Missing you

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Me siento fatal, han pasado cinco días desde que Alex se fue, pero para mí parece que fueran años.

No sé cómo me volví tan independientemente de su voz, sonrisa, besos y caricias hasta este punto.

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He intentado distraerme con el trabajo, investigando en internet cosas sobre magia y he encontrado libros muy interesante, también he intentado practicado todo lo que dicen.

Aún así no logro dejar de pensar en el ni por un minuto.

Mis días y mis noches son una tortura perpetua.

*****
Mi alma quiere volar hacia Alex,
mis labios necesitan de sus besos,
mi mente de sus palabras de amor
y mis brazos necesitan rodear su musculoso cuerpo.

Lágrimas de tristeza empañan mis ojos al querer estar junto a él, pero sé que debo ser fuerte, a Alexander no le gustaría verme llorar.

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Mi corazón late lentamente y mi alma se pierde entre las sombras buscándolo y preguntándome.... Cuando regresara?

Ni mis pensamientos de que pronto volveremos a estar juntos apaga ese fuego que me quema por su ausencia y cuento los días que faltan para que vuelva a mi.

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Te pienso día y noche, siento esta inmensa necesidad de que vuelvas y nunca más te separes de mi.

Aveces me pregunto cómo es que en esta distancia puedo amarlo tanto.

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Te amo más que a mi vida y nunca dejaré de amarte. Se que no es un consuelo pero en pocos días volveré a abrazarte.

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Hoy comienza un nuevo día en el que volveré a preguntarme una y mil veces ¿dónde está mi amor eterno?.

Rayos...... odio sentirme tan vacía como me siento en este instante viendo a esa pareja en una mesa no muy lejos de mi demostrándose su amor.

Enserio hay algo mal en mi, enfócate Emily enfócate. Me repito una y otra vez.

Estos días han sido realmente largos u agotadores, me he sumergido en el trabajo para no sentirme tan deprimida por la ausencia de Alex.

Sigo limpiando la mesa tarareando un cansino, estamos a punto de cerrar y solo hay tres mesas ocupada, la pareja deciden marcharse y yo me acerco a recoger los platos.

- Me podrías traer la cuenta.- escuchó al hombre que está sentado a dos mesas de mí. Su voz es dura y me mira con de una manera que me hace estremecer de miedo.

No debe de tener más de treinta años su ojos son oscuros y su rostro inspira miedo.

- claro.- le digo acercándome, le doy la cartilla y él deposita el dinero.

- que tenga buenas noches.- le digo, la amabilidad ante todo.

- el maldito bastardo tiene suerte.- lo escuchó decir.

- disculpe.- le preguntó sin entender a que se refiere.

- Que el maldito bastardo de mi primo Alexander tiene suerte de tener a una compañera tan deseable.- me dice con todo el descaro, sus ojos recorren mi cuerpo de los pies a la cabeza con lujuria y luego morderse los labios.

Me da asco al ver como me mira, ni que fuera yo un trozo de carne.

- Alex es su primo.- eso es lo único que me interesa saber.

- Desgraciadamente si.- lo dice con rencor y desprecio.

Me acuerdo que Alex me contó que no se llevaba bien con sus primos y ahora entiendo porque.

Su primo es realmente desagradable y desprende un aura que no me gusta para nada.

- soy Alexis preciosa, he escuchado mucho de ti que me dio curiosidad de conocerte, es un verdadero placer conocerte al fin.- me dice asentando la palabra placer.

- Lastima yo no he escuchado nada de ti.- le digo con dureza, ósea que se cree el muy idiota.

- ahora si me disculpa señor vamos a cerrar, le agradecería si se marchara.

Al escúchame sus ojos se vuelven más oscuro y aprieta los puños encima de la mesa.

Se levanta con rigidez y camina lentamente hacia la salida.

- Nos veremos pronto Emily.- me dice antes de desaparecer por la puerta.

Mi cuerpo eriza de pies a cabeza por como me miro y la amenaza de sus palabras.

Este tipo me da muy mal espina.

Suelto el aire que estaba conteniendo  y repito profundo.

La sensación de desagrado sigue presente mientras termino de recoger la mesa donde estaba sentado ese tarado.

Mis compañeras y yo acomodamos todo para poder irnos.

La noche está fría y la luna apenas alumbra las calles.

Lara la chica que cubrí hace semanas me se ofrece a llevarme y lo acepto gustosamente.

Ni loca voy a aguantar frío.

No voy a estar sola en la calle menos después de que ese hombre apareció.

Llegamos a mi departamento y nos despedimos.

Entró en el departamento y cierro con seguro. Me quito los tacones de y el uniforme mientras me dirijo al baño.

Lleno la tina con agua calor ente y le hecho aceite de jasmine para que haga espuma.

Pongo una música suave en mi celular y me quitó mi ropa interior para sumergirme en la tina.

El agua tibia calienta mi piel y me relaja.

Con la esponja empiezo a limpiar mis piernas y muslos, la música sigue sonando envolviendo mis sentidos.

Cierro mis ojos cuando la esponja se posa en mi sexo, el simple roce hace que mis terminaciones nerviosas cobran vida.

Sigue el recorrido hasta mis caderas con mi respiración irregular.

Al llegar a mis pechos estos se encuentran duros y erguidos.

Mis caderas empiezan a moverse en círculo tratando de conseguir un alivio.
Aprieto mis muslos fuertemente con deseos.

-Alex.- susurró su nombre con desesperación.

No me había dado cuenta de que una de mis manos estaba acariciando mis senos, erosión se siente malditamente bien.

Mi otra mano se desliza por mis caderas hasta llegar a mi punto débil. Con los dedos rozó mi bello pubico. Me imagino que es Alex el que me toca como me gusta que lo haga.

Mi sexo palpita desesperado al sentir la humedad del agua contra mis labios vajinales.

Mis dedos se abren camino en mi pliegue y introduzco dos dedos en mi entrada. Empiezo a entrarlos y sacarlos con lentitud disfrutando de cada embestida.

Gimo de placer al rozar mi clítoris, mi respiración está agitada y mi pulso acelerado.

El agua agua golpea en mis caderas, aumentó el ritmo de mis dedos y prometo mis pezones.

Siento como el orgasmo se empieza a formar en mi interior y me deleito de lo delicioso de la sensación.

Mis piernas tiemblan y mi vientre  se contrae.

Pellizco mi clítoris y estalló en mil pedazos gritando el nombre de Alexander una y otra vez.

Abro los ojos y trató de normalizar mi pulso acelerado. 

-Santas vacas.......

Termino de bañarme rápidamente y salgo  del baño.

Me pongo unas bragas negras con una franela blanca para dormir, me tumbo en la cama y con los recuerdos de Alex en mi mente y quedó profundamente dormida.

Sweet dark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora