De cabeza

Escalofrío

¿Nunca has sentido frío alguna vez?

Ya sabes, ese frío que te hacía sentir con un nudo en la boca, ganas de llorar y la sensación de estar totalmente solo y desamparado en el planeta.

No hay nadie para ti, estás solo.

Necesitas un abrazo para darte calor, pero no hay nadie.

Te es imposible tolerar el dolor que te causa el vacío que tienes por dentro.

Por tu mente cruza la frase "Odio todo esto" refiriéndote a ti mismo.

Algo se está quebrando, estás a punto de llorar.

¿Dónde está ese alguien cuando lo necesitas? En ninguna parte, porque estás solo ahora, te sientes solo ahora.

¿Por qué... ahora? ¿Sentirse mal no puede esperar?

Te mientes a ti mismo reprimiendo todo.

Algún día, de algún modo. Ibas a experimentar este horrible sentimiento.

Este veneno que causa ceguera en nuestras vidas.

Causa dolor, pánico, amargura...

Odias este frío, pero necesitas de él. Repudias una necesidad falsa.

Tu nudo en la garganta sólo te deja ganas de gritar.

No gritas porque sabes que no hay salida.

Necesitas ayuda...

La necesitas para escapar de esta tortura. El entumecimiento que genera en ti un malestar horrible.

¿Por qué necesito un abrazo? ¿Por qué estoy llorando?

Porque tengo miedo.

No es nada malo.

Pero siempre tienes miedo.

Miedo de no ser quien eres en realidad. De no encajar. De no ser útil.

¿Y yo?

Yo tengo miedo de no llegar a conocerte.