Las palabras de Eric resonaron en la cabeza de Clara por varios días. Aquella tarea de contarle todo a su abuelo no era nada sencillo, pues el anciano era muy sobreprotector y le iba a importar un comino si Eric era un rey o no.
-Abuelo, por favor, no interrumpas ninguno de los relatos hasta que terminemos -pidió Clara sabiendo que con aquella promesa Drosselmayer guardaría silencio en honor a su palabra.
Y de esa forma, Elizabeth y Clara le relataron la historia completa. Nunca antes se había sentido tanta preocupación por un posible ataque al corazón como ese día y si bien el hombre no parecía entender lo sucedido, al menos escuchaba tranquilo. En mi opinión como narradora, hubiera sido más sencillo camuflar todo como un interminable sueño, ¿pero qué es un cuento sin contratiempos?
-¿Te encuentras bien?
-No estoy seguro de qué clase de libros han sacado toda esta perorata. Entiendo que ambas quieran conocer el mundo, no obstante, no necesitan inventar una fantasía para hacerlo.
-Si te mostráramos que es verdad, ¿iríamos todos?
Tía y sobrina sabían que él no se rehusaría si tuviera cierta lógica ese asunto, tampoco podría negarse al ver las pruebas con sus propios ojos.
Eric entró al salón oportunamente y tras recibir la señal de Clara, colocó su mano sobre su anillo mientras los otros tres se aferraban a su brazo. La muchacha creyó que caerían en un túnel lleno de vacíos como sucedió aquella extraña noche de Navidad; sin embargo, esta vez el viaje fue más calmado y en menos de un instante ya estaban en el palacio real.
-Bienvenidos sean todos a Parthenia.
Iván nunca había sentido algo igual ante la vista de ese hermoso castillo reluciente y un paraje esplendoroso. De ahora en adelante, prometía prestar más atención a los cuentos de hadas y se daría tiempo para aprender más sobre el mundo exterior.
-Mi amada Clara, debo disculparme por mi comportamiento. No es fácil para un hombre viejo como yo el notar que el mundo cambia ni que es más grande que un pañuelo. Espero también me disculpes, sobrina.
El Capitán Caramelo y el Mayor Menta se unieron a su rey para darle la bienvenida a la princesa y sus acompañantes. Ambos compañeros estaban muy felices de ver a Clara, puesto que el tiempo en Parthenia y el del universo de Clara transcurrían de forma dispareja.
-Su alteza, es un verdadero placer el volver a verle -saludó Menta mientras hacía una reverencia.
-Su visita ha sido esperada con ansias, princesa -añadió Caramelo con sumo respeto.
-Mis queridos amigos, yo también estoy contenta de volver a este querido lugar. Mi estadía en mi mundo era necesaria, pero prometo no ausentarme más.
Eric los guió a sus habitaciones, las cuales eran magníficas y cálidas. El abuelo nunca había estado tan sonriente y aquello aliviaba el corazón de su familia. Este será un hermoso hogar.
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Hola, probablemente se estarán preguntando por qué subo los capítulos más seguidos y es que probablemente el tiempo no me alcanzará más adelante. Además, tengo otros proyectos como podrán apreciar entre mis obras, las cuales también requieren dedicación. Sin embargo, no hay nada más molesto que una historia incompleta y es por eso que trataré de acabarla lo más pronto posible.
No estoy segura de la frecuencia con la que publicaré el material, pero tengan por seguro de que esta historia aun no acaba ;)
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Cascanueces mío
FantasíaDespertar siendo una princesa en un lugar donde solo es una chica normal confundía bastante a Clara. En algún lugar desconocido, el corazón de un cascanueces latía por ella. *Todos los derechos respectivos (solo esta historia es mía). *Continuación...