Capítulo 4: Preguntas sin respuestas

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Capítulo 4: Preguntas sin respuestas.

Al volver a despertar, estaba en la biblioteca, acostado en un sillón, Jace estaba a mi lado, y los demás en frente. Era capaz de recordar lo que había pasado, y lo que yo había hecho, pero al ver el miedo en los ojos de mis padres, decidí fingir que no recordaba nada, era fácil creerme, después de todo, yo nunca mentía, aun así, me tuve que quedar con Magnus una semana, para ver que no pasara nada.

Después de esa semana, en la que, no ocurrió nada, regrese al Instituto, y ya la primera noche, todo cambio, desperté a la mañana siguiente cayendo sobre la cama, había flotado de vuelta.

No quise esperar más, revise cientos de libros, sin encontrar nada, y decidí recurrir a la sabiduría de los bares.

En la noche, me escape a un bar, donde sabía que Magnus no estaría, fui a la barra, pedí un trago, no bebía mucho, pero si iba solo a preguntar me echarían, así que, mientras tomaba, pregunte al posadero, que era un vampiro, si sabía algo sobre lo que me había pasado.

-Nadie en el submundo ha hablado sobre querer atacar el Instituto de Nueva York, ni a los hijos del Inquisidor-Esa fue su respuesta.

Pregunte si conocía a alguien que sufriera las mismas cosas que yo, él tardo en contestar, pero lo hizo.

-Brujos, son los únicos que sufren esas cosas.-Me dijo, y luego agregó-Aunque, algunos demonios mayores con forma de humanos también sufren esas cosas.-

-Entiendo-Asentí, y le pregunte-Pero, ¿Ha sabido de algún cazador de sombras que sufra esas cosas?-

Cabe decir que lo primero que hizo el vampiro fue reírse, sin embargo, al darse cuenta que hablaba enserio me respondió.

-No, los cazadores de sombras no pueden tener esas cosas, ellos usan runas, no poderes oscuros.-Eso fue lo que me dijo, y calo bastante hondo dentro de mí.

-¿Qué pasaría si un cazador de sombras enserio sufre esas cosas?-Le cuestione, y él me miro pensativo.

-Si eso pasara, entonces esa persona no es un cazador de sombras-Me respondió con desdén.

No quise quedarme más tiempo allí, por lo que, agradecí la información, pague mi trago, y una propina, y me fui.

Seguí saliendo todas las noches a bares diferentes, sin embargo, en todos me decían lo mismo, "si esa persona tiene poderes no es un cazador de sombras" Ya no sabía qué hacer, me estaba desesperando, entonces, él apareció.

Había salido del último bar al que iba a ir, estaba frustrado por no encontrar nada, y decidí caminar por el parque para calmarme.

Quizás no fuera el mejor cazador de sombras como Jace, pero sabía cuándo alguien me seguía, aún si no escuchaba sus pasos, por eso, me detuve en medio del parque.

-¿Quién anda ahí? ¿Y qué es lo que quiere?-Pregunte mirando hacía la oscuridad.

-Has hecho una pregunta en muchos bares, pero nadie te respondió, quizás yo pueda ayudarte-Me contestó, no necesite más que escuchar su voz para saber quién era.

Él salió de entre las sombras, y pude apreciar que tenía razón, su cabello blanco, sus inigualables ojos negros, y esa forma tan elegante de caminar, estaba frente a Sebastián Morgenster, mi enemigo.

Continuara...

Entre la luz y la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora