D O S

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Malditas zorras.

No puedo creer que las chicas sean tan fáciles, se le pegan a Stephen como moscas.

Claro, él y yo follamos de vez en cuándo...

Lo que me hace igual o peor persona que ellas.

Pero me da igual, sé que no soy una más para él. El sexo no es solo sexo con él.

Comenzó dos meses después de que me hayan dado la beca para este colegio , era una presa fácil. Ya saben la chica nueva, pero la verdad no me importaba ya estaba acostumbrada. En mis dieciséis años de vida he pasado por un sinfín de ellos.

Y, sí, en todos me había topado con un Stephen Bocelli.

Sin embargo, nunca me di el tiempo de conocerlos.Los detestaba típicos hijitos de papi.

Pasé desapercibida durante todo ese tiempo.

Primera fiesta de fin de exámenes, Maddie terminó arrojándome una extraña bebida roja que estaba segura contenía alcohol después de que Stephen, su novio, no dejaba de verme el trasero.

Shorts cortos nunca fallan.

Claramente no estaba al tanto de su "relación", si se puede llamar a algo tan tóxico así.

No crean que soy una chica que se deja impresionar por el primer chico candente que ve, pero yo nunca había tomado y después de que me ofrecieron el primer shot de vodka no pude parar.

Todo me daba vueltas, y no dejaba de reírme como idiota.

Estábamos subiendo al segundo piso, ya estaba dejando de escuchar la música y la cabeza empezó a darme vueltas.

-Maldita sea -exclamé.

-¿Estás bien, linda?-no pude reconocer esa voz, pero me agradaba.

Empezó a besarme, yo solo lo seguí.

Cómo es que este chico puede besar tan bien.

Acariciaba sus rulos, mientras él dejaba pequeños besos rápidos en mi cuello.

Sus manos empezaron a bajar lentamente por mi espalda, para terminar en mis glúteos. Solté un gemido.

No dejaba de besar sus labios. Metí una de mis manos en su jean,  pude sentir su erección.

-Espera, no soy de los que llaman al día siguiente-dijo sin más separándose de mí. En serio quería estar dentro de él.

-Veremos-dije y apunté velozmente mi número en su iPhone negro.

-La pasé bien-dijo acomodándose el pantalón-Nunca te había visto.

Que humillante fue eso, ya un mes en su misma clase y nada.

-Yo tampoco-mentí, como no saber quién era él.

-Uhm.

Me fui del pasadizo, y bajé al segundo piso. Olía a alcohol y no podía llamar a mi madre para que me recoja.

Coño.

Vivía a unos cuantas cuadras,  pero no me sentía segura al ir caminando sola a las dos de la mañana con unos shorts cortos blancos, ahora rojos.

Me quede sentada en las gradas de afuera de la casa, esperando a que una alma buena y bondadosa se ofrezca a llevarme a mi casa.

-Me das una mano, por favor?-No sabía si la chica castaña se estaba dirigiendo a mí pero era la única persona allí,  y se veía que necesitaba ayuda.Ella estaba llevando a otra chica más bajita hacia su carro.

-Claro- dije e intenté ayudar, en lo que pude.

-Es mi hermana,  y mi madre va a matarme,  se ha pasado de copas.

-Menuda fiesta, mi madre también va a matarme si no llego a casa en diez minutos.

-¿Quieres que te lleve? No hay lio, vivo a dos cuadras.

-Estaría genial.

«««««««««««CONNNNOR»»»»»»»»»»»»

Un beso y es todo-HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora