Ya pasaron varios días, y Joe ya está mucho mejor, se recuperó casi totalmente en poco tiempo. Durante los días que estuvo herido prácticamente no se movía, pues había buscado comida para una semana en el restaurante.
Ahora, era el momento de continuar. Enfiló la ruta que lo llevó a esa ciudad, y siguió caminando, en busca de otra.
-Ya es mediodía y no comí nada.- Pensó.
Entonces, sacó un poco de pan y con un poco de lechuga, jamón y queso se hizo un buen sandwich. Mientras comía, notó la mirada triste de Tormento; él tampoco había comido nada en todo el día. Se terminó su almuerzo y miró alrededor. Encima de un cable de corriente había posada una gran paloma. Cargó su M14, y le disparó a la cabeza sin apuntar demasiado, pues estaba muy cerca.
-Tu almuerzo, Tormento.- Le dijo al perro mientras le hacía una seña como dándole permiso para comer.
En ese momento, Tormento se abalanzó hacia la paloma, que devoró en cuestión de un par de minutos. Luego de que ambos tomaran agua (Tenía de sobra en una botella de 3 litros) siguieron caminando. Luego de una curva que rodeaba una colina, Joe divisó una pequeña caseta, como de vigilancia.
-Debemos estar cerca de otra ciudad.- Pensó Joe.
Al llegar a la caseta, no vio mas que una silla, un cuaderno, una lapicera y una bolsa de dormir en el suelo. De esas cosas, Joe sólo llevó la bolsa de dormir. Al salir de la caseta se percata de que está cerca de otro pueblo, no son más de veinte kilómetros.
Caminó hasta que empezó a oscurecer, que fue cuando comenzó a buscar comida. Mala suerte; ningún animal ni árbol con fruta en kilómetros, y la comida de su mochila se había acabado. Esa noche no comerían.
Escuchaba "What a wonderful world" mientras armaba la bolsa de dormir.
-Buenas noches, Tormento.- Y Joe se durmió.
Al despertar, armó su bolsa de dormir, y siguió la caminata hacia la cuidad, no quedarían mas de diez kilómetros. Como esa mañana habían despertado más tarde, pues al dormir puso la mochila de tal manera que luego le hizo sombra, llegó a la cuidad después del mediodía.
Cuando llegaron, lo primero que Joe vió fue un pequeño puesto de comida callejera.
-Hoy es un buen día ¡Hay mucha comida, Tormento!- Dijo Joe con cierta emoción. Al acercarse más, notó que era un puesto de Ramen. Qué suerte, le gustaba mucho el Ramen. Gracias al frío, el estado de la comida no era un problema. Comieron a placer, y siguieron su recorrido por la cuidad. Al pasar cerca de una casa escuchan ruidos, a lo que ambos se alertan.
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La Ultima Guerra
General FictionLa Ultima Guerra acabó con prácticamente toda la humanidad. La Tierra se convirtió en una jungla. No hay diferencias entre países o ciudades, y en todo el mundo no deben haber más de diez mil personas vivas. Con este panorama, un ex-soldado lucha po...