Capítulo 6: Una dolorosa pérdida.

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Joe se acerca silenciosamente a una tienda de productos varios, cuando de repente escucha a dos hombres hablando. En ese momento, Joe busca un lugar para poder ver dentro de la tienda desde lejos, sin que los hombres puedan verlo.

Entra a un edificio enfrente del mercado donde está muy bien escondido. Apunta con su rifle. Hay dos hombres con el uniforme enemigo, de los cuales uno cae muerto al instante de un tiro a la cabeza. Entonces, el hombre que quedaba vivo se cubre detrás de un mostrador. Desde donde está Joe, no puede ver que el hombre salió por una puerta de atrás, por lo que sigue buscándolo en el local.

Cuando baja el arma para cambiar de posición, escucha dos disparos, y el aullido de Tormento. El lo había matado. Al percatarse, Joe es consumido por la furia; guarda el fusil, saca su cuchillo y va a buscar al hombre.

Cuando lo encuentra apostado detrás de un auto, el hombre le apunta con su pistola.

-¡No te acerques!- Grita.

-No tienes los huevos para matarme.- Dice Joe mientras que de una patada le saca el arma de las manos.

-Ahora vas a sufrir mucho por haber matado a Tormento.- Dice Joe.

Horas pasaban y sólo se escuchaban alaridos de dolor y súplicas. Ema estaba preocupada.

-¿Joe estará bien?- Pensaba.

Estaba empezando a anochecer cuando vuelve Joe con comida, y la ropa empapada de sangre a la casa donde estaba Ema.

-¿¡Qué te pasó, Joe!?- Preguntó Ema horrorizada.

-A mí nada, pero un hijo de perra mató a Tormento, mi perro. Le hice pagar muy caro por eso. Sigue vivo, pero no por mucho tiempo.- Responde Joe.

-Te traje comida de todo tipo.- Dice él. -Espero que te guste.-

-Gracias, Joe.- Responde Ema.

A Ema la inquietaba cómo hablaba Joe. Había pasado horas torturando a una persona y no parecía sentir remordimiento alguno. Era como si nada hubiera pasado para él.

Pasaron horas conversando y conociéndose, y en un momento Ema le pregunta a Joe:

-¿Cómo es que torturaste a un hombre así y ahora hablas de lo más tranquilo?

-Voy contarte algo, Ema. Yo nunca siento remordimiento por las personas que me lastiman intencionalmente, nunca lo he sentido. Siempre he sido una persona muy seria de carácter, fría y un poco distante. Pero también fui siempre muy sensible. Soy muy abierto a hablar con las personas de confianza en mi vida; intento escucharlas y ayudarlas, porque esas personas son las que de verdad valen la pena. Aunque siempre haya sido distante, la guerra me cambió. Mataba personas todos los días, y eso se llevó una parte de mí, pero intento ser como antes, aunque a veces me cueste.-

-Joe.- Dice Ema.

-¿Si?- Responde Joe y levanta la cabeza para mirarla.

En ese momento Ema abraza fuertemente a Joe, como si fuera el último abrazo que diera Ema en su vida. Joe necesitaba que alguien lo abrazara, y Ema se percató de ello. A partir de ahí, Joe y Ema estaban mucho más apegados el uno al otro.

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