Is this the end of everything?

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Dejo mis cosas en mi casillero y empiezo a atender a los clientes que van llegando. Emma no se encuentra hoy así que no podré escaparme un rato para hablar con ella.

A medida que pasa el tiempo la aflicción en mi pecho se hace más intensa, casi impidiéndome respirar. Al llegar la hora de mi descanso me dirijo a La Cocina, saludo a Marcos que como siempre tiene mi almuerzo listo. me siento en un rincón apartado y busco mi celular para ver si tengo algún mensaje de Alex, pero mi bandeja de mensaje está vacía. suspiro resignada, de seguro estará muy ocupado en sus negocios.

Empiezo a comer tranquilamente y trato de calmar mis nervios.

Hoy las horas han pasado más lentas de lo normal, he estado tan distraída que hasta mis compañeros lo notaron < quien no lo notaría si e dejado caer como tres platós hoy> lo malo de esto es que me lo descontarán de mi pago.

A la hora de la salida recojo mis cosas, tome mi celular y justamente entra una llamada de Alexander.

<Ya debe de estar esperándome afuera >

El corazón se me acelera y contesto la llamada lo más rápido posible.

- hola amor.- contestó.

- hola pequeña, ¿cómo fue el días? ¿Ya te sientes mejor?.- amo escuchar su voz grave a través del celular.

- todo bien no te preocupes, y si ya me siento bastante bien. ¿Que tal el tuyo?-

-justo por eso te llamo a surgido una complicación y tengo que quedarme hasta tarde, no podré pasar por ti hoy mi cielo.-

- oh, no te preocupes aprovechare para hacer algunas compras.- me desilusiona un poco no verlo, pero trabajo es trabajo y no puedo ser tan egoísta de quererlo junto a mi todo el tiempo.-

- ¿estarás bien?.-

- claro que si, no te preocupes Alex.- trató de sonar convincente.

- está bien, nos besamos en la noche pequeña.

- hasta la noche.- le digo con un nudo en la garganta.

Nos quedamos en silencio unos minutos y cuando siento que va a colgar lo detengo abruptamente.

- Alex.-

- ¿si?-

- te amo.- le susurró apretando el celular contra mi mejilla.

- yo más pequeña mía.- lo escuchó decir antes de que cortar la llamada porque si me quedaba escuchándolo rompería a llorar.

Creo que mis hormonas me están jugando sucio estos días.

Me despido del señor Marcos y salgo rumbo a la farmacia.

Camino a la parada de bus y subo en el, Me siento en el primer asiento vacío que veo y recuesto mi cabeza en la ventana. En todo el trayecto al la farmacia mi mente estaba ocupada pensando en la maravillosa noche que había pasado con Alex.

Una sonrisa fugaz se instala en mis labios al rememorar sus caricias, sus besos, sus dedos recorrer mi piel mientras yo jadeaba deseosa por su contacto.

Sweet dark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora