Capítulo 6: Retos sin sentido

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Capítulo 6: Retos sin sentido.

Regrese a casa en la mañana, nadie se había dado cuenta de mi ausencia, así que, no recibí retos, ni reclamos o preguntas. Mi padre había salido por asuntos de la Clave, por lo que, no pude hablar con él, sino hasta la tarde.

Cuando fueron las cinco en punto, salí de mi cuarto decidido a hablar con mis padres, sin embargo, los encontré no solo a ellos, sino que, Jace, Izzy, Simón, Clary, Magnus, Jocelyn y Luke también estaban ahí, en la biblioteca.

-Hola, Alec-Me saludo Simón ni bien entré, y mi padre me miro con severidad, como siempre.

-Siéntate con nosotros hermano-Me indicó Jace, y fui a su lado-Descubrieron algo sobre los ataques contra ti.-

No sabía de qué estaban hablando, así que, guarde silencio.

-Al parecer, un grupo de hadas ha estado causando problemas y la Clave cree, que ellos intentaron matarte.-Me explico mi padre.

Yo asentí, y todos dieron el asunto como arreglado. No mucho después se pusieron a charlar, sin embargo, yo tenía dudas sobre algo, eh iba a aclararlo.

-Padre-Llame, y el nombrado se volteó hacía mí. -¿Conoces a alguien con el apellido Lovewood?-

Jamás había visto a mis padres tan alterados, como cuando yo termine de pronunciar el apellido, ambos estaban blancos, con los ojos muy abiertos, y parecían tener miedo. El primero en recomponerse fue mi padre.

-¿Quién te dijo ese nombre?-Me pregunto, casi ordeno.

-Nadie, solo lo vi en un sueño-Me excuse, no le podía decir que Sebastián me lo había dicho.

-Es un apellido mundano, de origen francés-Me contesto Magnus.

Sentí que algo no estaba bien, volví a mirar a mis padres, y me di cuenta de que no querían verme a los ojos.

-Padre, ¿Me paso algo cuando era pequeño? ¿O cuando iba a nacer?-Pregunte, y otra vez, los dos se pusieron pálidos.

-No, Alec-Me respondió mi mamá, y se sentó en su silla de escritorio.

No quería mencionar a Valentine en frente de Clary, Jace y Jocelyn, pero tenía miedo de las cosas, no normales, que podía hacer.

-¿Valentine me hizo algo?-Susurre, y vi el terror en los ojos de mis progenitores.

-¡¿PERO QUÉ ESTUPIDECES ESTAS DICIENDO, ALEXANDER?!-Me grito mi padre histérico.

En ese momento, yo tuve miedo, todos me miraban, y sentí que no debía haber hecho esa pregunta.

-Alec, vete a tu habitación en este instante, estas castigado-Me ordeno mi madre.

Me di la vuelta para irme, y volví a sentir la voz en mi cabeza.

"-No Alec, no te vayas, insiste. Tu sabes que no está bien.-"

Después de eso, no supe por qué, pero sin voltearme, dije claramente:-Alguien me llamo Alexander Lovewood-

-¡SAL DE MI VISTA!-Fue el grito de mi padre, y yo salí de la biblioteca.

Ni bien llegue a mi cuarto, saque mi teléfono del bolsillo de mi pantalón, busque el número de Sebastián, y lo marque, los retos de mis padres no tenían sentido, eran solo preguntas y no quisieron responderlas, me estaban ocultando algo.

-Alec-Escuche del otro lado de la línea, era Sebastián. -¿Pasó algo?-

-Mis padres no quieren responder mis preguntas, están ocultándome algo.-Le conté, y luego agregue-Pero descubrí que el apellido Lovewood es mundano, y originario de Francia.-

-Yo encontré más que eso-Me dijo-La última mundana de apellido Lovewood, fue Alexandra Lovewood, una condesa que murió al dar a luz a dos niños gemelos.-

-¿Alexandra Lovewood? No me suena ese nombre-Le conteste pensativo.

-Quizás esto si te suene, Alexandra era de tez blanca, cabello liso negro, ojos azules y facciones delicadas. ¿Se parece a alguien que tu conozcas?-Me pregunto.

-Es como yo-Acepte, y luego le pregunte-¿Averiguaste algo más?-

-Una cosa-Asintió-Uno de sus hijos se llamaba igual que tú.-

-¿Sabes algo del padre de los niños?-Le cuestione.

-Solo que tenía ojos violáceos, y era un demonio, nada más hasta ahora.-Me respondió, y luego admitió-Eso lo investigue por curiosidad, depende de ti si sigo averiguando cosas.-

-Investiga todo lo que puedas sobre qué hizo Valentine con los dos hijos de Alexandra, yo voy a encontrar al padre.-Le ordene decidido.

-De acuerdo, cuando tenga algo te llamare para que nos reunamos.-Me contesto y colgó.

Tenía que descubrir qué paso con los hijos de esa mujer, algo no estaba bien, su nombre no me sonaba pero su descripción sí, es como si yo la hubiese visto alguna vez, y no lo recordara, igual que al niño.

Continuara...

Entre la luz y la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora