Capitulo 8

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Narra Camila

¿Será todo verdad? Todo lo que dijo Lauren, me quede unos segundos envuelta en mis pensamientos, en cómo fue nuestra relación hace un tiempo, en cómo había logrado que ella deje de consumir, en cómo estaba ella, indefensa una vez más. Fingiendo que todo estaba bien, hasta que decía todo lo que le dolía.

Pero aún más, podía ver cómo yo la había dejado sola, había dejado que Brad abusara de ella y no había estado cuando me necesitaba.

—Lo siento—fue lo único que pude decir, tenía un nudo en la garganta, las cosas siempre se arreglan hablando y yo huí cuando tuve que hacerlo

—ya es tarde para sentirlo Camila—dijo fríamente

—lo sé y si pudiera regresar el tiempo, nada hubiera pasado así—ella se acurrucó entre sus piernas y comenzó a llorar, me acerqué a acariciar su espalda y hacerle sentir que ahora si estaría con ella, que no me iría otra vez

—el tiempo no se puede regresar, solo paso y tengo lo que merezco por romper mi promesa—pude ver sus ojos, tenían un verde oscuro y sin brillo, ahí estaba la antigua Lauren, indefensa del mundo

—nada de lo que pasó fue tu culpa Lauren, fue del cretino de Brad, él te hizo todo eso y juro que cuando lo encuentre lo matare—dije llena de rabia y culpa

—ya está, ya pasó mucho. Ya no puedes hacer nada Camila—la acurruque en mi pecho y acaricie su cabello

—nunca debí dejarte ir molesta de la fiesta, lo siento Lauren—ahora mis ojos llovían junto a los de ella—¿porque volviste a beber esa noche? Antes de que discutiéramos—se sentó como estaba antes y miro al frente perdiendo su mirada en el horizonte

—necesitaba desahogarme y no quería arruinarte la noche. Después de que me presentaste a tus padres y salimos a la fiesta, solo no pude más.—su voz empezaba a quebrarse—antes de ir a verte, encontré una carta en medio de unos papeles. Era de mi abuela—ahí entendí el detonante de Lauren, su parte más sensible, la muerte de su persona favorita—¿recuerdas a la casa a la que solíamos ir por vacaciones?—yo asentí—dejó las escrituras a mi nombre y mis padres se molestaron.—nunca tuvo muy buena relación con ellos, más que obligaciones económicas de parte de ellos—era la fiesta de graduación y el día en el que ellos me dejarían a la deriva, a que busque mi vida sin su dinero

—¿porque nunca me lo dijiste? Lauren te hubiera ayudado, hubiéramos salido adelante juntas—otra vez el dolor de haberla dejado me presionaba el pecho

—creí que podía salir sola adelante, pero pasó todo lo que pasó en la fiesta y perdí a todos—eso me rompió aún más y la abrace sin esperar una respuesta de ella—no hagas esto Camila, no lo hagas

—¿hacer qué?—trague

—hacer que mi corazón siga perteneciéndote—ahora me miraba y el aire parecía no entrar por mis pulmones

—si me dejas, podríamos volver a intentarlo, recuperar todo el tiempo perdido—negó

—no puedo hacerle eso a Lucia y menos al bebé que lleva en su vientre

—¿la quieres?—pregunte curiosa

—tengo que hacerlo—mire al piso porque la había perdido para siempre—ahora ya sabes la verdad Camila, espero me hayas perdonado—se levanto y me ayudó a levantarme—caminemos un poco, ya no quiero seguir hablando—hicimos lo que pidió solo que en total silencio, nos mantuvimos así hasta que llegamos a casa, ella fue hacia la habitación y yo me senté al borde de la piscina. Mis padres habían salido, en buena hora, no quería que nos vieran a ambas así, después de haber llorado.

Estaba con mis pies en el agua, recordando cómo era todo antes, las vacaciones que solíamos pasar en casa de su abuela hasta que ella había enfermado grave mente y el peor día de Lauren había llegado.

—¿cómo está todo en casa pequeña?—le preguntaba si abuela acariciando el cabello negro de mi novia

—nada ha mejorado, ya sabes cómo son—le sonrió y seguimos desayunando—¿tú cómo has estado? ¿Ha venido alguien más a verte este tiempo?—la anciana negó—no saben de todo lo que pierden, pero aquí está tu nieta favorita—ambas rieron—debería venir a vivir contigo aquí, sería feliz y te haría compañía

—¿y tú novia? No creo que la vayas a dejar sola, aparte tus padres no lo permitirían—le tomó la mano a su abuela

—Camila vendría conmigo ¿verdad?—yo asentí, me encantaba ver a Lauren feliz—sabes que el próximo año acabo el colegio y puedo venir a vivir contigo

—así será entonces, cuando te gradúes vendrás aquí a vivir conmigo—una amplia sonrisa apareció en el rostro de Lauren y ella abrazo a su abuela, me encantaba verlas juntas eran increíbles.

—¿cómo lidias con este pequeño demonio?—me dijo ella refiriéndose a Lauren y ella se hizo la dolida pero luego las tres reímos

—cuando está de buen humor es un encanto, cuando no lo está tengo que correr—la abuela río y Lauren me miró sorprendida pero también río

—ninguna de las dos puede quejarse, saben que las amo demasiado—la abuela me miró y ambas nos levantamos a hacerle cosquillas a Lauren, siempre lo hacíamos y ella nos decía que era un complot en su contra.

Aquellos días en donde todo estaba bien y no teníamos que preocuparnos por crecer o por fingir frente a nadie. Extraño la felicidad que tenía junto a ella.

Subí a la habitación porque el cielo ya estaba empezando a nublarse y otra vez estaba Lauren sentada al filo de la cama viendo hacia la ventana. Sin decirle nada la abrace por la espalda, se relajó en mis brazos pero sentí como intentaba calmarse tras seguir llorando. No quiero a verla así.

Rentando a mi ex (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora