surprise

1K 46 11
                                    

Me apresuro a entrar en Fifty's, afortunadamente solo llegue diez minutos tarde, dejo mis cosas en mi locked y empiezo mi jornada laboral.

Todo el tiempo tengo presente a Alex en mis pensamientos, sonrisas tontas se me escapan y la gente me mira extraño pero no me importa.

Las horas pasan tan rápido que ni siquiera había notado que es mi hora de descanso, terminó de atender mi última mesa y me dirijo a la Cocina. Al entrar todos están concentrado en su trabajo, veo a lo lejos a el señor Marcos el chef del restaurante haciéndome seña para que me acerque y así lo hago. Marco es un señor de cincuenta años latino que desde que llegué aquí me tomó aprecio al igual que yo a él.

-ya pensaba que no ibas a venir a comer algo niña.- me regaña con su marcado acento, le hago pucheros y le dedicó una sonrisa inocente para que se le pase el mal humor eso siempre funciona con él.

- perdón no me había dado cuenta de la hora.- marco se voltea y empieza a poner comida en un plato para luego ofrecérmelo.

- aquí tienes, uno de tus platos favoritos.- me dice entregándomelo.

- gracias.-

- de nada niña, ahora ve a come que estás muy flaca.- me dice dándome suaves empujones. Dice que en su país las mujeres tienen más curvas por no dejarse llevar por una supuesta dieta.

Me dirijo al final del pasillo donde está una pequeña mesa para que los empleados puedan comer y descansar. Me siento y empiezo a comer mi rica paella de mariscos junto con una refrescante soda, luego de comer me reintegro al trabajo y así pasó el resto del día hasta que llega mi hora de salida.

Reviso mis aspecto en el espejo y arreglo un par de mechones que se an salido de mi colega, revisó mi celular y me encuentro con un mensaje de Alex informandome que me está esperando a fuera. Tomó mis pertenencias con rapidez y me dirijo a la salida con el corazón palpitando me desenfrenado.

Alexander se encuentra recostado en el carro con los tobillos cruzados y las manos en los bolsillos del pantalón, su cabello despeinado le hace ver aún más atractivo y sexy, cuando me ve acercarme una sonrisa encantadora se posa en sus labios.

- hola pequeña.- me dice tomándome de la cintura y pegándome a su cuerpo. Corrientes eléctricas recorren todo mi cuerpo al sentir su tacto doble mi cuerpo.

- ho..l..- trató de saludarlo pero sus labios ya habían tomado posesión de mi boca besándome con necesidad y anhelo, colocó mis manos en su cuello y le respondo con el mismo fervor.

- te extrañe como un loco.- me dice cuando separamos nuestros labios.

- y yo a ti.- le digo bajito aún envuelta en la neblina que me dejaron sus labios.

- me e dado cuenta.- me dice con picardía, me le quedo mirando sin entender y él hace un gesto para que mire hacia abajo. Cuando bajó la mirada puedo ver que mis caderas están buscando en contacto de su erección descaradamente y se podía ver el endurecimiento de mis senos por encima de la camisa.

Madre santa ni siquiera me había dado cuenta, esto no podría ver más vergonzoso.

-ohhh.- es lo único que logró decir.

-ehh no pasa nada amor, me gusta que tu cuerpo reaccione de esa manera cuando me tienes cerca.-

- no es solo cuando te tengo cerca si no todo el tiempo- pienso en mi cabeza pero al escuchar la masculina carcajadas de Alex me doy cuenta que lo e dicho en voz alta.

Sweet dark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora