De cabeza

Crecer

Me gustaba esconder mis brazos dentro del suéter y decirle a la gente que los había perdido.
Reiniciaba los juegos cuando sabía que iba a perder.
Me dormía con todos mis muñecos de peluche para que ninguno de sintiera solo.
Robaba miel de la despensa con una cuchara y la comía como si fuera una paleta.
Tuve una pluma de seis colores y traté de empujar todos al mismo tiempo.
Mientras dormía gritaba: "Tape, tape, tape, tape" y "sekuna, sekuna, sekuna" para quitarme las mantas de encima.
Contaba mis dedos para ver si no se me había caído ninguno después de jugar.
Apoyaba la cabeza en la ventana abierta del auto e imaginaba que volaba con el viento.
Me hacía bolita junto a mis peluches y escuchaba la lluvia hasta dormirme.
Vertía mi refresco en la tapa para saber cómo se sentía beber en un mini vasito.
En lugar de jugar al dominó los apilaba para hacer un muro.
Llamaba a mi juego favorito "Los gusanitos que se matan".
Cuando se me caía un diente lo limpiaba con el cepillo de dientes para que el hada de los dientes me diera una moneda.
Me escondía para asustar a alguien, pero terminaba por irme porque tardaban demasiado y me daban ganas de ir al baño.
Siempre cuidaba bien de mis peluches para que durante la noche me defendieran de los monstruos de mi armario.
Solía pensar que la luna me seguía para cuidarme.
Miraba las nubes los días nublados y pensaba que estaban tristes.
Mordía el cepillo de dientes para sentir el sabor de la pasta dental.
Dudaba en dibujar el sol a la izquierda o a la derecha del papel.
Me gusta observar dos gotas de lluvia avanzar hacia abajo en un vidrio y pensar que compiten en una carrera.
Daba vueltas tan rápido como podía para que mis brazos volaran y después lanzarme al suelo gritando que había un terremoto.
Si comía semillas de frutas tenía miedo de que un árbol fuera a crecer en mi estómago.

Recuerdo esos momentos en los que deseaba ser adulta.

Heh...

¿En qué estaba pensando?