the beginning

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-Emily atiende la mesa 5 por favor. - me pide una de las camareras que trabajan conmigo. Hoy pareciera que el restaurante iba a reventar de tantas personas.

Le hago un gesto con la cabeza de que me ocuparé de la mesa enseguida. Arreglo mi uniforme que consta de una falda negra que me llega más arriba de los muslos, una camisa y chaqueta de tonalidad azul oscuro, corbata negra y zapatos altos. Fifty es uno de los restaurantes más exclusivos de Londres y si no hubiese sido por una de las hermanas del internado que me recomendó con el señor Ellison su conocido no tendría ni donde caerme muerta ya que nadie contrata a una chica de 18 años y sin experiencia laboral.

Salgo de mis pensamientos y me dirijo a la mesa 5, donde puedo ver a tres hombres y una chica rubia reunidos, todos vestidos elegantes. 

A medida que me acerco siento una extraña sensación en todo mi cuerpo, un delicioso olor invade mis fosas nasales y de repente escucho esa voz tan familiar en mi cabeza. -MÍO. -gruñó sin darme cuenta.

Siento como mi piel se eriza y mi respiración se acelera con cada paso que doy, crecen unas ganas irreconocibles en mi interior de tirármele encima a uno de ellos. -Dios que pasa conmigo, acaso estoy loca y por eso escucho esa voz y el deseo desenfrenado de abalanzarme a un desconocido. Tomó una respiración profunda e intentó apaciguar mi respiración que se había vuelto irregular y para cuando llegue a su mesa trate de disimular mi nerviosismo.

-Hola mi nombre es Emily y seré su cámara, están listos para ordenar o les doy unos minutos más. - pregunto con amabilidad.

Todos voltean a verme y mis ojos se encuentran con el hombre más deseable que he visto en mi vida. Su piel es blanca, tiene unos rasgos fuertes y su pelo es oscuro como la noche con ligeros mechones castaño. Dios, sus facciones varoniles me tienen hipnotizada.

Siento como sus ojos color gris intensos se vuelven más oscuro y me atraviesan con solo una mirada, haciendo que un calor se instale en todo mi cuerpo. La voz en mi cabeza se intensifica diciendo me que es nuestro y que nos pertenece. Recorro su rostro sin perder el contacto visual hasta que mi mirada queda fija en sus carnosos y jugosos labios.

No me había dado cuenta de que él se había  levantado y yo no sé cómo rayos llegue a estar delante de él. Mi corazón empezó a palpitar desesperado y deseaba un alivio. No aparte la mirada ni un segundo de él, en este momento solo estamos él y yo, lo demás no existía.

-MÍO. -De mis labios sale esas palabras en un gruñido tan posesiva que no me reconozco al escucharlas. -tomémoslo es nuestro, nos pertenece, él es solo para nosotras y ninguna ZORRAS nos lo quitara-. Escucho de nuevo la voz en mi interior. Desvió la mirada de el por unos segundos y me encuentro con la rubia mirándome con odio. Y no sé de dónde demonios algo más fuerte que yo sé apodera de todo mi ser. Le devuelvo la mirada con una amenaza que cumpliría si no me obedece. - Si te acercas a él te matare con mis propias manos zorra-. Mi vos salió firme y amenazante. Mi vista se dirijo otra vez a este maravilloso espécimen de hombre que me miraba con deseo y algo sorprendido.

Sin pensarlo más mis manos se dirigieron al cuello de su chaqueta, atrayéndolo a mi cuerpo que esperaba ansioso por sentir su calor. Sentí como sus manos se entrelazaban en mis caderas atrayéndome más a su cuerpo.

El calor invadió todos mis sentidos cuando sentí su aliento cerca mis labios, pase mis manos por su cuello acariciando su suave cabello, de sus labios escapó un gemido que me hizo concentrarme en ellos nuevamente. Ese sonido tan excitante me llevó a posar mis labios sobre los suyos. En el momento que mis labios hicieron contacto con los suyos sentí como mi corazón quería salirse de mi pecho. Sus labios son suaves y aterciopelados. Su lengua recorría cada rincón de su mi boca en busca de saciar esta necesidad que tenemos.

Intensificamos el beso cuando un gemido de placer salió de mis labios, su lengua acariciaba la mía con adoración y deseo desbordado, mientras que yo disfrutaba de su calor, con mis manos aún en su cuello lo atraje más a mi si eso era posible. Sus labios se movían sin piedad recorriendo toda mi boca. Su sabor es tan exquisito tan deseable que no quiero separarme de él. Su lengua acaricia mi labio inferior y luego lo muerde haciendo que una corriente de placer se apodere de mí. Yo no me quedo atrás y también lo muerdo suavemente para luego pasar mi lengua sobre sus labios. Una de sus manos recorre mis caderas mientras la otra tira suavemente de mi cabello. Siento como su erosión va creciendo en mi pelvis y me restriego contra el tratando de encontrar más placer. Siento mi parte intima húmeda y palpitante, quiero más mucho más.

Mis pulmones van a explotar por falta de aire y él parece notarlo porque va bajando la intensidad de beso y lo agradezco porque necesito respirar urgentemente y yo no tendría las fuerzas necesarias para apartarme de él y el placer que me está haciendo sentir. Antes de romper el beso por completo muerde mi labio inferior con ternura y acaricia mis mejillas con el dorso sus manos.

Aún pegada a su cuerpo trato de calmar mi respiración agitada y lo miro con adoración. -por fin te encontré. -dice con un brillo en los ojos que no logró definir. Al escuchar estas palabras vuelvo a la tierra, pero que rayos había  hecho, acaso estaba loca.

Como demonios había besado a un desconocido delante de todo el mundo y había dicho tal amenaza a esa chica que podría ser su novia y yo vengo como una loca y se lo come a besos. Seguro que después de este espectáculo me pondrán de patitas a la calle, rayos y ahora que se supone que tengo que hacer. Madre santa De Dios.

Me apartó rápidamente de él, sintiendo como todo el mundo tiene puestos los ojos en nosotros. Siento como mis mejillas van tornándose calientes a causa de las miradas curiosas en el restaurante, Rayos que vergüenza más grande.

Dirijo una mirada rápida hacia la manager del lugar, vale que es una señora muy amable y dulce contigo, pero creo que esto escapa de los límites. Definitivamente estoy segura de que me quedaré sin trabajo y todo ha sido por una locura de la que lamentablemente no me arrepiento. Por Dios santo ese había  sido el mejor primer beso de la vida y lo besaría de nuevo si pudiera.

Mi mirada se devuelve a él y la vergüenza y los nervios se vuelven a apoderar de mí. Sus ojos tenían una chispa única que me enloquecieron en el mismo instante en que mis ojos se posaron en los suyos, su cabello estaba alborotado a causa de mis caricias y sus labios estaban rojos he hinchados pon nuestro intenso beso.

-Yo...o..yo...lo..siento..mucho..s..señor yo..no..no sé qué me pasó.-consigo que las palabras salgan de mi atropelladamente. Mis lágrimas no tardan en aparecer y rodar desbordada por mis mejillas.

Ahora tendré que buscar otro empleo, aunque la paga no será nunca tan buena como este trabajo. Sin pensarlo dos veces me doy la vuelta y salgo corriendo a las calles fría de Londres tratando de olvidar todo esto.

Que humillación tan grande.

La noche está fría y la brisa hace que mi cuerpo tiemble porque ni siquiera recogí mis cosas para salir. Voy corriendo y tropezando con la mayoría de las personas que caminar por las calles, pero no me importa, lo único que quiero es llegar a mi departamento y calmarme para poder analizar todo  lo que a pasado.

Sweet dark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora