Perrie examinó otro anillo más de la pequeña caja que había traído a casa para elegir. Eran de su nueva colección y la única que no tenía diamantes incluidos; sino otras piedras.
Estaba emocionada, eso no cabía duda.-¡Cariño! ¡Ya llegué! ¿Dónde estás?-
-En mi estudio.- alzó la voz su marido lo suficiente como para que ella escuche en la planta baja.
La mujer se dirigió rápidamente escaleras arriba sin hacerse problema alguno con el ruido que sus tacones hacían al ejercer fuerza sobre el macizo piso.
En seguida estaba en la habitación donde Zayn trabajaba sobre un amplio escritorio repleto de carpetas y papeles.Su marido se inclinó para besarla antes de mirar lo que tenía frente a ella. Una simple y firme superposición de labios.
-¿Qué es eso?- indagó al ver la importante caja delgada que llevaba entre las manos y había apoyado sobre la mesa, estaba repleta de anillos de un valor indudable.
-Vea dijo que le gustaba mi nueva colección. Su cumpleaños se acerca, ¿cuál crees que le guste?-
-Creo que ese es más un campo femenino.- comentó.
-Vos la conoces mejor que yo. En muchas maneras.- comentó, sin poder evitar la amargura en su tono.
Cosa que su marido ignoró.
-Este le gustará.- murmuró tomando uno del extremo izquierdo. -Siempre le gustaron las perlas.- indicó sosteniendo un anillo de oro blanco con una perla de gran tamaño que la hacía sobresalir. La banda estaba fabricada para que pareciera que ésta rodeaba el dedo. Un diseño que Perrie había hecho con sumo interés. Aunque no era mucho de perlas, le había gustado la idea de trabajar con estas.
Zayn reprimió una sonrisa de orgullo al pensar en todo lo que había logrado su mujer. No podía no sentirse más pleno al pensar que lo había hecho estando a su lado.
Pero el esbozo sobre su boca desapareció de inmediato antes de hacerse si quiera presente, al recordar el trío. Sí, esa era una gran cosa más que su esposa había logrado exitosamente.
Odiaba recordarla gimiendo y recibiendo placer de otro hombre. Ella llamándola mientras otro la hacía suya, mientras dejaba que la reclamaran como nueva conquista cuando ella en verdad era su esposa, la mujer que amaba locamente.
Nadie podía culparlo por el hecho de que simplemente no podía mostrarse emocionado ante la idea de volver a compartirla con otro hombre.-¿Y si intentamos hacerlo con Vea?-
Las palabras salieron de su boca antes de poder pensarlas demasiado.
-¿Qué?-
Su esposa tenía los ojos abiertos de par en par y una expresión de incredulidad se abría paso en su rostro.
-Me has oído.-
Al diablo si estaba mal pedirle eso. Estaba harto de verla con otro hombre, estaba en lo justo al pedirle ahora experimentar algo con una mujer.
-¿Crees que ella no estará dispuesta?-
Zayn sabía que Vea estaría dispuesta a toda clase de cosas locas en su cumpleaños.
-Sé que lo estará. No le importa probar otros sabores, y no sería su primera vez.-
Él había escuchado los rumores y la misma Vea le había contado de su experiencia cuando estaban juntos; cosa que a Zayn nunca le importó. Sabía que era una chica liberal, y que adoraba dejar las cosas más alocadas ser.
-¿Ya has estado en tríos con ella?-
-Sabes que no.-
-Bien.-
-¿Bien?-
-Sí, hay que hacerlo.-
• • •
La pareja llamó la atención al entrar al club nocturno donde se celebraba la fiesta.
Él de traje, implacable. La rubia vestía un ajustado vestido dorado con encaje y escote en los costados que dejaba ver que no estaba usando bragas; lucía como siempre, caliente.
Una tatuada mano estaba firme en su cintura mientras se encaminaba hacia la cumpleañera.-Vea.- Zayn alzó la voz para que la nombrada volteara.
La morena se encontraba entre algunos amigos, sonriente con una botella de vodka firme en una mano. El vestido que llevaba se abrazaba a su esbelta figura y definitivamente podía quitarle el aliento a cualquiera que apreciara el cuerpo femenino. Aberturas múltiples en la tela plata que brillaba reluciente.
-¿Ya con una botella en la mano?- rió igual que lo hizo ella cuando estaba ya abrazándolo con ganas sin soltar la botella.
Vea sólo hizo un gesto desmerecedor mientras saludaba a su mujer.
-No quiero pedir cada maldito trago. Esto era más fácil.-
-Necesito hablar contigo.- expresó inexpresivo y la mujer asintió algo curiosa. Zayn se volteó hacia Perrie -Cariño, Waliyha está en las mesas; ¿podes ir con ella un momento? Ahora te alcanzo.- indicó y la rubia sonrió un poco antes de ir con su cuñada.
El hombre no tardó en guiar a Vea un poco más lejos, consiguiendo cierta intimidad que alegró aún más a la cumpleañera.
-Mi querido Zayn.- murmuró un poco achispada -¿Qué querés de mí?-
-Tengo un regalo extra además del que te enviamos en la mañana.- sonrió y ella lo imitó antes de elevar su mano derecha, donde descansaba el anillo, muestra de que en verdad me había agradado la elección.
-¿Qué clase de regalo?- mordió su labio inferior, comenzando a sentir atisbos de excitación creciendo en su interior antes las ideas que cruzaban ya su cabeza.
-He escuchado que tal vez te gustaría lo que voy a proponerte.-
Ella sonrió como el gato de Cheshire.
Sí, sabía a lo que se refería. Maldición, quería tenerlo ya.-Vengan a mi hotel y que los hagan pasar a mi suite. Va a ser divertido. Mucho.-
-¿En serio? ¿Así nada más? ¿Vas a ceder?- no esperaba que ella fuera tan rápida para responder.
Vea sonrió antes de acercarse a él, alcanzando una cercanía que le hacía calentar la piel, y algunos otros lugares más.
-Siempre quise saber por qué fue ella y no yo. ¿Por qué no aprovechar la oportunidad de averiguarlo?-
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Prepárense para lo que viene...
Realmente esperamos que les esté gustando esta fic. Sabemos que es distinta al resto, por eso nos interesa tanto su opinión respecto a la historia y lo que ponemos en ella.
Pocos son los que votan o comentan pero los valoramos montones, así que les agradecemos y esperamos que no dejen de hacerlo! Nos gusta saber qué piensan 😁
-AV
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Enough Room For Three? |ZERRIE|
FanfictionUn matrimonio ideal donde la pasión sobra. Él estaba completa y profundamente enamorado de ella, dispuesto a todo con tal de verla sonreír y jamás perderla. Ella era su todo, pero ¿era él el todo de ella? Las fantasías son tales hasta que se las cu...