V. Amistad

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 Por primera vez en mi estancia en el planeta, mi ceño se frunció en señal de genuina confusión

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Por primera vez en mi estancia en el planeta, mi ceño se frunció en señal de genuina confusión. No comprendía la razón del humano para estar frente a mi puerta, no teníamos nada más que decirnos y mucho menos llegábamos a tener ningún tipo de relación amistosa. Yo no estaba en lo que se consideraban condiciones ideales para hablar con otra persona –considerando que  me encontraba con sólo una toalla alrededor de mi cintura- y su expresión denotaba preocupación y exaltación. Ladeo mi cabeza, en señal de pregunta y rompo el silencio

–¿Qué haces aquí? –cuestiono, levantando mis cejas, ligeramente sorprendido. Su respiración era irregular, como si hubiera corrido todo el camino para llegar aquí. Su cabello estaba más desordenado de lo normal y podía notar algunas gotas de sudor bajando por sus sienes.

–Necesito hablar contigo –eso no contestaba exactamente mi pregunta, pero lo acepto por un momento, confiando en que desarrollaría el tema más explícitamente. Entonces sus ojos vagan por mi cuerpo hasta posarse en mi entrepierna. Sus ojos se abren más de lo normal y traga saliva con fuerza, claramente incómodo. Es cuando recuerdo que sigo con la toalla como única protección. Me aclaro la garganta.

–Esto... –divago, pensando en qué hacer. No estaba seguro de cuál era el procedimiento que los humanos seguían cuando recibían visitas inesperadas, pero por lo poco que he estudiado y visto en las películas, suelen invitarlos a pasar– ¿Quieres entrar?

Viktor asiente con lentitud y me aparto de la entrada para permitirle el acceso. Cierro la puerta detrás de él y lo guío a lo que consideraba mi sala de estar, que en realidad no ocupaba demasiado. Todos los experimentos que solía hacer los llevaba a cabo de mi habitación.

–Siéntate, me pondré algo de ropa.

Noto cómo su mirada explora en lugar, absorbiendo cada detalle, antes de sentarse con cuidado en el sofá prácticamente nuevo. No dice nada, y yo tampoco, así que me dirijo a mi pieza para colocarme unos pantalones de mezclilla sencillos y una playera negra con un suéter azul marino encima. Salir de bañarse provocaba que la temperatura corporal bajara considerablemente y eso podía causar una enfermedad que no necesitaba en este momento. Me coloco mis gafas sobre el puente de mi nariz y tomo una toalla más pequeña para empezar frotarla sobre mi cabello y acelerar el proceso de secado.

Salgo nuevamente a la sala para encontrarme con la mirada perdida de mi invitado. Noto que no se había cambiado de ropa desde que nos vimos en el parque ésta tarde y sus zapatos estaban ligeramente más sucios.

No se percata de mi presencia hasta que tomo asiento frente a él, haciendo que se sobresalte levemente. Su pecho sube y baja con cierta rapidez y me mira con recelo, ceño apenas fruncido. La tranquilidad que rebosaba antes había sido reemplazada completamente por una incertidumbre silenciosa y mortal. Siento mis latidos cardíacos elevar su ritmo en lo que identifico como un sentimiento de nerviosismo, algo que nunca antes había experimentado.

Species [#VkusnoAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora