Infelices

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No hay mucha gente que sepa cuantas maravillas se les habren en las historias de la juventud, y que cuando somos niños oimos y soñamos, albergamos ideas a medio cuajar, y cuando al hacernos hombres intentamos recordar, nos vemos estorbados y convertidos en seres prosaicos por el veneno de la vida.
Pero algunos de nosotros nos despertamos a mitad de la madrugada entre extraños fantasmas de colinas y jardines encantados, de fuentes cantarinas al sol, de acantilados dorados a la vera de mares rumorosos, de llanuras abiertas en torno a somnolientas cuidades de bronce y piedra, de la sebera compañia de heroes cabalgando blancos caballos en gualdrapados en inmensas selvas, y entonces sabremos que hemos vuelto los ojos a las puertas de marfil del mundo de prodigios  que fuera nuestro antes de  convertirnos en sabios e infelices.

Memorias De Un Adicto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora