Y ahí estaba yo, observando a un humano jugar con su mascota. Como si nada importara, como si nadie los estuviera mirando, como si fueran los únicos seres en el planeta, en el universo entero. Ambos se veían felices, extasiados, alegres, contentos de estar vivos. Todo se veía tan fácil desde lejos, tan sencillo y simple que daba miedo. De verdad me aterraba ese lado de los humanos. Ese punto exacto en donde se volvían espontáneos, imposibles de predecir, capaces de hacer lo que sea por el bien de otros. O por su propio bien. Guiados nada más por sus emociones, cosa que no sería capaz de entender del todo. Tal vez nunca.
Viktor acaricia con entusiasmo a Makkachin mientras el caniche saltaba sobre él, tirándolo al suelo y lamiendo su rostro. El humano reía con ganas; el perro ladraba con fuerza. Ambas acciones simbolizaban felicidad, sin duda alguna.
Es entonces cuando recuerdo lo que acababa de pasar hace aproximadamente veinte minutos. El trance en el que había entrado al encontrarme con los ojos azules del albino. Ese extraño lapso de no más de quince segundos -que me parecieron quince horas- en el que había visto cosas que ni siquiera sabía con exactitud si existían. Aquí o en otro universo. Cosas indescriptibles, incluso para mí.
Y lo más extraño. Viktor no sintió nada.
Es decir, entré en trance al ver sus ojos, algo debió haberlo activado de alguna manera, ¿no es así? Viktor también debería haber captado algo, aun que sea una mínima diferencia en el ambiente, en la organización del mundo, ¿quizás en la fuerza de gravedad? ¿en los campos magnéticos de la Tierra? ¡Algo!
—Estás pensando de nuevo —no era una pregunta. Tampoco me percaté de en qué momento el humano se había acercado a mí, pero no me sobresalté. Su delicadeza para moverse era sorprendente, a decir verdad.
—Lo siento —digo para no dejar que el silencio reine. No sabía qué más decir.
—Eres raro —declara, sentándose en el césped, junto a mí, observando a su perro perseguir a una mariposa —¿Te lo han dicho alguna vez?
—Supongo que ya lo sabía —era cierto, de alguna forma. Despejo mi mente para poner atención al albino.
—Es bueno saberlo —sonríe de lado— Pero es una rareza buena, ¿sabes? Al menos no me has espantado.
—Aún.
Ríe. Su risa es casi melódica. Observo las arrugas que se forman al rededor de sus ojos al cerrarlos y sus dientes blancos deslumbran con su sonrisa. La vista es embriagadora, lo que sea que eso significara. Era la mejor descripción con la que podía contar.
—De verdad me intrigas, cerdito —dice al cabo de unos segundos— Y ni siquiera sé tu nombre.
—Yuuri —contesto en casi un impulso— Yuuri Katsuki.
—Así que sí tienes un nombre, quién lo diría.
—Al parecer, sí —asiento con la cabeza, no muy seguro de qué quería decir con eso.
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Species [#VkusnoAwards]
Fanfiction"Estudia el ambiente. Reporta semanalmente. No interactúes con humanos más de lo necesario." Esas fueron sus órdenes específicas. Tres simples instrucciones. Pero la duda empezaba a crecer en su interior. ¿Y si los humanos no eran tan malos como p...