por los pasillos innumerables veces, incluso un chico se acerco y me preguntó si de verdad iba a comprar algo, hasta que Louis se acercó a mi y preguntó si necesitaba ayuda.

- Si, por favor - le respondí y ambos seguimos revisando y descartando títulos.

- ¿Las ventajas de ser invisible? - preguntó mostrandome el libro.

- Ya lo leí - respondí sin alzar la vista, aunque vi de reojo como dejaba el libro en la repisa y seguía buscando con el ceño fruncido.

- ¿Oscuros?

- La verdad, no me llama mucho la atención - le expliqué.

Caminé hacia el fondo del lugar donde había una escalera, empecé a subir pero cuando iba a la mitad me di cuenta de que el piso de arriba no era mas que la sección de cuentos infantiles.

Me había decidido a bajar cuando algo llamo mi atención.

Una niña paso corriendo con una pila de libros en sus delgados brazitos. Me recordo a mi, tendría unos 8 años más o menos. Subí un escalón y me sorprendió lo cansada que estaba, pero trate de no pensarlo y subí el otro.

Por entre medio de unas repisas vi la escena más tierna de la vida.

La niña de la que les hablé, era igual a mi. Se parecía más a mi que yo a esa edad... o eso creo. Sus ojos verdes un poco más claros que los mios, aunque yo a esa edad también los tenía así. Su cabello también más claro que el mio, pero con los rizos que nos caracterizan a mi y a mi hermano. Vestida con un vestido verde hasta la rodilla.

Estaba parada en las puntas de los pies arriba de una pila de libros que, supuse, ella misma había recolectado. Aun así no lograba alcanzar un gran libro rojo de la repisa más alta.

- ¡Gemma, ten cuidado! - gritó la voz de una mujer, sin embargo en el piso solo estabamos la niña y yo. No le preste mucha atención, ya que lo que en realidad había llamado mi atención había sido el nombre de la pequeña.

《El mundo es un pañuelo》pensé.

Pero el hecho de que una niña que podría ser mi doble en miniatura tenga el nombre de mi hermana mayor fallecida me parecía demasiada coincidencia.

Mis pensamientos se desconectaron cuando Gemma gritó - ¡Si, mamá! - Tenía una voz dulce y melodiosa que me hizo pensar que quizá a ella también le gustaba cantar.

Y me entristeció imaginar que a la pequeña Gemma algún día le llamaría la atención como los adultos fuman y que quizá terminaría fumando tanto como yo hacía...Y que algún día se sentiría tan malque sus padres la llevarían al hospital y quizá ,  ahí le dirían que...

Negué rápidamente para evitar que mis pensamientos terminaran haciendome llorar.

Volví a fijar mi vista en la pequeña,  justo para ver como ya estaba de puntas en la orilla del libro más alto.

Entonces, todo paso muy rápido.

El último libro se inclinó hacia donde la niña estaba pisando. Gemma, en un intento de afirmarse de algo, tomo un libro que sobresalía de la penultima repisa.

Aun me quedaban unos tres escalones para llegar al segundo piso y me sentía terriblemente cansada de la nada, pero me decidí a subir corriendo los escalones. Cuando ya estuve arriba, una toz horrible inundó mi garganta y hacía más lento mi andar.

Las repisas se me vinieron encima y todo me daba vueltas, traté de correr en el momento justo en que el libro del que Gemma se había agarrado se salía de la repisa.

Pero el aire era muy pesado y ya no sabía si estaba corriendo hacia Gemma o hacia el pasillo siguiente de donde ella estaba.

Intenté afirmarme de una repisa o una pared que no estaba allí, los ojos se me cerraron y ya no supe si fui yo o la niña la que estaba gritando.

We're gonna live foreverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora