CAPITULO 8

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Jared sentía que sus días estaban cada vez más pesados, el trabajo se le acumulaba y era consiente que si no hacia un arreglo en su agenda llegaría a colapsar pronto. Primeramente le parecía que Freddy no le tomaba la suficiente atención y que le daba igual si llegaba o no  a casa, eso era algo que quería cambiar lo más pronto posible y sabía que descuidar a su pareja le podría valer el apoyo incondicional que siempre le ha mostrado, ahora en cambio parecía otro. Estaba perturbado a decir verdad, se sentía solo y el solo saber que ese pensamiento se le cruzaba por la cabeza lo ponía  alerta.

Siempre se manejó a la perfección, ser calculador era el tipo de cosa que te llevaba a pensar y a razonar que decisiones tomar para llevarte al éxito, él era exitoso y sabia como moverse en  el suelo que  pisaba aunque era fácil cometer un error, el sin embargo no los cometía.

Se recostó en su asiento con el escritorio lleno de papeles, como banquero podía manejar muchas empresas con cuentas en su banco, eso le recordó a Adam y pensó- ¿a qué padre se le ocurre vender a su hijo por un préstamo de millones? Lo cierto era que entendía el empeño de un hombre ambicioso cuando quiere expandir su empresa y ganar más ganancias. El viejo avaro había utilizado buenas armas al saber que él era gay así que no ofreció a su hija, sino a un hermoso chico como pocos y muy inteligente alegando que este también lo era y prefería verlo con alguien que valiera la pena (por su dinero obviamente) a verlo con un  vagabundo bueno para nada.

Jared rió en si asiento mirando desde su oficina la exuberante vista de los edificios que lo rodeaban recordando aquel día, lo cierto era que se iba a retractar del trato con aquel hombre pero cuando vio ese hermoso rostro de ojos azules se había quedado intrigado ya que no se veía chicos así todos los días.

Alargando el brazo hacia su escritorio alcanzó su celular alado del mouse óptico de su ordenador. En segundos  estaba marcando el número de su desaparecido amante el cual lo había estado evitando esa última semana.

-          “¿Qué quieres?”.- respondió altaneramente su amante.

-          Creo que debo enseñarte algunos modales.- lo provocó Jared.

-          “Voy a colgar…”

-          Espera príncipe.

-          “Apúrate que no estoy de humor”

-          Quiero saber dónde estás, no te he visto en tres noches.

-          “como dije antes, no estoy de humor.”

-          No me hagas ir a buscarte, puede ser peor- Jared ya estaba poniéndose agrio con esa situación, su gallito de pelea no daba tregua.

-          “lo siento pero no estoy en la ciudad, en este momento estoy al otro lado del país recién saliendo del aeropuerto.”- dijo Adam como si la cosa no tuviera importancia pero para Jared esto era más que provocarlo, esto era desafiarlo a toda regla.

-          Espero vuelvas pronto, disfruta tu viaje ya que no creo que vuelvas a tomar uno en mucho tiempo.

-          “descuida, disfrutaré mucho y de tu amenaza diría que ya veremos”

La comunicación terminó dejando a un cabreado Jared con ganas de pisotear a todo el que se le cruce  desquitándose con el cenicero que tenía a la mano tirándolo contra la pared. Cogiendo el teléfono marcó el número de línea directa que lo comunicaba con su secretaria pidiendo no ser molestado, whisky en mano se levantó enfundándose en su chaqueta salió en dirección a la cafetería en la que trabajaba Freddy, él era el único que podía relajarlo y lo  tenía más presente que nada en su cabeza.

LA OPORTUNIDAD DE AMARTE - [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora